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Cómo mezclar el alimento bovino correctamente

Foto: alltech.com

Esta homogeneidad permite que el animal consuma la misma proporción de nutrientes en cada bocado, evitando que seleccione ingredientes.

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¿Cree que alimenta bien su ganado? Una mala mezcla en la ración puede hundir la salud y el bolsillo de su hato

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

Una mala práctica en la preparación del alimento para rumiantes puede estar disminuyendo la producción y afectando la salud de los animales. Veterinarios y expertos en nutrición explican cómo una mezcla uniforme de ingredientes mejora la conversión alimenticia, evita enfermedades digestivas y puede aumentar significativamente el rendimiento económico de las fincas.

Una mala práctica en la preparación del alimento para rumiantes puede estar disminuyendo la producción y afectando la salud de los animales. Veterinarios y expertos en nutrición explican cómo una mezcla uniforme de ingredientes mejora la conversión alimenticia, evita enfermedades digestivas y puede aumentar significativamente el rendimiento económico de las fincas.


Muchos ganaderos latinoamericanos repiten una práctica que, aunque común, podría estar generando más pérdidas que beneficios. La costumbre de suministrar por separado el forraje y los concentrados a los rumiantes no solo limita el aprovechamiento nutricional, sino que puede provocar graves problemas digestivos como acidosis o timpanismo.

Miguel Sánchez Flores, médico veterinario, señaló que el modo en que se mezclan los ingredientes del alimento para ganado no debe dejarse al azar. Según explicó, un orden adecuado de integración garantiza que todos los ingredientes , desde los forrajes hasta los aditivos, se distribuyan equitativamente.

Esta homogeneidad permite que el animal consuma la misma proporción de nutrientes en cada bocado, evitando que seleccione ingredientes y, por lo tanto, asegurando una dieta balanceada. (Lea en CONtexto ganadero: 3 métodos que usted puede aplicar para balancear raciones en su ganadería)

El especialista resaltó que las dietas integrales para rumiantes deben incluir forrajes, granos como maíz y sorgo, fuentes proteicas como la pasta de soya, además de sales minerales y aditivos.

Dado que algunos ingredientes se aplican en dosis muy pequeñas, una mala mezcla puede provocar que estos no lleguen uniformemente al animal, reduciendo su efectividad o incluso eliminándola por completo.


Alimento desbalanceado


Uno de los errores más comunes, que mencionó Sánchez Flores, es entregar por separado el forraje y el concentrado, ya que esto permite que el animal escoja, casi siempre, los granos, desbalanceando su alimentación.

Este desequilibrio no solo afecta la salud del rumiante, sino que se traduce en un bajo rendimiento productivo debido a que hay una menor ganancia de peso, menos producción de leche y un peor aprovechamiento del alimento.


Una mala mezcla puede provocar que estos no lleguen uniformemente al animal, reduciendo su efectividad o incluso eliminándola por completo. Foto: agroclick.org


Reglas y tiempos


El proceso de mezcla puede realizarse manual o mecánicamente, aunque se recomienda el uso de mezcladores para mayor precisión.

Existen reglas técnicas claras para obtener una mezcla adecuada. La primera es iniciar con los sólidos y luego los líquidos; agregar primero los forrajes, luego los concentrados (de mayor a menor peso), seguidos de los ingredientes finos y los aditivos, y por último los líquidos como la melaza o aceites.

En cuanto al tiempo, Sánchez Flores aseguró que un mínimo de 10 minutos suele ser suficiente para obtener una mezcla óptima, siempre que la velocidad de rotación sea adecuada.


Mirada de nutrición


Juan Carlos Rojas, zootecnista colombiano y consultor en nutrición de rumiantes en Canadá, coincidió en la importancia de las dietas totalmente mezcladas, especialmente en sistemas de confinamiento. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca esta mezcla para crear un suplemento que mejora la producción de leche)

Sin embargo, planteó una diferencia clave, pues en su experiencia, mezclar durante 3 a 5 minutos después del último ingrediente es lo más recomendable, ya que un exceso puede deshacer la mezcla y generar lo que denominan "puntos calientes" o "puntos fríos", donde algunos ingredientes se concentran o escasean.

Rojas también destacó que el tipo de mezclador influye en el orden de mezcla. Mientras que los mezcladores verticales, más comunes en América Latina, requieren un orden específico, los horizontales, más utilizados en Canadá, pueden modificar este proceso.

Finalmente, tanto Sánchez como Rojas coincidieron en que una mezcla adecuada del alimento representa una inversión clave en cualquier sistema de producción ganadera. Una dieta homogénea no solo mejora la salud del animal, sino que incrementa la eficiencia en la conversión de alimento en carne o leche, mejorando la rentabilidad.