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Conviértase en un protector de las abejas

Por - 24 de Agosto 2017

Voz de alerta emitieron los apicultores por la muerte de miles de abaje, que atribuyen al uso irresponsable de agroquímicos. ¿Por qué es importante la función los antófilos?


Voz de alerta emitieron los apicultores por la muerte de miles de abaje, que atribuyen al uso irresponsable de agroquímicos. ¿Por qué es importante la función los antófilos?   Los antófilos, comúnmente conocidos como las abejas, se localizan en todos los continentes, a excepción de la Antártida. Se alimentan de polen y néctar.   Existen, según los expertos, cerca de 20 mil especies de abejas identificadas, cuya característica es la de ser polinizadoras, es decir, que se ocupan de trasladar el polen desde el órgano masculino de las flores (la antera) hasta el órgano femenino (el estigma), lo que posibilita que se concrete la fusión del gameto masculino con el femenino del óvulo.   Las abejas melíferas son insectos polinizadores altamente eficaces: * tienen el cuerpo cubierto de pelos que recogen fácilmente miles de gránulos de polen cuando se mueven al interno de las flores; * visitan solamente una especie de flor durante cada uno de sus viajes; * cada abeja recoge la cantidad suficiente de polen para su propio alimento y también para las necesidades de la colonia. En una sola jornada una abeja puede visitar miles de flores de una misma especie, recogiendo el néctar y el polen y esparciendo interminablemente los gránulos de polen por todas las flores.

Cabe resaltar que los primeros polinizadores de las flores no fueron las abejas, aunque con el paso de los años se hayan convertido en los más eficientes, sino los escarabajos y las moscas.   La polinización es esencial para el desarrollo de frutas, hortalizas y semillas y de forrajes. Los insectos, algunas aves, los murciélagos y el viento polinizan las plantas y árboles en los ecosistemas naturales y agrícolas.   En los agroecosistemas, los polinizadores son esenciales para la producción de semillas de numerosos cultivos de tubérculos y plantas textiles.   Los polinizadores son responsables de aproximadamente el 35% de la producción agrícola mundial y aumentan la producción de alrededor del 75% de los principales cultivos de alimentos en todo el mundo.   La polinización animal es un servicio regulador prestado por especies que viven principalmente en zonas naturales o seminaturales fuera de las explotaciones agrícolas.   El abastecimiento de espacios vivos para plantas o animales y el mantenimiento de la diversidad de plantas y animales forman parte de los “servicios de apoyo” que prestan los ecosistemas. Subyacen a todos los ecosistemas y respaldan su existencia y su capacidad para prestar los demás servicios.   A modo de ejemplo, los bosques de las zonas tropicales, templados y boreales ofrecen hábitats muy diversos para plantas, animales y microorganismos.   A pesar de este papel tan relevante, aún es necesario progresar hacia una gestión forestal sostenible, ya que continúa la pérdida y degradación de los bosques en numerosos países en desarrollo.   La conservación y el uso sostenible de la diversidad genética puede ofrecer las opciones necesarias para hacer frente a las presiones, fortaleciendo la capacidad de los ecosistemas agrícolas para mantener e incrementar su productividad y para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Garantizar estas capacidades es vital para la seguridad alimentaria.   Proteger a los polinizadores   Es de interés general mantener grandes poblaciones de abejas y demás insectos polinizadores. En otras palabras, es una ventaja fundamental la sensibilización sobre el valor de la polinización por insectos y la eliminación del uso innecesario de pesticidas, al igual que el incremento de arbustos y árboles de néctar en los proyectos de reforestación para garantizar una fuente de alimento a los insectos polinizadores.   Los mismos agricultores pueden contribuir a la protección de las abejas melíferas y de su hábitat, siguiendo los siguientes consejos: * seleccione y utilice los pesticidas con sumo cuidado; la destrucción de los insectos polinizadores naturales comporta el riesgo de una disminución en la productividad futura; * nunca utilice insecticidas cuando las flores estén abiertas; los insectos se posan en las plantas florecidas y son envenenados por estos productos químicos. Si es indispensable el uso de un pesticida, se recomienda su aplicación cuando las flores estén cerradas; * deje que las plantas silvestres florezcan en las zonas incultas, porque contribuyen a la alimentación de los insectos en busca de forraje; * ayude a volver el hábitat más aceptable para la construcción de nidos y la hibernación de los insectos polinizadores.