Estas actividades ilegales no solo abastecían a la organización, sino que debilitaba a familias campesinas y facilitaba prácticas de control social en zonas con limitada presencia institucional y altos riesgos para este grupo poblacional.

Una operación conjunta de la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional permitió ubicar y capturar a integrantes de una estructura señalada de reclutar jóvenes rurales en el occidente de Nariño. La investigación estableció que el grupo no solo buscaba incorporar adolescentes y campesinos a actividades delictivas, sino que sostenía parte de su logística mediante el sacrificio ilegal de ganado perteneciente a pequeños productores de la región. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Alerta roja! Productores denuncian una semana marcada por homicidios, secuestros y abigeato)

Las autoridades explicaron que la estructura actuaba en veredas de municipios como Puerres, Córdoba, La Llanada, Sotomayor, Samaniego y Linares. En estas zonas habría ejercido presión territorial a través de hurtos de reses, ordeños forzados y faenas clandestinas destinadas a abastecer a sus unidades. De acuerdo con los investigadores, el objetivo de estas acciones era doble: cubrir necesidades de alimentación y debilitar económicamente a familias campesinas que no contaban con presencia institucional cercana.

El expediente preliminar indica que los líderes de la red utilizaban amenazas directas y manipulación ideológica para reclutar jóvenes, quienes terminaban desempeñando labores de vigilancia, transporte, mensajería o apoyo logístico. Las ofertas económicas y la ausencia de oportunidades en zonas rurales aisladas facilitaron la captación. Paralelamente, la estructura habría participado en homicidios selectivos, extorsiones y desplazamientos forzados, generando un ambiente de temor que impedía denunciar los hechos a tiempo.

Durante los allanamientos realizados en Chía, Cali y Pasto fueron capturadas tres personas y se obtuvo material electrónico que, según la Fiscalía, contiene comunicaciones internas relacionadas con la adquisición ilegal de animales, rutas de movilización y coordinación con otras células criminales. Aunque las alianzas eran temporales, permitían sostener control sobre corredores estratégicos para la movilidad de personas y bienes.

Autoridades del sector rural señalaron que el sacrificio ilegal de ganado se ha convertido en una práctica recurrente de estructuras armadas en Nariño, afectando de manera directa los patrimonios de pequeños ganaderos y alterando la cadena productiva local.

Finalmente, la Policía anunció que fortalecerá las labores de inteligencia en las zonas más afectadas y que se priorizarán acciones articuladas para prevenir nuevos casos de hurto y sacrificio clandestino de animales en áreas rurales con alta vulnerabilidad. (Lea en CONtexto ganadero: El abigeato bajó en 2025 según las autoridades, ¿es real o es un espejismo?)