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La extensión rural es el pilar del mejoramiento ganadero en Meta y Caquetá

Foto: Fedegán FNG

Durante una emisión del programa de Fedegán "Al día con su región", los invitados contaron cómo los extensionistas y productores de Meta y Caquetá trabajan juntos para fortalecer la ganadería sostenible y rentable.

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El extensionismo rural, estrategia que transforma la ganadería en Meta y Caquetá

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

El proyecto ProRural de la GIZ fortalece las capacidades técnicas y empresariales de productores en los dos departamentos, demostrando que la actividad pecuaria es una fuente de sustento para miles de familias. Los beneficiados mejoran sus ingresos mediante manejo integral, conservación ambiental y vinculación con el mercado.

El proyecto ProRural de la GIZ fortalece las capacidades técnicas y empresariales de productores en los dos departamentos, demostrando que la actividad pecuaria es una fuente de sustento para miles de familias. Los beneficiados mejoran sus ingresos mediante manejo integral, conservación ambiental y vinculación con el mercado.


La extensión rural se ha consolidado como pilar del mejoramiento ganadero en el sur del Meta y el norte de Caquetá, gracias al trabajo del proyecto ProRural de la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ).

Con una capacidad instalada de 152 extensionistas, esta iniciativa impulsa productividad, sostenibilidad y mejores ingresos para las familias del sector. (Lea en CONtexto ganadero: Meta y Caquetá lideran estrategia de ganadería sostenible)

Guillermo Alonso Moreno, líder del proyecto desde hace 30 meses, explicó que se formaron 60 promotores —34 mujeres y 26 hombres—, personas sin educación superior pero con gran arraigo en su territorio, y 92 extensionistas —61 mujeres y 31 hombres—.

“El extensionismo es una actividad esencial para mejorar la productividad y el ingreso de las familias y, también, para fomentar la conservación y la visibilidad del rol de las mujeres y de los jóvenes”, afirmó en el programa Al día con su región de Fedegán-FNG.

El proyecto trabaja con 584 familias proveedoras de 12 pequeñas empresas lácteas. Cuenta con 15 extensionistas en terreno: ocho en Caquetá —donde cubren municipios como La Montañita, Paujil, El Doncello, Puerto Rico y San Vicente del Caguán— y siete en el Meta, atendiendo Puerto Rico, Vista Hermosa y Mesetas.


Cinco pilares


Moreno diferencia la asistencia técnica de la extensión rural: la primera resuelve necesidades puntuales; la segunda es un proceso educativo continuo, que forma al productor para gestionar su finca como una empresa. La metodología de ProRural se sustenta en cinco pilares: mercado, gestión de la finca, conservación, manejo integral de la familia y articulación con política pública.

La GIZ desarrolla su labor siguiendo una metodología basada en cinco pilares fundamentales:

  1. El mercado: conocerlo es clave, ya que constituye la principal fuente de ingresos para la familia ganadera y sustenta su estabilidad económica.
  2. Gestión de la finca ganadera: busca que los productores incrementen sus ingresos, mejoren su productividad y definan con claridad los objetivos para su unidad productiva, apoyándose en una planificación previa.
  3. Conservación: prioriza la protección del bosque, el agua y el suelo, recursos esenciales para garantizar la productividad, los ingresos y la sostenibilidad a largo plazo.
  4. Manejo integral de la familia ganadera: promueve la visibilidad y retribución del trabajo de mujeres y jóvenes, incentivando que estos últimos permanezcan en el campo y aseguren la continuidad de la actividad productiva. “Que los jóvenes puedan quedarse con la finca y realicen el proceso de sostenibilidad para satisfacer las necesidades de las ciudades”, agregó.
  5. Política pública: fomenta acciones orientadas a la ganadería sostenible y a la reducción de la deforestación, con especial interés en la preservación de los bosques.


Negocio aceptable


En Caquetá, la variabilidad en el precio de la leche y el alto costo de insumos redujeron el margen bruto, pero los ganaderos del proyecto ProRural obtuvieron un incremento del 40 por ciento de la valoración que compensó la reducción del margen bruto.

En el Meta, la diversificación de cultivos y un mejor precio lácteo permitieron mantener sus ingresos y tener un margen bruto positivo. (Lea en CONtexto ganadero: Más de 500 familias ganaderas adoptan acciones para la trazabilidad de su hato, gracias al proyecto ProRural)

Vemos que la ganadería es un negocio aceptable y le permite a la gente vivir. Tienen mucho más que un salario mínimo mensual y se compensa”, puntualizó Moreno.

Para Norys Andrea Tamayo, especialista en cadenas de carne y leche libres de deforestación y bajas en emisiones de carbono, “la extensión rural es ese conjunto de actividades a desarrollar con el productor y para el productor”. Por ello, se realizó el primer curso de ganadería sostenible dirigido a promotores y extensionistas.

Fedegán también tuvo un papel clave en la formulación y ejecución. Pachón, secretario técnico ganadero de Fedegán en Meta, Vichada y Guaviare, recordó que junto a un experto boliviano visitaron predios y promovieron el árbol como eje central de la producción.

“Hicimos unos trabajamos importantes del árbol como eje central de la ganadería y con la Secretaria de Ambiente del Meta se trabajo con un material vegetal que se entregó a los capacitados. Se entregaron 30.000 plántulas”, destacó.