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Gobernando con agendas trastocadas
Los diálogos de La Habana son una dictadura contra la gobernabilidad. De eso dan cuenta los bandazos para enfrentar la crisis agropecuaria.
El tiempo perdido de La Habana
Resulta improcedente suspender temporalmente el proceso de paz. La única opción es terminarlo. Es una negociación sin respaldo político ad portas de elecciones para un nuevo mandato. Además, al cabo de un año no hay avances y el delicado asunto del narcotráfico nunca arrancó.
"Voceros" de primera y segunda
Las comitivas que entran y salen de La Habana son vox populi. La romería no es sólo de políticos, también académicos, periodistas y activistas de derechos humanos. Aunque se dice que la bitácora incluye otras visitas “non sanctas”, de ONG “farianas” y hasta de militantes de grupos narcoterroristas internacionales.
De las Naciones Unidas a La Habana
El discurso del Presidente Santos en pro de las negociaciones de La Habana –no de la paz– en el desolado auditorio de Naciones Unidas, fue reiterativo, a veces contradictorio y definitivamente inútil.
Mambrú se fue a la guerra…
Colombia pertenece a un “club” de no más de 15 países, en donde es habitual el reclutamiento de niños, su asesinato, mutilación y toda suerte de vejámenes. La deshonrosa distinción en esa lista del Consejo de Seguridad de la ONU, se la debemos a los “actores persistentes” del infanticidio: las Farc y el ELN.
¿Dónde va la Justicia Transicional?
Desconcierta la fractura entre la “verdad real” y la “verdad procesal” de la Justicia Transicional. Aterran sus métodos que convirtieron a delincuentes en “acusadores de oficio”. Inquietan sus fallos cargados de generalizaciones, peligrosas omisiones y graves sesgos políticos.
El “Gran Pacto Agrario”
El peligroso escalamiento de la violencia durante el paro nacional, es un mal precedente para el “Gran Pacto Agrario”.
Nudo gordiano
Es evidente la desesperación a medida que se acercan los comicios, como protuberantes los dilemas de ética democrática que el Gobierno debe resolver. Cuando creíamos que nada volvería a sorprender en el corto año que le resta, lanza en medio del prolongado paro, el “referendo electorero de los amigos por la paz”.
¡Pudo haber sido peor!
No deja de sorprender la falta de coherencia de este Gobierno en el manejo de las tensiones sociales. La protesta legítima ya no es válida, es inocua porque no impacta: no conduce a nada.
Pescando en río revuelto
El paro nacional agropecuario del 19 de agosto es legítimo porque sus causas lo son. La crisis de sectores, como el lechero, justifica la protesta civilizada.