Además de ser un alimento saludable para los humanos, este tubérculotambién se perfila como una opción nutricional para la alimentación animal. En Cajamarca, Tolima, su cultivo es vital para la economía local y su aprovechamiento completo puede otorgar un valor agregado y beneficiar tanto a agricultores como a propietarios de ganado.

La arracacha es una raíz que lleva siglos cultivándose en el país. En Cajamarca, Tolima, su producción es clave para la economía local. Según Jorge Mejía, ingeniero agrónomo y productor, “Cajamarca es el primer productor nacional de arracacha. Tiene un área aproximada de 4.000 hectáreas al año. Eso representa entre el 50 % y el 60 % de la arracacha que se produce en Colombia”.

Este cultivo no solo ocupa un lugar importante en las tierras del municipio, sino que también incide directamente en su Producto Interno Bruto. (Lea en CONtexto ganadero: Agricultores de Cajamarca en crisis: botan la arracacha porque no hay quien la compre)

Pese a su valor, el consumo nacional sigue siendo bajo. Mejía explicó que el colombiano promedio apenas consume 2 kilos al año. Aumentar el consumo interno, dice, no solo beneficiaría la salud de los consumidores, sino también a los agricultores, ya que mayor demanda significa mejores precios en el mercado.

Alimento con potencial

Además de su aporte económico, la arracacha es un alimento con grandes beneficios nutricionales. Mejía resaltó que “la arracacha tiene un alto contenido de hierro, lo cual ayuda a fortalecer la hemoglobina en los seres humanos”. A eso se suman otros minerales esenciales y su carácter libre de gluten, que la hace ideal para personas con sensibilidad digestiva.

Su versatilidad culinaria ha llamado la atención de chefs colombianos. Incluso la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) ha impulsado su promoción a través de un libro con recetas, basadas en la variedad Agrosavia 22, desarrollada específicamente para las condiciones de Cajamarca.

“Se puede utilizar en muchos platos en el hogar. Varios chefs han trabajado con ella”, agregó Mejía, destacando también su potencial para la agroindustria en forma de chips, harinas, mermeladas y gelatinas.

La cepa, alimento para el ganado

Una de las aplicaciones menos conocidas de la arracacha es su uso en la alimentación animal. En el proceso de cosecha, la planta deja residuos conocidos como cepa, que muchos considerarían desecho. Sin embargo, Mejía aclaró que “la cepa y el nabo (la raíz comestible) tienen el mismo contenido nutricional”, lo que convierte a esta parte en un recurso valioso para la ganadería.

En Cajamarca, este conocimiento ya es una práctica común. “Los arrieros de Cajamarca alimentan sus mulas y bestias con la cepa de la arracacha. Cuando transportan la arracacha desde los lotes hasta los puntos de acopio, llevan la cepa como alimento para sus animales”. Este aprovechamiento no solo reduce el desperdicio del cultivo, sino que también ofrece una opción accesible y rica en nutrientes para el ganado.

Incluso en Ibagué, ganaderos han mostrado interés en adquirir cepa como complemento alimenticio para sus animales.

Consumir arracacha, apoyar al campo

La arracacha no es solo un alimento sabroso y saludable; también es un cultivo que sostiene comunidades rurales, tiene aplicaciones versátiles y puede formar parte de cadenas productivas más amplias.

Mejía concluyó con un llamado: “Amigos colombianos, los invito a que consumamos arracacha, aumentemos su consumo y de esta forma ayudemos a nuestros agricultores. Al incrementar la demanda, también se contribuirá a mejorar el precio del producto, que es la conclusión de nuestra conversación”.

Aumentar el consumo, aprovechar cada parte de la planta y diversificar sus usos —tanto en la cocina como en la finca— es el camino para que esta raíz siga creciendo y los arracacheros fortalezcan sus economías.