A muchos ganaderos ya no les importa la bonificación

De nada sirve que estemos vendiendo leches calientes a $1.500 y hasta $1.600 y leches frías por encima de $1.800 si los costos de producción están subiendo

A raíz del debate que se ha abierto por las declaraciones de Asoleche respecto a la escasez de leche y el aumento de precios al productor, CONtexto ganadero consultó con ganaderos de Nariño y Cundinamarca, quienes señalan "que de nada sirve que estemos vendiendo leches calientes a $1.500 y hasta $1.600 y leches frías por encima de $1.800 si los costos de producción están subiendo". Agregan que si ha disminuído la producción de leche pero no en las proporciones que dice la Asoleche, y temen que la industria le pida al gobierno autorización para una importación masiva de leche lo cual haría que los precios internos se desplomaran. 

Situación en Nariño

Según el Director Ejecutivo de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos de Nariño (Sagan), José Luis Bernal Romero, el desabastecimiento que se observa actualmente es un problema de costos de los insumos, principalmente, porque el ganadero utiliza estos productos para la agricultura en los pastos y la renovación, lo que es abonos, fertilizantes etc. (Lea: Continúa el problema de los altos precios internacionales de los insumos)

Así mismo para la alimentación emplea concentrados para la suplementación y todos estos productos han registrado alzas cercanas al 100 % y en algunos casos hasta más, lo cual desestimula la producción.

Hay ganaderos del gremio que han decidido cambiar de oficio y se están pasando al cultivo de flores, otros a trabajar con leche de cabra y también a papa. El ambiente es de desestímulo para la actividad ganadera.

Además existe un panorama poco claro para los ganaderos frente al tema de las importaciones de leche en polvo una vez se terminen los aranceles, tal como está contemplado en los Tratados de Libre Comercio.

El comportamiento de los precios al productor, por la misma escasez, ha hecho que tiendan al alza y se está presentando otro problema y es que allí en el departamento hay bastante informalidad y están tratando de adquirir lo que se ofrezca pagando incluso por encima de los formales sin cumplir los requisitos mínimos e ignorando las Buenas Prácticas de Ordeño.

A muchos ganaderos ya no les importa la bonificación que se paga por aspectos como hato libre de brucela y tuberculosis porque el informal le está pagando más sin necesidad de cumplir con este requisito. (Lea: Costo del transporte internacional se eleva por falta de contenedores)

Esa escasez y los altos precios ha llevado a que se cambien los comportamientos de consumo, a otros productos derivados de los lactosueros y que muchas veces se ofrecen en mercados que manejan bajos precios.

A futuro se espera que los precios de la leche sigan subiendo al productor porque de lo contrario habrá más traslado de la ganadería a otras actividades y esperar que cambien las condiciones climáticas.

Qué pasa en Cundinamarca

Para el presidente del comité de ganaderos de Ubaté, Giovani Pinilla, sí se observa un faltante de leche aunque no en las proporciones que ha dicho Asoleche de 1,6 millones de litros diarios.

Esto obedece al aumento en los precios de los insumos, los alimentos concentrados por ejemplo han subido alrededor del 20 % y eso ha llevado a que los ganaderos deban disminuir costos reduciendo el suministro de estos productos con el consecuente efecto en la producción.

Así mismo, los precios de los fertilizantes y los abonos que hace un año se compraban en $75 mil hoy día cuestan $160 mil y los productores para mantener las vacas tuvieron que sacrificar un poco las curvas de lactancias y mantener la rentabilidad de las explotaciones. (Lea: Proyecto de Ley de Insumos Agropecuarios continúa su ruta en el Congreso, Zea Navarro)

Igualmente las importaciones de leche que empezaron altas a principios de año, ahora por el precio internacional del alimento y la tasa de cambio, se han frenado y eso, sumado a la disminución en la producción interna, ha hecho que exista una especie de competencia entre las diferentes marcas.

“Nosotros como productores estaríamos muy contentos con esos precios que se están manejando en estos momentos, pero eso se ve opacado por los costos de producción. De nada sirve que estemos vendiendo leches calientes a $1.500 y hasta $1.600 y leches frías por encima de $1.800 si los costos de producción están subiendo”, aseguró Pinilla.

Sin embargo, dijo, esos mejores precios se dan en los sitios de fácil acceso porque en zonas más apartadas le están comprando la leche al productor a $1.100 y luego esos intermediarios la venden a $1.500.

La perspectiva no es muy optimista. Por un lado con los altos precios pagados por la industria al productor se puede dar el que le pidan al gobierno la autorización para una importación masiva de leche y eso haría que los precios internos se desplomaran.

Otra cosa que puede suceder y tampoco es un escenario optimista es que la industria pida liberación de precios, lo cual iría en detrimento del productor.

En cuanto al consumo, indicó, que por ejemplo en Ubaté ya no se encuentran en las tiendas algunas marcas porque el consumidor ha dejado de comprarlas por el alto precio y esto va en detrimento del consumo per cápita.