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Peligrosa polarización

Por - 09 de Agosto 2013

La resistencia del 60% de los encuestados a la reelección presidencial es el primer escollo que debe encarar J. M. Santos, en la contienda por el periodo 2014-2018. Los analistas critican la poca comunicación del Presidente con la opinión pública.

La resistencia del 60% de los encuestados a la reelección presidencial es el primer escollo que debe encarar J. M. Santos, en la contienda por el periodo 2014-2018. Los analistas critican la poca comunicación del Presidente con la opinión pública.

El desempleo es un ejemplo aleccionador: se ha reducido a un dígito y, sin embargo, el nivel de desaprobación de esa política es del 75%. Además de la percepción de inseguridad, las gentes señalan como factores de incomunicación, la “bogotanización” del Gobierno, que se manifestó con un solo ministro del Caribe (muy bueno, por cierto) en el primer gabinete; la falta de liderazgo de los altos funcionarios en sus regiones; el lenguaje melindroso, más que diplomático, en temas particularmente sensibles como el fallo de la Haya y los retos altisonantes de Maduro.

Se ha extendido la idea que el Gobierno Santos no ejecuta, que “no ha hecho nada”. Y a pesar de avances recientes,  se insiste en el atraso en

infraestructura, la impericia de Colombia Humanitaria y el trámite engorroso de las regalías. (Lea: 62% de colombianos encuestados rechaza la reelección de Santos)

Sin duda, la gran carta de Santos es el proceso de paz, aunque no ha logrado que se entienda  el diálogo con las Farc, sin cese al fuego. Además, la guerrilla se ha dedicado con sus actos criminales y estridencias verbales, a sembrar de desconfianza el proceso de La Habana.

¿Se avecina la derrota de Santos? Pués no. El presidente es un hábil luchador y las dificultades de su principal adversario no son pocas. Con su reconocida tenacidad el expresidente Uribe ha logrado convertir al Centro Democrático en un partido de masas, que siguen con apasionamiento a su caudillo, pero que no muestran interés en los candidatos presidenciales, quienes hacen un esfuerzo enorme por sobresalir entre sus pares, sin conseguir, hasta hoy, reconocimiento suficiente en las propias huestes uribistas. (Columna: De elecciones y reelecciones

También, en amplias zonas geográficas, se sigue a Uribe para que se vengue de la “traición de Santos”,  pero, los candidatos al Senado siguen siendo locales. Se le ha creado al expresidente un problema, que aún no sabe como contrarrestar.

No hay nada claro en esa polarización. Aunque Uribe obtendrá una buena bancada en el Congreso, ese triunfo puede resultar insuficiente para lo que más desea: derrotar a Santos. Todo indica que la estrategia de la consulta popular en marzo, no es la más afortunada. Como en los reinados de belleza, nadie queda contento con el virreinato. Algunos consejeros del expresidente le han planteado que debe reservarse la oportunidad de escoger

a un ganador, así no esté aún en el escenario. Nada descabellado. (Lea: Uribe lanzó 89 críticas contra gobernabilidad de Santos)

Finalmente, ¿no es esta polarización, campo propicio para la izquierda? Sí ven posible conquistar el vellocino de oro de la Presidencia de la República no son nada tontos para quedarse quietos. Buscarán el Jasón que los conduzca al inefable Socialismo del siglo XXI.