Ganaderos rechazan ataques injustificados contra su actividad

Con el regreso de la actividad taurina a Bogotá, columnistas de diversos medios aprovecharon la oportunidad para descalificar el sector pecuario e incluso propusieron limitar el consumo de carne y aumentar los costos de insumos básicos como los forrajes.   La ganadería colombiana viene luchando para dejar a un lado ese estigma de que es la gran causante de los gases de efecto invernadero; por esa razón, cientos de empresarios pecuarios le están apostando a producir carne y leche sin que los impactos sean nocivos sobre los ecosistemas.   A pesar del trabajo hecho en proyectos como Ganadería Colombiana Sostenible de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán; el Pacto Caquetá por la 0 deforestación, o la implementación del Sistema de Pastoreo Racional Voisin, muchas personas insisten en teorías que ya han sido desvirtuadas con cifras y resultados. (Lea: Sistemas silvopastoriles, aliados para mejorar la calidad de la carne)   Uno de los más vehementes fue Germán Manga, columnista de la Revista Semana quien en su más reciente publicación aprovechó el regreso de la fiesta taurina a la plaza de la Santa María, en Bogotá, para lanzar acusaciones y ataques contra el sector ganadero.   Aseguró en su texto que la producción pecuaria es la responsable del 18 % de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero y genera 65 % del óxido nitroso de origen humano.   Incluso dice que el ganado contamina el agua en una proporción 10 veces superior a los humanos y 3 más que frente a la industria del aceite, carbón, acero y manufacturas juntas. Y agrega que hay tener en cuenta el impacto para la salud y para el ambiente derivados del uso intensivo de antibióticos, hormonas, químicos, fertilizantes y pesticidas en diferentes etapas de la producción de carne. (Lea: Calidad de la carne mejora con sistemas silvopastoriles)   “La solución más eficiente y efectiva sería reducir drásticamente el consumo de carne -2 veces a la semana-, como decisión personal, o masivamente a través de medidas políticas como aumentar los precios de recursos escasos hoy subvalorados -tierra, agua, forrajes- transformar la industria y crear estímulos a productores que hagan gestión de tierras y del agua. Son medidas sencillas que muchos gobiernos, presionados por los productores o por el temor de interferir en las costumbres alimenticias de la gente, no quieren asumir”, propuso Manga.   Sobre ese nuevo ataque al sector, Javier Eduardo Vanegas, ganadero ubicado en los llanos orientales aseguró que aunque la percepción del columnista no es del todo errada, si deja ver el desconocimiento que tiene sobre las tecnologías agroecológicas que se vienen promoviendo que permiten capturar el carbono, mejorar la calidad del planeta, fomentar el desarrollo de las regiones y de paso generar empresa.   Para Vanegas, la solución no puede ser apuntarle a reducir el consumo de la proteína porque cambiar ese hábito alimenticio en la población es muy complejo, por lo que sugirió que haya más apoyo gubernamental para quienes desean implementar tecnologías que ayudan a mejorar la productividad por unidad de área, desgastar menos recursos, optimizar el uso del agua, promover biocenosis y vida en los ambientes ganaderos. (Lea: Sistemas silvopastoriles mejoran calidad de carne en el país)   “El mejor ejemplo de eficiencia en agroecología y alta relación costo beneficio es la tecnología del Sistema de Pastoreo Racional Voisin, ya que los usuarios ven resultados económicos y ambientales”, argumentó.   En tanto, Rafael Torrijos Rivera, presidente del Comité de Ganaderos del Caquetá, indicó que en el caso del Pacto Caquetá la propuesta tiene alternativas de desarrollo a nivel regional que requieren apoyo de entidades internacionales y de la política pública nacional, lo que permitirá una real reconciliación de la producción bovina.   Añadió que el propósito de los productores es apostarle a unas prácticas sostenibles, amigables con la naturaleza y que protejan los ecosistemas, eso permitirá hacer realidad el sueño de consolidar a la producción lechera y cárnica como el principal motor de la economía del departamento. (Lea: Sistemas silvopastoriles ayudan a conservación del agua)   “Los ganaderos están participando en giras, reciben aprendizaje constante, acceden a tecnologías e incluso a financiamiento para sacar adelante sus explotaciones. Se viene trabajando con los transformadores de leche para que le impriman un valor agregado al queso y la carne, para que ambos eslabones se vean beneficiados con la marca QC (Queso del Caquetá)”, detalló.   En tanto, Rolando Barahona Rosales, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Colombia expuso que desde el año 2010 en el país se han implementado millones de hectáreas de sistemas silvopastoriles de similar productividad a los de la leucaena, arbusto ampliamente utilizado en sistemas agroforestales en el mundo.   “En estos sistemas, importantes para el desarrollo bovino, las gramíneas (pastos tradicionales) se combinan con plantas leguminosas como la leucaena leucocephala, la cual le brinda al animal un rico contenido de proteína en las hojas, el cual es cercano al 31 %, lo que evidencia un aumento considerable comparado con el concentrado comercial que solo aporta entre el 14 y 19 %”, explicó Barahona Rosales. (Lea: Ganado de carne está solo 8 veces en potrero cuando se usan SSPi)   El docente remató diciendo que gracias al uso de leguminosas en la dieta de los semovientes, los predios también reciben grandes beneficios pues, gracias al nitrógeno de las plantas, se disminuye el uso de fertilizantes.   Para productores y el académico la solución está en conseguir más apoyo del Gobierno para promover la producción ganadera sostenible y no en erradicar el consumo de la carne de la mesa de los colombianos.