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Por CONtexto ganadero - 23 de Octubre 2024
El embalse de El Cercado, en el sur de La Guajira, ha sido una fuente de esperanzas y frustraciones para la comunidad de Caracolí Sabanas de Manuela en San Juan del Cesar. El líder comunal Iván José Mendoza y la comunidad de la zona han denunciado las afectaciones y la falta de soluciones tras más de una década de la construcción de la represa.
El caso de Caracolí representa una paradoja desconcertante en la gestión de recursos hídricos en Colombia. En su territorio nace el Embalse El Cercado, una mega obra que almacena 198 millones de metros cúbicos de agua destinados a solucionar la crisis hídrica del departamento de la Guajira. Sin embargo, sus 2.000 habitantes y cerca de 400 viviendas carecen de acceso a agua potable.
La comunidad de este corregimiento en San Juan del Cesar protestó y bloqueó vías ante años de promesas incumplidas tras la construcción del Embalse del río Ranchería. Para los habitantes locales, la obra no trajo el progreso que esperaban, pues les ha causado graves afectaciones. (Lea en CONtexto ganadero: 5 problemas de los ganaderos de La Guajira)
“Lamentablemente para hacer ese megaproyecto nuestra vía de acceso quedó bajo el agua. Hicieron una nueva vía sobre la montaña, pero por la fractura que hicieron con explosivos, con las lluvias y el tiempo ya comenzó a presentar derrumbes, deslizamientos”, explica Iván José Mendoza, conciliador de la junta de acción comunal.
La situación se agrava por la existencia de un proyecto de acueducto que permanece estancado en el Ministerio de Vivienda desde noviembre de 2023. Después de diez meses, el proyecto continúa en trámites burocráticos sin avances significativos, mientras que otras poblaciones aguas abajo ya están ejecutando proyectos de acueductos con el agua represada en Caracolí.
Otro punto crítico es la infraestructura vial. En diciembre de 2023 se entregaron los estudios y diseños de la vía Guayacanal-Caracolí-Tembladera, pero nueve meses después no hay claridad sobre su gestión o financiación. La vía actual, considerada "emergente", presenta alto riesgo por inestabilidad del terreno y está expuesta a deslizamientos durante la temporada de lluvias.
La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) reconoció su responsabilidad en la afectación de 13 kilómetros de vía desde el puente sobre el Río Ranchería hasta Caracolí, comprometiéndose a gestionar recursos estimados en $60 mil millones. Sin embargo, según la comunidad, estos compromisos no se han materializado.
El impacto de la construcción del embalse ha sido devastador para esta población. Además de la destrucción de su vía de acceso, perdieron su Microcentral Hidroeléctrica y sufrieron perjuicios ambientales significativos. Los campesinos de la zona perdieron tierras irrigables debido al llenado del embalse.
La situación es particularmente grave considerando que el 98 % de la población está caracterizada como víctima del conflicto armado. Caracolí, históricamente reconocida como la despensa agrícola del sur de La Guajira y norte del Cesar, enfrenta ahora un notable subdesarrollo.
A pesar de dos órdenes directas de la Presidencia de la República a diferentes ministerios y entidades para atender estas necesidades, la comunidad denuncia que no han recibido visitas de funcionarios con poder de decisión para resolver sus problemas. (Lea en CONtexto ganadero: Productores de La Guajira apuestan a la ganadería sostenible)
Tras 48 horas de protestas en la vía, se logró una mesa de concertación con autoridades locales y departamentales. Durante 4 horas conversaron el gobernador Jairo Aguilar, el alcalde de San Juan Enrique Urbina y la gerente de Esepgua Andreína García con Mendoza y demás representantes de la comunidad, tras lo cual levantaron el paro.
Según Mendoza, “el proyecto del acueducto se va a hacer a través del plan departamental del agua con la empresa Esepgua. Ya comenzó a seguir su curso nuevamente. Estaba atascado un tema de servidumbre, de predios y otros permisos, pero ya comenzaron a destrabar ese proceso”.
El columnista Miguel Ángel Lacouture Arévalo propuso como solución a los problemas de irrigación en la Guajira la creación de “empresas de economía mixta, entre empresas nacionales o extranjeras que se asocien con el Estado”, para garantizar el desarrollo y funcionamiento de los sistemas de riego en la región.
Según Lacouture, este modelo permitiría “poner a producir las tierras del sur de La Guajira”, generando empleo para la población local, en especial para los wayuu, y fomentando el crecimiento económico en los municipios. (Lea la columna en CONtexto ganadero: Represa del Cercado: propuesta de solución)
Lacouture también sugiere la posibilidad de establecer contratos de concesión con empresas nacionales o extranjeras que cuenten con la experiencia necesaria para construir y administrar estos sistemas de riego. En particular, destaca el potencial de asociarse con compañías israelíes, que poseen una amplia trayectoria en este tipo de proyectos.
Para él, esta colaboración no solo beneficiaría a los propietarios de las tierras, sino que también impulsaría el desarrollo agroindustrial y socioeconómico de una de las regiones más necesitadas de Colombia, garantizando un acceso equitativo al agua.
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