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Laura Sarabia y Gustavo Petro

Foto: Colprensa

En su carta, Laura Sarabia insiste en que su decisión está motivada por la forma en que se viene gestionado el país desde la Casa de Nariño por parte de Gustavo Petro.

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Renuncia de Laura Sarabia revela graves fisuras en el gobierno Petro

por: José D. Pacheco Martínez- 31 de Diciembre 1969

Una de las figuras más cercana al presidente Gustavo Petro e influyente desde el inicio del mandato, que ocupó varios de los más altos cargos en los últimos 3 años, salió sin mencionar escándalos, pero con un mensaje de distancia y ruptura política evidente. Su carta al dignatario deja entrever un quiebre interno en la Casa de Nariño.

Una de las figuras más cercana al presidente Gustavo Petro e influyente desde el inicio del mandato, que ocupó varios de los más altos cargos en los últimos 3 años, salió sin mencionar escándalos, pero con un mensaje de distancia y ruptura política evidente. Su carta al dignatario deja entrever un quiebre interno en la Casa de Nariño.


La salida de Laura Sarabia del Gobierno, según varios opinadores, no es una renuncia más. Con una carta de tono afectuoso, pero firmemente crítico, la excanciller reveló lo que muchos en el entorno político ya intuían: la relación entre Gustavo Petro y su colaboradora más leal se fracturó, al punto de hacer insostenible su permanencia en el gabinete.

“En los últimos días he tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar”, escribió Sarabia, sugiriendo desacuerdos de fondo con el rumbo del gobierno. Aunque no detalla los motivos, su salida ocurre en medio de tensiones internas, reacomodos estratégicos y cuestionamientos a la gestión internacional del país.

Sarabia había sido, incluso desde la pasada campaña electoral, una figura central en la estructura de poder de Petro. Pasó por la jefatura de gabinete, la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DPS) y finalmente la Cancillería. Su cercanía al presidente fue tal, que desde distintos sectores de la opinión y la cosa pública era vista como su principal escudera política.

No obstante, en su carta, insiste en que su decisión está motivada por la forma en que se viene gestionado el país desde la Casa de Nariño, donde Armado Benedetti ascendió vertiginosamente en rango y poder. (Lea en CONtexto ganadero: "¿Quiere otro estallido social para convertirse en “salvador” del caos que propició?": Lafaurie a Petro)

“No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”, se lee en uno de los apartes de la carta.

La renuncia, que calificó como el resultado de una “reflexión profunda”, marca un punto de inflexión en la estructura de poder del gobierno, pues enfrenta a Petro con una dura realidad: muy pocos aprueban hoy día sus modos y formas.

“Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar”, afirma más adelante. (Lea en CONtexto ganadero: Consejo de Estado suspende decreto que convocaba a consulta popular)

Finalmente, Sarabia, quien ha logrado capotear la ola del escándalo por presuntas interceptaciones ilegales en 2023, cerró su misiva con un mensaje casi lapidario y que confirma la distancia.

“Siempre encontrará en mí una interlocutora abierta al diálogo… Ojalá logre construirlo en esta recta final”, concluyó.


(Vea la carta en la siguiente publicación, si no se visualiza, refresque la página)