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En este municipio del departamento de Córdoba, los incendios provocados por los pobladores han afectado varios predios. Se calcula que más de 3.000 hectáreas han sido arrasadas por las conflagraciones. Andrés Jiménez, concejal de Ayapel y asistente técnico, señaló que los incendios comenzaron a mitad de marzo y se hicieron más frecuentes con el pasar de los días. “No tengo una cifra exacta, pero pienso que son más de 3.000 hectáreas las que se han incendiado. Los ganaderos se han visto afectados porque no hay disponibilidad de pastos, y fuera de eso se les queman sus predios. Han tenido que sacar animales a otros municipios o departamentos”, indicó. Según el asistente técnico, entre el 80 % y el 90 % de los incendios son causados por los habitantes, pues son contadas las ocasiones que puedan presentarse por un fenómeno natural. (Lea: En Bolívar se incendian predios por culpa de apicultores inexpertos) La gran mayoría de los casos se debe a que los pobladores deciden preparar la tierra para el cultivo, y en lugar de hacerlo de forma ordenada y calmada, le prenden candela a las malezas y los residuos de otras siembras para preparar el suelo. Otros recurren al fuego para ahuyentar a las avispas o abejas, y arrojan la rama que encienden al pasto sin cerciorarse que haya quedado totalmente apagada. También hay otros que actúan de forma inescrupulosa, de acuerdo con el asistente, y se deshacen de la colilla de cigarrillo en la mitad de los predios secos por falta de agua. El concejal de Ayapel explicó las causas de las conflagraciones
Carlos Mario Osorio, propietario de la Hacienda El Algaborro, ubicado en el caserío Las Delicias, reportó que un incendio afectó más de 45 hectáreas de su predio. (Lea: Incendio arrasa predios que fueron reforestados en San Marcos) “El incendio comenzó al mediodía, hacia el centro de la finca se empezó a prender un potrero. A esa hora los trabajadores estaban en otro lugar y vieron el humo a lo lejos. Ellos se pusieron a apagarlo con la ayuda de un vecino que tenía unas bombas de agua, y nos ayudaron a controlar el incendio”, contó. Afortunadamente, ningún animal ha muerto, en este o en otros predios, aunque sí se han visto afectadas muchos árboles y pastos quemados. De igual forma, en la finca de Osorio, estructuras como comederos, bebederos y cercas eléctricas se redujeron a cenizas. Elkin Arango Jaramillo, profesional en Montelíbano de Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, manifestó que para controlar los incendios, los habitantes de Ayapel deben llamar a los bomberos del municipio en el cual trabaja. “En una sola finca se quemaron 600 hectáreas. Esto ha sido muy difícil de controlar, sobre todo porque en Ayapel no hay cuerpo de bomberos. Han pedido ayuda a otros municipios, como Montelíbano que está a una hora, pero mientras ellos llegan, el fuego avanza”, explicó. (Lea: Incendios complican la situación del verano en Santander) Esto ha ocasionado que sean los mismos pobladores quienes apaguen el incendio, apoyados por los vecinos. En el caso de Osorio, su vecino tenía maquinaria y dispensadores de agua, con lo que pudieron reducir las llamas hasta que llegó la ayuda. De acuerdo con el concejal, el ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo López, anunció que antes de finalizar el año, el municipio de Córdoba contaría con su propio cuerpo de bomberos. (Lea: Cazadores de tortugas provocan incendios y millonarias pérdidas) “El ministro vino el 18 de marzo, se comprometió y dijo que eso era un hecho. Lo vamos a tener, Dios mediante, este año. La alcaldesa Maricel Nader también está haciendo las gestiones en Bogotá”, declaró. Jiménez hizo un llamado a la comunidad para que no inicie ningún tipo de incendio, ni para ahuyentar a los insectos ni para eliminar las malezas de la finca.