Colombia, ganadería de doble propósito, El mercado del desteto y los malos toros también frenan la ganadería, deficiencia pastoril y la ausencia de controles. Así lo indica Luis Guillermo Fuentes González, en la publicación ‘Ganadería de trópico bajo, un negocio de ganadores’, contexto ganadero, noticias ganaderas, crías, vacas, toros
Foto: Fedegán

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El mercado del desteto y los malos toros también frenan la ganadería

Por - 30 de Enero 2019

Otros factores que frenan el doble propósito, y no le permiten avanzar en eficiencia y en rentabilidad, lo constituyen el mercado del desteto, periodo "de levante", y los malos toros.


Otros factores que frenan el doble propósito, y no le permiten avanzar en eficiencia y en rentabilidad, lo constituyen el mercado del desteto, periodo "de levante", y los malos toros.   A estos factores hay que agregarle la deficiencia pastoril y la ausencia de controles. Así lo indica Luis Guillermo Fuentes González, en la publicación ‘Ganadería de trópico bajo, un negocio de ganadores’ de Fedegán. (Lea: 5 prácticas que frenan el desarrollo de la ganadería)   Veamos estos factores:   1- El mercado del desteto   Un animal destetado sobreviviente, desnutrido, con bajo peso, enclenque, es muy apetecido por los levantadores, quienes persiguen un animal lo más liviano posible. Un contrasentido biológico y económico que solo puede ser negocio en un mercado distorsionado, en el que no se sacan cuentas reales.   Existe la conocida "ganancia compensatoria", que ocurre con animales cuyo crecimiento ha terminado. No existe el "desarrollo compensatorio", que se pretende ocurra con animales sometidos al hambre, con lo cual no desarrollan su cuerpo y sus órganos de una manera correcta.   Un macho con bajo peso al destete tardará al menos tres años para salir al mercado y una hembra estará haciendo primer parto sobre los cuatro años. Desconociendo el costo real de estos animales se les asigna un valor arbitrario muy por debajo del costo real de una buena crianza.   Por el contrario, la crianza artificial sí es posible medirla, valorizarla y lograr con ella machos para sacrificio a los dos años y hembras pariendo antes de los tres. La diferencia en tiempo y calidad productiva son incomparables.   Es ilógico insistir en una práctica totalmente equivocada, generadora de pérdidas, solo porque "siempre ha sido así". Siempre habrá "inversionistas" que premian la desnutrición y la mala crianza.   2- El terrible periodo "de levante"   Animales desnutridos son rematados enviándolos a un periodo de verdadero faquirismo, a pasar hambre, a deambular buscando el alimento indispensable para terminar su desarrollo.   Se reitera la falta de atención lógica a los principios biológicos: un animal en crecimiento, formación y desarrollo exige una nutrición adecuada, si ésta falla, el proceso será deficiente y es claro que no existe la compensación a ello.   Se maneja mucho dinero en la comercialización de animales en este proceso, costos de transporte, de manejo, de personal, de insumos, incluido el tiempo, que encarecen la obtención de un adulto.   Este dinero podría ser mejor utilizado en la cría y levante de un animal teniendo en cuenta las necesidades propias de su estado en ganancia. El periodo que biológicamente ofrece las mejores posibilidades al negocio, es totalmente desaprovechado, desnaturalizado.   3- Ligereza con los toros   Suele desatenderse un punto muy importante: El Toro es el animal con mayor impacto en la genética de poblaciones. Un toro bien manejado cubre mucho más que las 25 hembras que, de manera equivocada, se ha impuesto como norma.   Esa es una verdad limitada al llamado "periodo de monta". No se requieren tantos toros, se requiere si, manejar buenos toros, mejoradores. Abundan los toros mediocres padreando en nuestra ganadería, afortunadamente muchos con problemas reproductivos tan serios que ni preñan, pero si estorban y hacen daño.   Frecuentemente se encuentran reproductores que dan pena, lastima y hasta ganas de llorar. Lamentablemente muchos de esos mediocres alcanzan a reproducirse, dañando la productividad de numerosos hatos.   4- Deficiencia pastoril   No realizamos prácticas de manejo del pastoreo. Introducimos animales sin ningún tipo de control a consumir libremente en aéreas enormes, donde se dedican a caminar, seleccionando el consumo, desechando forrajes que en otras circunstancias consumirían.   Toda planta que se envejece es maleza, incluidos los pastos. Es por ello que en los potreros extensos proliferan las malezas, formándose "islas" que el animal nunca toca. Una circunstancia que no lleva al sobrepastoreo como resultado de la agresión reiterada al rebrote por un animal que sin control permanece durante varios días en el mismo potrero.   Las plantas más palatables, más nutritivas sucumben y desaparecen ante la repetida agresión.   Sin reflexionar se concluye por lo fácil: ¡ese pasto es muy malo! Un ejercicio que puede ayudar a no cometer tantas barbaridades pastoriles es lograr ejercer como administradores de un gran restaurante, con un variado bufet que mal controlado nos causa importantes pérdidas.   5- Ausencia de control individual   La mayoría de nuestras "empresas" ganaderas no realizan controles, muchas ni siquiera numeran; otras lo hacen, pero no toman información de manera zootécnica, útil para evaluar y medir.   Un importante número tampoco utilizan la báscula como herramienta permanente de medición.   La mayoría la utilizan solo para comprar y/o vender, desaprovechando el recurso más importante de evaluación y control que se puede tener en un hato productivo.   El aporte del uso de una báscula a la productividad de un negocio ganadero es inmenso.   La numeración bien utilizada es la única manera de realizar los controles.   La selección y el descarte, hacen la diferencia entre una empresa ganadera y una tenencia pasiva de ganados.   Los resultados de un grupo simplemente son la sumatoria de los resultados de los individuos. Es necesario entonces identificar y descartar los causantes de efectos negativos, lo que únicamente se hace individualizando (numerando) y midiendo (pesando y contando).