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Herramientas para sobrevivir en los próximos diez años en ganadería

Por - 28 de Febrero 2023

La capacitación sigue figurando entre los primeros lugares que tienen los ganaderos para adaptarnos a los cambios y a las amenazas, por el efecto potenciador que tiene para la gente de la empresa, apoyada desde luego en Conocimiento y gestión.


La capacitación sigue figurando entre los primeros lugares que tienen los ganaderos para adaptarnos a los cambios y a las amenazas, por el efecto potenciador que tiene para la gente de la empresa, apoyada desde luego en Conocimiento y gestión.   Fernando Ravagila, Ing. Agrónomo y consultor agropecuario, presenta en fororural una radiografía de lo que está pasando en la ganadería de Uruguay respecto al tema de la capacitación, que no es muy diferente a lo que ocurre entre nuestros ganaderos, pero refuta los argumentos de quienes no capacitan a sus trabajadores.   Expertos coinciden en señalar que el conocimiento es el arma más poderosa para generar desarrollo, y muchos de nuestros ganaderos -que no son la gran mayoría- han avanzado en el tema de la capacitación, recogiendo unos frutos muy interesantes en términos económicos.   Es el caso de Rosa Inés Quevedo, zootecnista de la Hacienda Cipango, ubicada en Puerto Boyacá, quien considera que la innovación tecnológica -que aplica desde el manejo de los potreros- hasta los softwares utilizados para registrar los procesos productivos, son la base del motor de cambio, de la modernización y de la competitividad. (Lea: Capacitación debe ser el motor de la empresa ganadera).   El doctor Fernando Morales Vallecilla, quien ha enfocado gran parte de su trabajo en la gestión de empresas ganaderas para saber cuáles son los aspectos más importantes en la concepción de un negocio pecuario, señala que los productores deben manejar sus explotaciones pecuarias como verdaderos negocios para no desaparecer. (Lea: La gestión empresarial en ganaderías)   Jorge Aguilar, Zootecnista, profesor de la Universidad Autónoma de Chapingo, especialista en redes de innovación y de extensión, e investigador de SIESTAAN, quien visitó a Colombia a una consultoría a Proyectos especiales de Fedegán, y concedió a CONtexto ganadero una entrevista sobre el tema de gestión de conocimiento y otros tópicos, señaló que en todos los países latinoamericanos hay experiencias exitosas en generación de conocimiento, pero insistió en que desafortunadamente, los agricultores y los gobernantes prefieren muchas veces bienes tangibles que conocimiento, olvidando que el conocimiento es el arma más poderosa para generar desarrollo. (Lea: El conocimiento es el arma más poderosa para generar desarrollo)   Las excusas de los ganaderos   El artículo de Fernando Ravaglia, apunta en la misma dirección, pero explora las causas y sus consecuencias.   “Señala que cada día que pasa seguimos comprobando como desaparecen más empresas de nuestro sector, sea por condiciones climáticas, por no saberse administrar, por estar desinformados respecto a los riesgos del negocio, por repetir errores de manejo frecuentemente, por ser poco eficientes, por tener malos resultados productivos, o por lo que sea. El hecho es que cada vez somos menos los que vamos quedando en este negocio”.   Agrega que se le podrá echar la culpa al gobierno, al clima, a la falta de política agropecuaria, o a lo que se quiera, pero cuando analizamos las diferentes armas que tenemos para adaptarnos a los cambios y a las amenazas del escenario, la capacitación sigue figurando entre los primeros lugares por el efecto potenciador que tiene para la gente de la empresa.   “Sin embargo, aún hoy seguimos encontrando personas que ponen reparos a la hora de pensar en capacitarse o capacitar a sus empleados, u otras que capacitan “a la marchanta” para sacarse el cargo de conciencia, pero sin lograr ningún resultado concreto ni positivo para la empresa.”   Dado este escenario, Fernando Ravaglia elaboró un listado de “inconvenientes” a la hora de implementar un plan de capacitación.   La excusa clásica   “No los capacito porque después me piden aumento o se me van y otro aprovecha la capacitación que yo les di”.   Primer aspecto a considerar. Cuando la gente se va, se va porque tiene una mala vivienda, o malas instalaciones, porque gana muy poco, por maltrato, y otros motivos que están siempre antes como causas que el hecho de capacitarse, así que empiece por asegurarse primero de tener en orden esas cosas, ya que un buen curso nunca va a compensar una vivienda deficiente o el maltrato de un patrón mal llevado con la gente.   La capacitación como insumo permanente   Al ritmo que cambia la coyuntura, la tecnología, nuestro negocio y el mismo mundo en que vivimos -señala Ravaglia, la capacitación deja de ser algo para considerar como una eventualidad para aplicar cada 4 ó 5 años, para pasar a convertirse en un insumo de uso constante para todos los miembros de la empresa, dueños, familiares y empleados, y que va mucho más allá de simplemente aprender una rutina correcta de ordeño, a detectar celo o a criar en una guachera (terneras para lechería) para pasar además a entender cómo funciona nuestro negocio, cómo debemos administrar nuestros recursos, las presiones que vendrán sobre nuestro trabajo desde los consumidores, la presión sobre el medio ambiente y muchas cosas más que superan lo puramente productivo.   “Si queremos seguir en este negocio de aquí a 10 años vamos a tener que entender y aprender cosas que van mucho más allá de cómo tener menos mortandad en el tambo (este punto no se deja de lado, pero no es el único a resolver), y si uno solo como productor no lo puede resolver, deberían ser las cooperativas las que puedan plantearse un plan de capacitación para sus socios, sus familias y empleados con actividades programadas cada tres meses como mínimo para que TODOS sean más eficientes y competitivos.   Lea en la edición de mañana martes 27 de noviembre, ‘Por qué debemos capacitarnos todos por igual.

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