Aunque las cifras oficiales hablan de una caída del 57 % en los casos de abigeato, los testimonios desde las fincas y el llamado de la Policía Nacional evidencian que muchos ganaderos siguen siendo víctimas sin denunciar. Esta falta de reportes impide desmantelar redes criminales que afectan la seguridad alimentaria y económica del país.
La Policía Nacional ha reportado una reducción en los casos registrados, respaldada por un despliegue masivo de patrullajes y operativos.
Sin embargo, detrás de esas cifras hay una historia menos visible relacionada con que los productores continúan perdiendo su ganado sin hacer ruido, mientras las redes delictivas se adaptan y evolucionan.
El capitán Fabián Rueda, jefe de la Unidad Investigativa de Abigeato de la Dirección de Carabineros (DICAR), expuso que “la reducción del 57% es muy subjetiva”. (Lea en CONtexto ganadero: Invasiones, robos y proliferación de carne ilegal, señales de un campo en crisis)
Aunque el experto reconoció una disminución en los registros, también señaló que el fenómeno persiste y afecta a los productores, quienes muchas veces optan por no denunciar, lo que deja un vacío en las estadísticas y una brecha en la capacidad de respuesta judicial.
La falta de denuncias impide que las autoridades activen los procesos investigativos necesarios para llevar a los responsables ante la justicia.
De acuerdo con Rueda, “sabemos que muchos ganaderos están siendo víctimas, pero no se acercan a denunciar. Por eso insistimos a que acudan a la Policía, nosotros estamos listos para acompañarlos”.
La Dirección de Carabineros ha desplegado una estrategia integral que aborda el fenómeno desde tres frentes. En el ámbito preventivo, las seccionales rurales realizan entre 2.000 y 5.000 patrullajes diarios, además de censos, visitas a fincas y acompañamiento durante los ciclos de vacunación.
En el área judicial, las cifras reflejan un trabajo estructurado con más de 10 operaciones de fondo y 60 de impacto que han resultado en la captura de más de 150 personas por abigeato y corrupción de alimentos, un fenómeno que también empieza a preocupar a nivel nacional. Sin embargo, como expuso el capitán Rueda, sin denuncias, estas acciones pierden alcance.
Tecnología y vigilancia
Uno de los llamados más recurrentes por parte de las autoridades es el uso de tecnología para fortalecer la seguridad de las fincas. La instalación de cámaras de vigilancia no solo ahuyenta a los delincuentes, sino que también permite hacer trazabilidad de los bovinos y facilitar la identificación de los implicados.
Otra medida esencial mencionada por Rueda es el mantenimiento constante de las cercas y los potreros, pues los delincuentes suelen estudiar las debilidades del terreno durante el día para cometer sus robos en la noche.
Según el capitán Rueda, “nos hemos dado cuenta de que muchas veces los delincuentes hacen un reconocimiento previo, y si encuentran un potrero sin cerca, ahí actúan”. (Lea en CONtexto ganadero: Extorsiones y violencia arrinconan a los productores en Sucre)
Finalmente, la Policía advirtió sobre los riesgos de contratar personal sin verificar antecedentes, pues en numerosos casos, los mismos trabajadores contratados resultan estar implicados en los robos.
“Recomendamos a los ganaderos que antes de contratar, articulen con las autoridades para pedir antecedentes de estas personas”, manifestó.