En municipios de toda Colombia, las ferias y comercios de ganado se han transformado en puntos neurálgicos donde no solo se negocian semovientes, sino que se activan economías locales, se impulsa el mejoramiento genético y se fortalecen redes de colaboración entre actores de la cadena bovina y del campo en general.

Cada semana, en distintas regiones del país, cientos de cabezas de ganado cambian de dueño en medio de martillo, balanzas y transmisiones en vivo. Son las subastas ganaderas, un modelo que ha revolucionado la forma de negociar en el campo colombiano.

Hace apenas tres décadas, la comercialización de ganado en Colombia era un asunto sin mayores reglas, se vendía ‘al ojo’ y al ritmo de la necesidad. Hoy, gracias a la aparición de las subastas organizadas, este panorama cambió drásticamente.

Según el Manual Práctico Ganadero, se dejó atrás la informalidad para dar paso a mecanismos donde se hacen negocios basados en peso, talla, edad y condición corporal del animal, ajustados a la ley de oferta y demanda.

Este cambio ha tenido un impacto profundo, al contribuir con la profesionalización del sector y fomentar la inclusión financiera de productores y demás actores que participan en esta dinámica económica, principalmente en zonas rurales donde pocas actividades mueven tanto dinero en tan poco tiempo.

Actualmente existen 62 subastas ganaderas activas en Colombia, muchas concentradas en regiones como Antioquia, Córdoba, Sucre y los Llanos Orientales. (Lea en CONtexto ganadero: Subastas ganaderas: 30 años dinamizando el comercio pecuario en Colombia)

Estas subastas, organizadas bajo el paraguas de la Asociacion de Subastas Ganaderas de Colombia (Asosubastas), han evolucionado hasta incluir modelos virtuales con transmisión vía streaming, abriendo nuevos canales para productores pequeños, medianos y grandes.

A través de estos eventos, se logra transparencia en los precios y se facilita la toma de decisiones informadas gracias a reportes confiables de mercado. Los precios ya no se basan en la percepción, sino en criterios técnicos y objetivos.

Las subastas han impulsado la profesionalización del sector y fomentar la inclusión financiera de productores y demás actores de la cadena. Foto: asoregan.co

Más que comercio

Como lo afirmó Ricardo Arenas Ovalle, médico veterinario y presentador del Manual Práctico Ganadero, “la unión hace la fuerza y los escenarios como las ferias o las subastas son el ambiente propicio para esta unión de ganaderos y de nosotros con el resto de la cadena cárnica y láctea”.

Las ferias, especialmente las agroindustriales, van más allá de la venta de ganado. Se convierten en vitrinas de genética bovina de alto nivel, en donde se realizan juzgamientos de animales, charlas académicas, y se promueve el mejoramiento genético. Este tipo de formación incide directamente en la productividad de los hatos y en la sostenibilidad del sector ganadero.

Además, se fortalecen redes empresariales y sociales. En palabras de Arenas Ovalle, “más allá de la función comercial, las ferias y subastas se convierten en escenarios de interacción social y empresarial, promoviendo la creación de alianzas estratégicas y el fortalecimiento de redes de cooperación”.

Las subastas permiten que pequeños y medianos productores accedan a un canal de comercialización formal, competitivo y sin los costos elevados que implicaría negociar por fuera del sistema. Esto significa ingresos más justos y mayor estabilidad económica. (Lea en CONtexto ganadero: Todo lo que debe conocer a la hora de escoger ganado en una subasta)

Por su parte, el efecto dinamizador en la regiones es evidente. Además del pago al transporte de animales, los ganaderos y comercializadores también deben cubrir gastos como servicios veterinarios, alimentación animal, e incluso hospedaje y actividades culturales, como ocurre en eventos como Expomalocas en Villavicencio o Agroexpo en Bogotá.

Visión de futuro

Ferias como Expo Agrofuturo y la Feria Nacional Cebú en Montería se han convertido en espacios emblemáticos donde no solo se vende ganado, sino que se conversa sobre el futuro del agro. Ahí, se cruzan el saber técnico, la experiencia ganadera y la innovación empresarial.

El país cuenta con un calendario robusto de ferias regionales y municipales, muchas de las cuales se celebran de forma semanal o quincenal, lo que permite una frecuencia constante de transacciones y aprendizaje.