Esta finca ubicada en Tauramena (Casanare) ha construido su resiliencia productiva mediante la implementación progresiva de sistemas silvopastoriles en cuatro etapas a lo largo de 2 décadas y media. El modelo combina tradición, conocimiento empírico y ciencia aplicada, bajo el principio de “aprender haciendo”.

Con una visión estratégica clara, José Manuel López Garzón, ganadero de tradición y administrador de empresas y negocios internacionales, diseñó un plan de desarrollo por fases que le ha permitido avanzar de forma gradual hacia la ganadería sostenible y la reducción de la huella de carbono.

La precisión de este proceso fue reconocida por cerca de 100 ganaderos que visitaron el predio durante una gira técnica realizada en octubre de 2025. (Lea en CONtexto ganadero: Fedegán entrega 15.000 árboles para transformar ganaderías en Santander con sistemas silvopastoriles)

“La empresa Agropecuaria Morichito es un predio ampliamente certificado: libre de brucelosis y tuberculosis, con Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) del ICA en producción de leche y Buenas Prácticas Agrícolas (BPA)”, explicó López Garzón.

Tres pilares estratégicos

Morichito se ha consolidado como finca modelo en Casanare gracias a tres ejes fundamentales, según explicó Pablo Chará, ingeniero agropecuario del área de sostenibilidad de Fedegán:

1. Integración agrícola y pecuaria, con cultivos de apoyo para ensilaje y conservación.
2. Mayor producción, reflejada en el incremento del volumen de leche y la ganancia diaria de peso.
3. Reducción de costos, mediante análisis permanente de cada proceso productivo.

José Manuel López Garzón diseñó un plan de desarrollo por fases para avanzar de forma gradual hacia la ganadería sostenible. Foto: Cortesía

Evolución hacia la economía circular

La finca hizo parte de una gira técnica dirigida a ganaderos vinculados a un proyecto de compensación ambiental entre Ecopetrol y Fedegán en Tauramena y Aguazul.

Durante más de dos décadas, Morichito evolucionó desde un esquema tradicional hacia sistemas agroecológicos, silvopastoriles y de economía circular, orientados al doble propósito: carne y leche.

El manejo eficiente del recurso hídrico y la incorporación de árboles y arbustos en los potreros han mejorado la productividad del suelo, el confort animal y los indicadores productivos.

Cuatro etapas de transformación

López Garzón sintetiza el proceso en cuatro fases:

1. Etapa inicial (2000–2008):

Modelo tradicional con pasturas extensivas y baja tecnología. Cruces brahman y cebú, con problemas de degradación de suelos y escasez forrajera en época seca.

2. Transición y mejoramiento (2008–2014):

Certificaciones BPG y BPA, rotación de potreros, recuperación de áreas degradadas, siembra de árboles dispersos (acacia, matarratón y guácimo), bancos forrajeros y energéticos, y construcción de reservorios de agua con acueducto ganadero.

3. Implementación de sistemas silvopastoriles (2014–2020):

Cercas vivas, arbustivas y forrajeras; uso de abonos orgánicos y biopreparados; transición hacia agricultura agroecológica e incorporación de genética girolando y simmental.

4. Prácticas regenerativas (2020–2025):

Manejo de suelos vivos, rotación intensiva, cierre de ciclos productivos, bancos de forraje para ensilaje y reducción de la huella de carbono mediante captura en árboles y suelos.

Morichito evolucionó desde un esquema tradicional hacia sistemas agroecológicos, silvopastoriles y de economía circular. Foto: Cortesía

Resiliencia climática como resultado

“La ganadería Morichito avanza desde el año 2000 hacia un modelo que integra tradición, experiencia y ciencia aplicada. Eso es aprender haciendo”, recalcó López Garzón. (Lea en CONtexto ganadero: Subacasanare rompe récords y se alista para dar el salto al comercio virtual)

La capacitación permanente, la reducción de insumos externos y la resiliencia climática han permitido anticipar, resistir y recuperarse frente a los efectos del cambio climático.