El enemigo silencioso: Cómo las importaciones de queso han agravado la crisis lechera
PorCONtexto ganadero-02 de Octubre 2024
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Por - 16 de Junio 2021
El ganado bovino es uno de los animales que a lo largo de la historia, desde su creación, ha sido domesticado, lo cual le ha permitido proporcionarle al ser humano unos productos de consumo. De acuerdo a una investigación, esta domesticación ha generado varios cambios en los animales.
El ganado bovino es uno de los animales que a lo largo de la historia, desde su creación, ha sido domesticado, lo cual le ha permitido proporcionarle al ser humano unos productos de consumo. De acuerdo a una investigación, esta domesticación ha generado varios cambios en los animales.
Según un estudio realizado por The Royal Society, utilizando datos del registro fósil de los bovinos, se probó si la domesticación ha influido en la reducción del tamaño del cerebro de los ganados. En este documento no solo se concluyó que los animales Bos Taurus tienen cerebros más pequeños que sus antepasados salvajes, sino también que el tamaño del cerebro varía significativamente según la raza. (Lea: Así funciona el cerebro de una vaca)
Esto quiere decir que algunos tienen cerebros mucho más pequeños que otros. Además, las diferencias de las prácticas de cría entre varias categorías de razas se alinean con una gama de participación humana, que también se relaciona con el grado de selección para la docilidad.
El estudio explica que al muestrear 317 ganados domésticos de 71 razas, se investigó si las diferencias en el tamaño del cerebro se correlacionan con la intensidad del contacto con el ser humano.
El ganado taurino, que se cría para la lucha y el temperamento agresivo, tiene un cerebro mucho más grande que las razas lecheras, que se selección intensamente por su docilidad en muchos de los predios ganaderos alrededor del mundo.
El documento expresa que “nuestros resultados se suman a un aspecto fundamental de la teoría de la domesticación animal: la interacción entre las características bases del entorno doméstico (selección por docilidad, ausencia de depredadores y provisión de recursos humanos” parece explicar las diferencias en el tamaño del cerebro.
Resultados
La investigación suiza concluye que el ganado doméstico tiene un cerebro 25.6% más pequeño que el salvaje. Esto se hizo calculando el tamaño de cada uno de los 317 animales, para no distorsionar los resultados. Luego se hizo el cálculo con la relación entre el tamaño del cerebro y el tamaño del animal. (Lea: El cerebro y la carne (I))
Toro de lidia y vacas lecheras
El resultado muestra diferencias no solo entre las vacas actuales y los ancestros salvajes, sino también entre las razas de vacas, y el uso que se tenga con cada una. A partir de esto, los académicos dividieron las razas en cinco categorías: ganado salvaje, ganado utilizado para corridas de toros o rodeos, ganado de parque que son los que se crían en granjas como recreativos, ganado de carne y vacas lecheras.
Esto mostró que los toros de corridas tienen menor reducción en el tamaño del cerebro en comparación con sus ancestros con un 15.3%. Las vacas criadas en corrales, que tienen relativamente poco contacto con los humanos muestran reducción baja del 18.2%. (Lea: Estudio encuentra raza bovina con gen de agresividad)
Esto se contrasta con las vacas lecheras y las de carne, que entran en contacto con los humanos todos los día, que tienen un 30.6% y un 24.9% de cerebros más pequeños, respectivamente.
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