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Lo que mata los embriones desde dentro: ¿qué puede hacer para salvar su bolsillo?

Melanny Orozco 18 de Julio 2025
Guillermo Mattioli, asesor externo de Biogénesis bagóFoto: CortesíaLejos de mejorar los resultados reproductivos, la inseminación artificial, cuando no se acompaña de una comprensión biológica profunda, puede conducir a resultados decepcionantes.

Una investigación liderada por el profesor argentino Guillermo Mattioli reveló que el estrés oxidativo está afectando la eficacia de la inseminación artificial en bovinos. Este hallazgo podría transformar las prácticas reproductivas del sector ganadero, reduciendo pérdidas económicas y mejorando los índices de fertilidad.


En un momento donde cada punto porcentual de preñez cuenta, muchos ganaderos invierten en tecnología sin saber que podrían estar provocando el efecto contrario. A pesar de las inversiones en inseminación artificial, los resultados no siempre son los esperados. (Lea en CONtexto ganadero: Así quiere Biogénesis Bagó liderar la salud animal en América Latina)

¿Qué está fallando? La respuesta, según un equipo de investigadores argentinos, está en un proceso celular casi imperceptible, pero profundamente dañino para la reproducción animal

En Argentina, un equipo de investigadores liderado por el profesor Guillermo Mattioli, también consultor de Biogénesis Bagó, ha logrado identificar un factor hasta ahora ignorado que está debilitando la efectividad de las técnicas reproductivas en el ganado llamado estrés oxidativo. Aunque se trata de un mecanismo natural del cuerpo, sus consecuencias en el ámbito de la producción animal son más serias de lo que muchos imaginaban.

El hallazgo demuestra que “a mayor tecnología aplicada, menor fertilidad observada”, explicó Mattioli. Lejos de mejorar los resultados reproductivos, la inseminación artificial, cuando no se acompaña de una comprensión biológica profunda, puede conducir a resultados decepcionantes.

De acuerdo con Mattioli, el estrés oxidativo es un proceso en el que el organismo genera radicales libres, es decir, moléculas inestables que dañan las células, como subproducto de la producción de energía. Este fenómeno, inevitable pero acelerado por situaciones de estrés, contribuye al envejecimiento celular.

“Desde que somos embriones, el 3 % de la energía que producimos se convierte en veneno”, expuso Mattioli. En humanos, este proceso se ha relacionado con el envejecimiento prematuro, mientras que en bovinos, se traduce en fallas reproductivas.

El bovino, por naturaleza, es un animal sensible al estrés. Maniobras como la vacunación, la inseminación o incluso los cambios en el entorno pueden desencadenar respuestas de supervivencia que elevan el gasto energético y, con ello, la producción de radicales libres.

El problema se agrava porque, al mismo tiempo, los animales estresados tienden a reducir su consumo de alimento, privándose de los micronutrientes necesarios para contrarrestar este proceso.


La nutrición como solución


El equipo de Mattioli se enfocó entonces en buscar los antídotos naturales contra ese "veneno interno". La respuesta se halló en los microminerales y vitaminas que, trabajando en sinergia, pueden neutralizar los radicales libres y mitigar los efectos del estrés oxidativo.

En sus palabras, “una buena nutrición no detiene el envejecimiento, pero lo desacelera”. Esto tiene implicancias directas en la tasa de preñez, la viabilidad embrionaria y, por ende, en la rentabilidad ganadera. La muerte embrionaria temprana es una pérdida invisible pero muy costosa, que puede revertirse con intervenciones nutricionales oportunas.


Ciencia en las decisiones


El mensaje de Mattioli para los ganaderos es que comprender estos mecanismos biológicos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso reproductivo.

“Una inseminación deja preñadas a casi todas las hembras, pero los embriones se pierden por estos factores invisibles”, enfatizó. (Lea en CONtexto ganadero: “La ciencia es la reina, pero el mercado es el rey”: la filosofía para tener más kilos y plata en su finca)

Concientizar al gremio ganadero sobre esta realidad les permite tomar decisiones mejor informadas y reducir pérdidas económicas significativas.

Hoy en día, el sector ganadero enfrenta exigencias crecientes en términos de eficiencia y sostenibilidad. Frente a ello, la ciencia no solo aporta explicaciones, sino también herramientas prácticas.

Mattioli destacó que ya existen múltiples opciones terapéuticas respaldadas por evidencia científica, capaces de mejorar la respuesta del animal al estrés y optimizar los resultados reproductivos.

El profesional concluyó que “hoy, la ciencia empieza a apoyar las soluciones más serias. Y eso es lo que permitirá que la ganadería del futuro sea más rentable y sostenible”.


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