Por Laura Rodrigáñez
Creador del canal Sefifood, Mario Sánchez, graduado en ciencia y tecnología de los alimentos por la Universidad de Murcia, cada vez que alerta sobre seguridad alimentaria a propósito de una práctica popular recibe los mismos comentarios: "Pues yo llevo haciéndolo así toda la vida y nunca me ha pasado nada". Pero, como dice el experto, también hay gente que lleva toda la vida fumando y bebiendo whisky y, que no se haya muerto, no significa que esté llevando prácticas saludables.
A los carnívoros de vocación les va a costar entenderlo o, muy probablemente, hagan oídos sordos a las advertencias, pero cualquier alimento sin cocinar entraña riesgos. "Debemos ver todas las materias primas sin cocinar como alimentos de riesgo, y más las que provienen de origen animal, ya que suelen estar altamente implicadas en intoxicaciones alimentarias", explica el tecnólogo de alimentos señalando que, por supuesto, hay excepciones y que los vegetales nos pueden intoxicar igualmente (de ahí que se recomiende siempre desinfectar con unas gotas de lejía apta para uso alimentario).
Cómo se debería comer la carne
Cuenta en su libro A tomate pocho no le hinques el diente (Plataforma actual), que durante la boda de un familiar se sirvió un carpaccio y no pudo evitar poner cara de situación ante tal plato. Con ello, una alerta se extendió en la mesa, si el experto en alimentos de la familia pone esa cara es que algo pasa. Se trataba de una tentativa contra su salud a la que no estaba dispuesto a enfrentarse. Lo dejo a un lado y muchos copiaron su actitud. Otros se extrañaron, como deben estar los fanáticos de este tipo de platos leyendo estas líneas.
Y es que si no se puede comer cruda, ni poco hecha y muy pasada es como echarte una suela de zapatilla a la boca, ¿cómo se come la carne? "Preferencias gastronómicas aparte, lo cierto es que el consumo de carne poco cocinada siempre entraña cierto riesgo de intoxicación alimentaria. Es de cajón, hablamos de un alimento que de forma natural puede contener algunos microbios patógenos. Sin embargo, no todos los tipos de carne entrañan el mismo riesgo, y no es lo mismo comer ternera poco cocinada que pollo crudo", detalla el experto.
Los riesgos del consumo de carne poco hecha
Mario Sánchez dedica un capitulo completo, titulado "Filete poco hecho, intoxicación alimentaria pal pecho" (dándole un toque de gracia a su forma de divulgar sobre seguridad alimentaria), a recopilar bacterias con las que podemos toparnos al consumir carne y que nos pueden hacer cambiar de idea cuando pidamos este alimento poco cocinado.
Hay mención especial a la escherichia coli, una de las bacterias más conocidas, capaz de generar diarreas y fuertes dolores abdominales. "Uno de los métodos fetiche para contagiar a los seres humanos es mediante la carne picada de vacuno, a través de, por ejemplo, hamburguesas poco cocinadas. Por ello, si eres fan de las carnes sangrantes, quizá deberías replantearte su consumo dos veces", explica. Y es que la carne picada, al estar partida en trozos pequeños, se convierte en un espacio maravilloso para la proliferación de bacterias.
Más peligrosa resulta, sin duda, la listeria, que soporta temperaturas de refrigeración y resulta mucho más dañina porque aunque hay menos casos que el campylobacter en el pollo, tiene mayor tasa de hospitalización y mortalidad. "En términos generales, suele ser problemática en alimentos ya terminados y envasados, sobre todo de origen cárnico, por lo que las carnes procesadas, así como la leche cruda y los quesos elaborados con esta leche, suelen tener más papeletas de contaminación", señala el tecnólogo alimentario poniendo de manifiesto la seguridad que conlleva el consumo de alimentos que son tratadas con tratamientos térmicos, que es lo que le falta a los alimentos mencionados antes.
Fuente: Telva