Durante cinco meses, 22 productores completaron un riguroso proceso de formación técnica en mayordomía ganadera. Adquirieron conocimientos prácticos que les permitirán tomar decisiones estratégicas, optimizar recursos y aumentar su productividad. La iniciativa busca conectar el saber empírico y la gestión empresarial del campo.
Durante 110 horas distribuidas entre mayo y octubre, 22 ganaderos del municipio de Santa Bárbara de Pinto, Magdalena, participaron en una escuela de mayordomía diseñada para profesionalizar la labor en el campo.
Esta formación, que combinó teoría y práctica, no solo les brindó conocimientos técnicos, sino que los acercó a una visión más empresarial de sus unidades productivas. (Lea en CONtexto ganadero: Este ganadero convirtió su herencia en un imperio que exporta genética bovina desde Magdalena)
La iniciativa fue liderada por la Secretaría Técnica del Magdalena de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), que identificó la necesidad urgente de fortalecer las capacidades de los productores ganaderos en la región.
La metodología incluyó sesiones en aula y trabajo de campo directamente en las fincas de los participantes, lo que permitió una apropiación más efectiva de los conocimientos impartidos.
Los ganaderos aprendieron a llevar registros detallados de sus actividades, dividir potreros estratégicamente, manejar pasturas de forma sostenible y realizar palpaciones, una técnica crucial para el control reproductivo del hato. Este conjunto de habilidades les permitirá, según explicó José María Díaz Tamara, secretario técnico del Magdalena, tomar mejores decisiones para hacer más competitivas sus empresas.
“El objetivo era capacitarlos en herramientas concretas que puedan aplicar en su día a día. Ahora están en capacidad de detectar los días abiertos, registrar datos relevantes y actuar con base en información precisa. Esto les da autonomía y profesionalismo en la toma de decisiones”, señaló.
Fórmula efectiva
Una de las fortalezas del programa fue su enfoque práctico, pues las actividades de campo se desarrollaron en las propias fincas de los ganaderos, lo que facilitó que los aprendizajes se aplicaran directamente sobre sus realidades productivas.
Este modelo no solo fortaleció el conocimiento técnico, sino que fomentó la apropiación del proceso por parte de los productores. Muchos de ellos, acostumbrados a trabajar con métodos tradicionales, encontraron en esta formación una oportunidad para replantear la manera en que gestionan su ganado.
La experiencia no solo significó una mejora técnica, sino también un cambio en la mentalidad relacionado con el paso de ver la finca como un espacio de trabajo, a entenderla como una empresa con potencial de crecimiento.
El impacto de esta escuela de mayordomía trasciende la capacitación puntual, ya que se trata de un paso firme hacia el fortalecimiento de la economía rural a través del conocimiento. (Lea en CONtexto ganadero: Gobernación del Magdalena promueve la ganadería sostenible entre pequeños productores)



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