Amenazas desde cárceles, intimidaciones falsas y silencios que frenan las investigaciones: los Gaulas militares enfrentan una lucha compleja contra este delito que afecta al campo colombiano. Su estrategia combina inteligencia, tecnología y cercanía con las víctimas, e insisten en que sin denuncias es imposible frenar este flagelo.
La extorsión se ha convertido en una de las principales amenazas para los ganaderos del país. Aunque en muchos casos no trasciende a los medios ni a las autoridades, las cifras internas muestran una realidad preocupante. Según el mayor Camilo Guío, oficial del Gaula Militar, el 90 % de las extorsiones provienen de las cárceles, y no de grupos armados ilegales como muchos creen.
“Muchas veces se hacen pasar por grupos al margen de la ley, pero en realidad son grupos de delincuencia organizada que operan desde los centros penitenciarios”, explicó el mayor Guío.
Estas redes usan llamadas para intimidar, exigir pagos o amenazar con secuestros y ataques si no se accede a sus demandas. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Ganaderos en la mira! Las nuevas formas de extorsión y secuestro que azotan al campo)
Línea directa
Una de las principales herramientas de los Gaulas Militares para combatir este delito es la línea nacional 147, habilitada para recibir denuncias y brindar asesoría inmediata. Gracias a esta línea, se puede activar una respuesta en tiempo real y, en algunos casos, bloquear los números desde los que se originan las llamadas extorsivas.
“Estamos manejando la línea 147 a nivel nacional, donde pueden llamar y colocar la denuncia. En esa línea se les solicitarán algunos datos. También, en convenio con el Ministerio de Justicia, podemos llegar a bloquear los números desde los que se realiza la extorsión”, detalló el mayor Guío.
Sin embargo, esta respuesta rápida depende de un factor crítico: que la víctima se atreva a denunciar. Sin ese paso inicial, las manos del Gaula están atadas. “El principal problema que hemos tenido es que, para poder atrapar a estos bandidos, necesitamos que se interponga la denuncia”, afirma el oficial.
Confianza y cercanía
Para facilitar la denuncia y reducir el miedo, los 34 Gaulas del país han establecido sedes civiles en cada departamento. Estas casas, ubicadas fuera de las instalaciones militares, permiten que los ciudadanos se acerquen de forma anónima y segura. (Lea en CONtexto ganadero: Gaula alerta sobre extorsión telefónica a ganaderos y vacunadores)
“Las gaulas tienen unas casas que están fuera de las instalaciones militares, con el fin de que las personas puedan dirigirse a estos puntos, preservar el anonimato y presentar la denuncia sin ningún problema”, señaló Guío. Esta estrategia busca romper el silencio que muchas veces protege a los delincuentes, ya sea por miedo o desconfianza.
Los Gaulas Militares también trabajan en coordinación con el CTI y la Fiscalía para abrir investigaciones formales y judicializar a los responsables. Desde su experiencia como comandante en Nariño, el mayor Guío destaca que ya se han realizado varias operaciones exitosas que han desmantelado redes de extorsión desde las cárceles.
La lucha contra la extorsión no es solo una labor operativa, también es un reto de credibilidad. Por eso, el mayor Guío hace un llamado directo al gremio ganadero: “Confíen en su Ejército, confíen en su Gaula, que nosotros estamos siempre prestos para servir, asesorar y orientar a la ciudadanía”.