Para el ganadero y especialista del sector, Ricardo Arenas Ovalle, las declaraciones del actual presidente estigmatizan a los campesinos que se dedican a esta actividad. Por ello, alza su voz en nombre de ellos, exigiendo al mandatario rigor técnico, respeto por su labor y un compromiso real con la verdad y el campo colombiano.

El lenguaje no puede seguir cargado de ideologías políticas y prejuicios injustificados

Un llamado de los ganaderos campesinos al Gobierno nacional

No salimos del asombro de los diferentes atentados terroristas que se insisten son fruto de la polarización política que desemboca en esta tragedia nacional que hoy vivimos de inseguridad y que da inicio en las redes sociales, en los discursos políticos y en las declaraciones de lideres nacionales y regionales que empiezan por la casa de Nariño y llegan hasta los ediles y concejales de los municipios del país.

No es cuestión de tapar realidades que debemos corregir como país y, en particular, como sector productivo al referirnos a la ganadería en particular; pero sí es un clamor de los ganaderos que pedimos respeto por nuestra actividad y sobre todo, esperamos que la información sea cierta y ajustada a la realidad práctica, técnica y científica.

No es posible que, mientras el sector y el gremio representado en Fedegán lleva años mejorando sus sistemas productivos para hacerlos más sostenibles, tanto ambiental como socialmente, se siga estigmatizando a la ganadería como causante del calentamiento global, como extractiva a costas del planeta y los suelos, y como deforestadora.

No en vano, es la ganadería sostenible con base en sistemas silvopastoriles, una de las diez estrategias reconocidas mundialmente como eficaces en la lucha contra el calentamiento y como una forma de regenerar y recuperar los suelos del país. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Se estigmatizó a la ganadería por moda? La ciencia responde)

El presidente Gustavo Petro, que por su investidura debe ser el primer colombiano en dar ejemplo de mesura y veracidad en sus palabras, cae permanentemente en descalificar nuestra actividad mostrando no solamente un sesgo político desde la ideología.

Ejemplo de ello es su intervención en el pasado consejo de ministros con transmisión nacional, en donde le pide públicamente a la Agencia Nacional de Tierras que “cuando los campesinos reciban tierra no la usen para ganadería. Porque la ganadería solo es sostenible en grandes extensiones de tierra, malversando el uso de la tierra, pero tirándose a Colombia”; palabras que claramente muestran un prejuicio equivocado de la actividad y un desconocimiento de las bondades de la ganadería, amén de que no se compadece con la realidad del país donde el 80 % de los productores ganaderos somos micro y pequeños ganaderos que no tenemos las tales grandes extensiones, pero sí podemos perfectamente ser sostenibles ambientalmente.

Luego de este despropósito, le dice al Banco Agrario, como entidad líder en el crédito de fomento en el país, que: “El crédito, si se entrega para ganadería en tierras fértiles, pues, el mismo banco está ayudando a tirarse la tierra, es un crédito destructivo; si es tierra muy fértil, no es para ganadería”, sesgando así la labor de la entidad y excluyendo al sector de la política pública de crédito de fomento al que tenemos derecho como colombianos.

Y llegó más lejos, al menos en la evidencia de su desconocimiento técnico y científico cuando afirma a renglón seguido que los sistemas silvopastoriles solo son aplicables a producciones ganaderas grandes pues “si el campesino hace ganadería silvopastoril, pues lo mata de hambre”.

Viniendo de un ciudadano de a pie, del común, estas afirmaciones podrían pasar casi desapercibidas y solo mostrarían ignorancia que debemos combatir con educación e información; pero el presidente no puede permitirse esa ignorancia y, de tenerla, es una falla no solo suya sino de su Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, de su Ministerio de Medio Ambiente y de las entidades como ICA y Agrosavia, que rigen nuestro sector.

Como ganadero manifesté mi molestia en un trino el primero de junio, Día mundial de la leche. Pero no quiero dejar de referirme a esta situación de manera más formal en la búsqueda de mejorar la comunicación en el país y como un granito de arena en la construcción de una sociedad en paz.

La importancia del sector salta a la vista en las cifras que gráficamente mostramos para facilidad del lector y ojalá entre estos se incluya el señor presidente. (Lea en CONtexto ganadero: TLC con EE. UU. y UE: No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague)

Somos el sector individualmente más importante de la economía agrícola del país, hacemos presencia como ningún otro en la gran mayoría de los departamentos del país, siendo un gran generador de empleos directos dignos para el campo colombiano y, sin lugar a dudas, aportamos sustantivamente a la seguridad alimentaria del país con proteína de origen animal, léase de aminoácidos esenciales de alta calidad en nuestra leche y nuestra carne.

Señor presidente. La paz y la seguridad empiezan en sus palabras; NO MÁS INSULTOS, NO MÁS ESTIGMATIZACIÓN y NO MÁS DESINFORMACIÓN sobre la ganadería y sus ganaderos.

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