En Sincé, los pequeños productores denuncian que venden su leche a precios de miseria mientras deben comprarla procesada hasta tres veces más cara. A la crisis se suman el abandono estatal, el impacto del clima y la entrada de leche importada que amenaza con arrasar la producción local.
En las fincas de Sucre, el pasto no crece, pues desde hace más de un año, el clima ha variado entre veranos prolongados, lluvias esporádicas y una temporada invernal que no se consolida.
Jairo de Jesús Hernández Gamarra, presidente de la Federación de Ganaderos de Sincé, aseguró que “para este mes de agosto, que normalmente se presentan lluvias, ha habido un veranillo. Ha llovido algo, pero no lo suficiente, y eso ha impedido que los pastos se recuperen”. (Lea en CONtexto ganadero: Ganaderos de Córdoba y Sucre producen más leche, pero ganan menos)
Las consecuencias son evidentes, pues obligó a los ganaderos a hacer por segunda vez este año, trashumancia hacia las zonas bajas del río San Jorge y la Mojana. Para el líder ganadero, “las fincas están, pero sin agua no hay pasto, y sin pasto no hay comida. Y sin comida, no hay leche”.
Mientras los ganaderos luchan contra el clima, la industria lechera parece darles la espalda. En Sucre, según Hernández Gamarra, “estamos produciendo 19 millones de litros de leche al mes, y la industria lechera solo acopia 800.000 litros”, es decir, el 4,2% de la producción.
En el caso de Sincé, de los municipios más ganaderos del departamento, la situación es más complicada porque su producción es de 2.4 millones de litros al mes y la industria acopia 1.87% de la producción.
De acuerdo con Hernández Gamarra, “aquí no existe la presencia de ninguna gran industria lechera. No hay interés porque dicen que tienen llena su capacidad, que no pueden crecer, y que nosotros seríamos una competencia”.
Competir contra la leche importada
Los ganaderos venden su leche pura entre $1.600 y $1.800 el litro, pero en los mercados de Sucre deben comprar productos procesados, muchos de ellos adulterados con lactosuero, a $4.000 o $4.500 el litro. Según el líder gremial, “nos devuelven la leche adulterada en bolsas y cajas, y encima más cara. Eso no es justo”.
Este fenómeno no solo refleja el abandono del productor, sino también una cadena de valor que expulsa a los campesinos del sistema formal. (Lea en CONtexto ganadero: Crisis lechera en Córdoba y Sucre: cae el acopio formal y se dispara la informalidad)
Para Hernández Gamarra, “mientras nosotros luchamos por mantener un ternero o una vaca, ellos traen leche en polvo del extranjero, subsidiada, y nos la imponen. Aquí no hay subsidios, no hay ayudas, no hay protección”.
A la crisis se suma un factor estructural que amenaza con empeorar relacionado con la entrada en vigor, en 2026, de las cláusulas del Tratado de Libre Comercio que permitirán el ingreso de leche en polvo sin aranceles y sin cupos.
Hernández Gamarra advirtió que “eso va a ser una catástrofe. Si ya ahora no compran la leche que producimos, ¿qué quedará para cuando entre leche extranjera más barata y subsidiada sin restricciones?”.
Este tratado pone a los productores locales en una competencia desleal. En países de la Unión Europea como Francia, la ganadería está subsidiada. Es por eso que el líder de los ganaderos en Sincé mencionó que “cuando les rebajaron los subsidios, el sector agropecuario bloqueó a París con sus tractores. Eso muestra que tienen un apoyo del Estado y lo saben defender. Aquí nos ignoran”.
Ampliar la compra
En Sucre, la leche es el ingreso diario de miles de familias. No se trata de grandes industrias ni de ganaderías intensivas, son fincas de 10, 20 o 50 vacas en cría, que producen leche y venden terneros cada año como forma de ahorro.
“La leche es la caja menor del ganadero. Con eso se paga el jornal, se mantiene la finca. Pero sin agua, no hay pasto. Sin pasto, no hay leche. Y sin leche, no hay cómo sostenerse”, afirmó Hernández Gamarra.
La Federación de Ganaderos de Sincé hizo un llamado a ampliar la capacidad de compra de la industria, incluir a las cuencas lecheras marginadas del Caribe y frenar las importaciones desleales.
Hernández Gamarra destacó que “pedimos que nos escuchen, que no nos dejen por fuera. Que se frene la entrada de productos que arrasan con lo nuestro. Que se reconozca que aquí también se produce leche de calidad”.