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Ganaderos del Bajo Cauca están perdiendo animales y tierra por la ola invernal

Angie Barbosa 16 de Mayo 2025
Ola invernal bajo caucaFoto: Gobernador de AntioquiaEl daño a los pastizales es uno de los factores más graves por los desbordamientos de los ríos, pues la recuperación del suelo tarda varias semanas o meses.

Parcelas inundadas, semovientes arrastrados por el río y producción de leche paralizada: la emergencia invernal golpea con fuerza a los productores de la región. Dos testimonios demuestran la cruda realidad que están viviendo los productores y las pérdidas irreparables que están dejando las lluvias.


En el Bajo Cauca antioqueño, la situación de los ganaderos es crítica. La ola invernal que azota la región ha causado la pérdida de pastos, cercas y animales, paralizando por completo la producción lechera y generando una fuerte presión económica sobre quienes dependen del campo para sobrevivir.

Edinson Negrete, ganadero de la vereda La Esmeralda del municipio de Caucaisa en la ribera del río Cauca, relata la magnitud del impacto:

“Hemos estado muy azotados con esta ola invernal. Nos ha dado muy duro, porque en realidad las parcelas las tenemos a orilla del río y no tenemos tierra seca donde sacar los ganados. Eso nos tiene muy preocupados”. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Atención! Temporada invernal también impacta gravemente en Cundinamarca)

La falta de tierra seca para resguardar el ganado ha obligado a muchos productores a depender de la solidaridad de otros campesinos, aunque estos también están afectados. Negrete contó que el verano reciente dejó las zonas altas sin pasto, y apenas ahora empiezan a recuperarse. La combinación de fenómenos climáticos extremos ahoga la producción.


Tierras inundadas


El daño a los suelos y pastizales es uno de los factores más graves. Negrete estima que "aproximadamente el 60 % de los pastos están muertos", lo que ha frenado completamente la actividad ganadera en su finca.

"Uno vive de la leche", señaló, pero las condiciones actuales han imposibilitado ordeñar. Sin forraje ni terreno seco, los animales se debilitan y la producción cae a cero. (Lea en CONtexto ganadero: Ganaderos, atentos: estas regiones tendrán menos lluvias en mayo)

En el mismo municipio, el ganadero Jorge Restrepo enfrenta un escenario similar, pero a mayor escala. "Tengo una tierra de 500 hectáreas, de las cuales se me inundan 300 con las crecientes del río. Al inundarse esas 300, me quedo sin pasto."

Además del daño directo a la tierra, la recuperación se complica por la llegada de plagas. “Después de que el río se seca, viene el gusano trozador, que termina de comerse los pocos cogollos que van naciendo en el pasto”, manifestó.

Esto retrasa la rehabilitación de los suelos hasta por dos meses, generando un ciclo de pérdida que parece no tener fin.


Al menos 300 hectáreas de esta producción ganadera del Bajo Cauca están inundadas actualmente. Foto: Cortesía.


Pérdidas que se acumulan


El desplazamiento forzado del ganado hacia otras fincas implica gastos no previstos. Restrepo debe movilizar búfalos y bovinos a terrenos lejanos, con el aumento en costos logísticos y alimentación externa.

Y las pérdidas no se quedan solo en pasto y leche. “Se me fueron unos animales agua abajo, de los cuales se perdieron siete porque no los he podido recuperar”, relató Restrepo.

Estos animales desaparecieron durante el desbordamiento nocturno del río. A pesar de los esfuerzos por localizarlos, no hay rastro de ellos.

También se destruyeron cercas eléctricas, infraestructura costosa que el río arrasó. "Me toca volver a alambrar las tierras, y eso es otro gasto grande que queda en esta cuestión de las crecientes del río."

Con el río apenas comenzando a bajar, los ganaderos esperan que los terrenos logren secarse y broten nuevos pastos. Sin embargo, la falta de apoyo institucional y la ausencia de medidas de mitigación dejan a estos productores en la cuerda floja.


El nivel del agua obliga a los ganaderos a utilizar medios de transporte fluviales, donde antes habia pasto y animales. Foto: Cortesía.


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