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¿Quién manda en las montañas?

Foto: eltiempo.com

Estos grupos armados siembran miedo, regulan cultivos, deciden dónde y cómo se construye, e imponen un orden alternativo.

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Cesar y La Guajira bajo fuego: la ilegalidad y el terror se apoderan de las carreteras y el campo

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

Desde las montañas del Perijá hasta la Sierra Nevada, estructuras ilegales han convertido sus zonas de influencia en centros de operación con amplia ventaja táctica. La falta de presencia estatal en estos puntos estratégicos favorece la expansión del crimen organizado, afectando el desarrollo social y económico de la región.

Desde las montañas del Perijá hasta la Sierra Nevada, estructuras ilegales han convertido sus zonas de influencia en centros de operación con amplia ventaja táctica. La falta de presencia estatal en estos puntos estratégicos favorece la expansión del crimen organizado, afectando el desarrollo social y económico de la región.


En las partes altas del sur del Cesar y La Guajira, grupos ilegales como disidencias de las FARC, ELN y los llamados Clan del Golfo mantienen firme control territorial, desafiando al Estado y empañando la gobernabilidad.

Guillermo Castro*, trabajador de la región, aseguró que “estos grupos armados al margen de la ley han encontrado en las alturas un refugio estratégico, donde ejercen gobernanza, imponen sus propias reglas y mueven economías ilícitas”.

Sin una presencia estatal constante y efectiva, esas zonas se convierten en bastiones donde el narcotráfico, la extorsión, el paso de armas y la minería ilegal se normalizan. Esta situación ha frenado las posibilidades de desarrollo de la región.

El control de estos actores no solo es territorial, sino simbólico. Estos grupos armados siembran miedo, regulan cultivos, deciden dónde y cómo se construye, e imponen un orden alternativo. Mientras, pobladores y gobernantes locales quedan atrapados en un dilema, si enfrentarlos y arriesgar su vida, o ignorarlos y fortalecer la ilegalidad.

En días pasados, la Gobernación del Cesar emitió un contundente rechazo tras el secuestro de dos familiares y escoltas de la alcaldesa de González, Katherine Mora, en la vía González – Ocaña, atribuido a estos grupos. (Lea en CONtexto ganadero: Secuestran a familiares de alcaldesa de González, Cesar: Gobernación rechaza el hecho)

Y apenas en la madrugada del viernes 20 de junio, el terror sacudió La Guajira: una violenta explosión pulverizó el peaje de Alto Pino, en la crucial vía entre Riohacha y Maicao. La detonación, ocurrida a las 3:00 a.m., dejó un saldo preliminar de dos muertos y varios heridos, transformando la estructura en escombros y alcanzando a vehículos desprevenidos.

El caos y el pánico se apoderaron del lugar, mientras equipos de emergencia y la policía intentaban socorrer a las víctimas en medio de la desolación. (Lea en CONtexto ganadero: Cadáveres marcados y cinturones bomba: la violencia sin freno que vive el campo colombiano)

Las autoridades tienen en la mira al ELN. Panfletos con consignas de la guerrilla fueron hallados en la zona del atentado, lo que refuerza la hipótesis de su responsabilidad en este brutal ataque que ha paralizado una de las arterias viales más vitales del Caribe colombiano, esencial para el comercio y el tránsito fronterizo con Venezuela.

La vía permanece cerrada mientras se adelantan las investigaciones y labores de limpieza, sumiendo a la región en la incertidumbre y el temor ante la escalada de violencia.


Estas son las primeras imágenes que se conocen tras la explosión en el peaje. Foto: X @UltimaHoraCR


Urgencia y coordinación


Ante esa situación la reacción institucional ha sido rápida con mesas de seguridad convocadas por el Ejecutivo departamental, apoyadas por la Policía del Cesar, la Quinta Brigada del Ejército Nacional, la Unidad Nacional de Protección y autoridades de Norte de Santander.

En el caso de la familia de la alcaldesa Katherine Mora, gracias a la rápida respuesta de las autoridades, los familiares fueron liberados hace pocas horas. (Lea en CONtexto ganadero: Ola criminal azota a ganaderos y vacunadores en 9 departamentos)

Sin embargo, la actuación oportuna sigue siendo insuficiente frente a una amenaza con redes enraizadas hace años. Por lo tanto, sin una operación integral, la gobernanza por parte de los grupos ilegales seguirá.

Las consecuencias son palpables porque hay un desangre administrativo, estancamiento de iniciativas de desarrollo rural, y la atmósfera de temor vuelve invisibles a pequeños agricultores, ganaderos y líderes comunitarios.

Los habitantes de ambos departamentos piden más presencia del Estado, programas sociales e infraestructura y una cultura de denuncia y protección regional.

*Nombre cambiado a petición de la fuente