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¡Asombroso! Así logran que su toro siga reproduciéndose después de muerto

Melanny Orozco 01 de Septiembre 2025
Espermatozoides post mortemFoto: Eraxion - iStockEl proceso permite obtener espermatozoides viables para inseminación artificial o incluso fertilización in vitro.

Veterinarios y expertos en reproducción animal han perfeccionado una técnica que permite recuperar espermatozoides tras la muerte de animales de alto valor genético. Este avance no solo preserva linajes únicos, sino que representa una oportunidad invaluable ante emergencias inesperadas, sin generar dilemas éticos significativos.


Una técnica aplicada cada vez con mayor frecuencia está revolucionando el mundo de la reproducción animal, la recuperación de espermatozoides post mortem. En ganaderías de alta genética, criaderos de caninos y hasta en la casta brava, esta práctica se perfila como un salvavidas reproductivo que, ante la pérdida inesperada de un ejemplar valioso, permite conservar su linaje.

Contrario a lo que muchos creen, el epidídimo no es una glándula, sino que es una estructura tubular compuesta por tres partes: cabeza, cuerpo y cola, donde los espermatozoides, una vez producidos en los testículos, maduran, adquieren movilidad y se almacenan.

Esto quiere decir que es en la cola donde se concentran millones de ellos, listos para ser eyaculados. Y es precisamente ahí donde se encuentra la clave de esta técnica. (Lea en CONtexto ganadero: Qué parámetros utilizar para evaluar calidad del semen)

El médico veterinario César Gómez, especialista en reproducción bovina, explicó que “cuando un animal muere de forma repentina, todavía tenemos entre 24 y 36 horas para rescatar los espermatozoides almacenados en la cola del epidídimo. Esto, siempre y cuando se mantenga la temperatura del testículo entre 33 y 34° C”. Esa ventana de tiempo es suficiente para llevar los testículos a un laboratorio y realizar el procedimiento.

La técnica consiste en diseccionar cuidadosamente la cola del epidídimo y hacer un lavado retrógrado del conducto deferente, introduciendo un líquido especial, usualmente diluyentes con yema de huevo o colorantes específicos, que arrastra los espermatozoides hacia una caja de recolección.

Según Gómez, este proceso permite obtener espermatozoides viables para inseminación artificial o incluso fertilización in vitro.

Cuando se envían al laboratorio, una vez recuperado el material, se procede a su criopreservación. De acuerdo con Gómez, “la temperatura sigue siendo un factor determinante. Una vez recolectado el esperma, debe diluirse y pasar por un proceso de refrigeración antes de ser congelado. Así se asegura la viabilidad del material por años”.


Aplicaciones de valor


La técnica ha sido aplicada en caballos, perros, toros de casta e incluso en animales de compañía con problemas de salud reproductiva.

En caninos, por ejemplo, enfermedades como el tumor venéreo transmisible (TVT) obligan a la castración, pero antes de ello, pueden extraerse los espermatozoides y conservarlos.

En el caso de toros de lidia, el procedimiento tiene un valor especial. Muchas veces, animales con alto desempeño mueren en la plaza por decisión del torero.

En este caso, Gómez aseguró que “el ganadero puede recuperar los testículos, mantenerlos a temperatura adecuada y transportarlos al laboratorio, donde se hace la extracción. Así se logra conservar la genética de un toro que, de otra forma, se perdería para siempre”.

A diferencia de los humanos, donde la reproducción post mortem exige consentimiento explícito, en la ganadería los desafíos éticos son menores.

En palabras de Gómez, “no hay mayores dilemas éticos cuando se trata de animales de interés zootécnico. Lo que se busca es mantener la genética de animales con características únicas que pueden beneficiar a generaciones futuras”.

De hecho, la posibilidad de almacenar hasta 200 dosis de semen por cada toro abre puertas no solo para la continuidad de la línea genética, sino para la rentabilidad del negocio ganadero.

Sin embargo, si no se actúa con rapidez ante una muerte repentina, ese potencial se pierde irremediablemente. (Lea en CONtexto ganadero: Qué cuidados se deben tener para conservar las pajillas de semen bovino)

La técnica ha sido aplicada en caballos, perros, toros de casta e incluso en animales de compañía con problemas de salud reproductiva. Foto: Cortesía


Proyección prometedora


Los avances en biotecnología reproductiva permiten hoy pensar incluso en la clonación como método extremo de conservación genética. Gómez mencionó que ya se han realizado trabajos de tesis exitosos en universidades como La Salle, en Bogotá, centrados en la preservación post mortem del material genético de caninos.

Finalmente, el impacto de esta técnica no se limita solo a la preservación genética. También representa una herramienta económica estratégica para ganaderos y criadores que, hasta hace poco, veían en la muerte una pérdida definitiva.


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