La experta Marlyn Hellen Romero Peñuela destacó durante el Congreso Internacional de Bienestar Animal la importancia de garantizar un trato digno y adecuado a los animales en las etapas de transporte y sacrificio, no solo por razones éticas, sino también por la calidad del producto y la competitividad del país.
Hablar de bienestar animal en el momento previo al sacrificio puede parecer contradictorio, pero según la médica veterinaria y zootecnista Marlyn Hellen Romero Peñuela, es precisamente allí donde debe hacerse mayor énfasis. Durante el Congreso Internacional de Bienestar Animal, organizado por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Romero presentó una ponencia, gracias a Fedegán–FNG, entidad que la invitó y facilitó su presencia en el evento, en la que señaló:
“El bienestar también implica evitar que los animales sufran durante la muerte. Por razones éticas, todos los que trabajamos con animales tenemos la responsabilidad moral de evitar su sufrimiento, especialmente quienes vivimos de ellos”, explicó la experta, quien lidera investigaciones sobre este tema en la Universidad de Caldas. (Lea en CONtexto ganadero: La dama del bienestar animal en Colombia)
Romero Peñuela recordó que Colombia cuenta con avances significativos en materia de bienestar animal, fruto del trabajo académico y técnico de diversos grupos de investigación. “Es importante que se conozca que Colombia tiene sus propias publicaciones y resultados, y que se ha avanzado en este tema a nivel nacional”, afirmó.
El transporte: una etapa crítica
El transporte es una de las fases más sensibles del proceso de presacrificio. Los animales, indicó la especialista, enfrentan desafíos físicos y fisiológicos durante el traslado: deben mantener el equilibrio en movimiento, soportar largas horas sin descanso y adaptarse a infraestructuras que muchas veces no respetan su comportamiento natural. (Lea en CONtexto ganadero: Normativa de transporte ganadero: clave para el bienestar y la competitividad)
“El microclima de los camiones, la duración del viaje y la forma en que son conducidos son factores que pueden generar estrés”, señaló Romero Peñuela. Este estrés no solo afecta el bienestar de los animales, sino que tiene consecuencias directas sobre la calidad de la carne, volviéndola más dura, oscura y con menor vida útil.
La especialista insistió en que el manejo y arreo deben realizarse con empatía y conocimiento. El comportamiento humano juega un papel determinante. “En muchos casos, quienes trabajan en el campo o en plantas de sacrificio no cuentan con condiciones laborales adecuadas, y esto influye directamente en la calidad del manejo de los animales”, advirtió.
Sacrificio humanitario y calidad del producto
El momento del sacrificio exige técnicas correctas de aturdimiento y desangrado, que garanticen la pérdida inmediata de la conciencia y eviten el sufrimiento. “Los animales no solo deben estar insensibles, sino inconscientes de que van a morir, para impedir la activación de su sistema nervioso”, explicó Romero Peñuela.
Un mal manejo en esta fase puede generar estrés físico, fisiológico y psicológico, con consecuencias graves tanto para los animales como para el productor. “Se han observado animales que, tras el transporte o el desembarque, quedan inmóviles por estrés agudo”, comentó la investigadora.
La relación entre bienestar y calidad del producto es directa. Cuando se cumplen los protocolos adecuados, las carnes son más magras y tiernas, se reducen las pérdidas económicas, disminuye el riesgo de contaminación microbiana y se fortalecen las oportunidades de exportación. “Si hacemos el transporte y el sacrificio de forma apropiada, vamos a obtener carnes más magras, mayor terneza, menores pérdidas económicas, menor contaminación microbiana y, además, mayores oportunidades de exportación”, concluyó Romero Peñuela.
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