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¡No nos dejen solos otra vez!, reitera Lafaurie y reclama al minDefensa por declaraciones contra Frentes Solidarios de Seguridad y Paz

Por CONtexto ganadero - 26 de Febrero 2024

El presidente ejecutivo de Fedegán y delegado del Gobierno Nacional en los diálogos con el ELN le recordó recientemente al presidente Gustavo Petro que en 2007 Fundagán visibilizó la victimización ganadera, a través de su programa “Acabar con el Olvido”


Dos informes de Fundagán dan testimonio de la victimización ganadera: el primero (2009) con un listado preliminar de 3293 víctimas de secuestro o asesinato, y el segundo (2013) con más de 6000 víctimas ganaderas de variados delitos perpetrados por diferentes actores.

En junio de 1995, el ELN asesinó a Nelson Martelo, presidente de Fedegasucre, y dos meses después, el 30 de septiembre, las FARC asesinaron a José Raimundo Sojo, ex presidente de Fedegán. Ese año, 50 ganaderos fueron asesinados y 527 secuestrados. En 1997, cuatro sedes de gremios ganaderos en Córdoba y los Santanderes sufrieron atentados dinamiteros. Ese mismo año, 37 ganaderos fueron asesinados y 410 secuestrados.

En 2002 fueron dinamitadas las sedes de dos gremios ganaderos y ese mismo año, 27 ganaderos fueron asesinados y 568 fueron secuestrados. Al año siguiente las FARC utilizaron un arma de guerra contra la sede de Fedegán, en un intento fallido para asesinar a su presidente. Ese mismo año, 13 ganaderos fueron asesinados y 232 secuestrados.

En 2007, la Fundación Colombia Ganadera, Fundagán, se dio a la tarea de hacer visible la victimización Ganadera, a través de su programa “Acabar con el Olvido”, con dos informes, el primero (2009) con un listado preliminar de 3293 víctimas de secuestro y/o asesinato, y el segundo (2013) con un total de más de 6000 víctimas ganaderas de diferentes delitos perpetrados por diferentes actores.


Espiral de violencia


Y el espiral de violencia contra los campesinos dedicados a las actividades pecuarias y agrícolas no se ha detenido. En 2023 empezaron una serie de invasiones violentas a fincas ganaderas que no han cesado y la extorsión, el secuestro, el abigeato y el carneo por parte de grupos delincuenciales tienen arrinconados a los productores del campo, ganaderos y agricultores.

Por esta razón, en su más reciente columna, Insisto… ¡No nos dejen solos otra vez!, José Félix Lafaurie Rivera le reiteró al país y en especial al Gobierno Nacional el clamor de las 700.000 familias ganaderas colombianas: ¡No nos dejen solos otra vez! Ya lo había hecho a comienzos de este año.

Sin embargo, la presencia de bandas delincuenciales y los múltiples delitos contra los productores del campo llevó a la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) a establecer una estrategia de seguridad con la asesoría del general (r), Fernando Murillo Orrego, exdirector del Gaula de la Policía, de la Dijin y de Interpol Colombia.

En su análisis, el alto ejecutivo recordó que comenzando el año, el 5 de enero, lanzó ese clamor desde su columna de opinión: ¡No nos dejen otra vez solos! ¡No repitamos la historia! Y esta semana le envió una carta al presidente de la República, Gustavo Petro, en la que defendió, con la historia y con argumentos, la iniciativa de conformar Frentes Solidarios de Seguridad y Paz con los gremios ganaderos regionales, como una forma pacífica de colaborar con la Fuerza Pública y las autoridades para el retorno de la seguridad y la contención de la violencia.


Estigmatización de los enemigos de la ganadería


Sin embargo, como sucedió con las Brigadas Solidarias Ganaderas conformadas en 2023 a raíz de las invasiones de fincas, que han sido pacíficas, de acompañamiento a los ganaderos agredidos y de colaboración con las autoridades, el lanzamiento de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz desató otra andanada estigmatizante de los enemigos de la ganadería proclamando la “resurrección del paramilitarismo”.

“Por ello mi tarea desde entonces, todos los días y en todos los escenarios, ha sido explicarles a los ganaderos, al sector rural y al país el sentido de esta iniciativa como una forma de organización para construir pacíficamente un tejido de protección solidaria frente a la delincuencia, un esquema de colaboración con la Fuerza pública y las autoridades en los territorios: con el alcalde y el personero, con el juez y el fiscal”, dijo en su escrito semanal titulado “Insisto… ¡No nos dejen solos otra vez!”.

La razón de la carta a Petro es explicarle “nuestras motivaciones y argumentos, algo que se volvió imperativo a raíz del rechazo público a nuestra iniciativa por parte del ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien, al calificarla como ‘una forma de autodefensa’, ignoró nuestras públicas explicaciones y se sumó desde el gobierno a la campaña estigmatizante contra los ganaderos”.

El deseo de Lafaurie Rivera es explicarle al presidente cuál es la historia que no queremos repetir: la historia de las violencias, del paramilitarismo y de la estigmatización ganadera; la historia del miedo que produjo esa violencia exacerbada contra la ganadería y lo rural; la historia de los años en que los ganaderos eran secuestrados y asesinados por centenares, ante la indolencia de la sociedad y de sus instituciones; la historia de la violencia que impulsó a algunos a traspasar la línea de la legalidad y, por ese camino, se convirtieron en un remedio peor que la enfermedad y le dejaron al gremio la herencia maldita de la estigmatización.

“En fin, la historia de centenares de miles de ganaderos atrapados entre dos fuegos y entre dos miedos: la guerrilla y los llamados paramilitares; extorsionados, amenazados y despojados por ambos actores violentos, muy pronto absorbidos por el narcotráfico”, agregó.


La historia se puede repetir


El presidente ejecutivo de Fedegán hizo una afirmación preocupante y es que “hoy es latente el riesgo de que esa historia se repita, porque el ganadero está amarrado a la realidad rural y no puede ‘irse con sus vacas a otra parte’; porque el regreso del miedo a perder el sustento, la familia, la libertad y la vida resucite la idea de ‘comprar seguridad’ y entrar en un diabólico círculo vicioso de extorsión y mayor inseguridad, por cuenta de delincuentes de toda laya”.

Por esta razón, elevó ese clamor a la Procuraduría, a la Fiscalía, a la Defensoría del Pueblo, al Congreso de la República y al Consejo Gremial Nacional, porque frente a la arremetida de los violentos para controlar el territorio y frente al derecho de los ganaderos a participar pacíficamente en su propia seguridad, “esperamos una respuesta de Estado”.

“De ahí la reiteración de nuestro clamor al presidente, a la institucionalidad y al país todo, que una vez nos dejó solos, a los ganaderos y al campo donde se cocinaba la violencia. Por ello, a Colombia le insisto… ¡no nos dejen solos otra vez!”, concluyó.


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