CONtexto Ganadero - 13 años
Inseguridad en el Meta, Guaviare y Vichada

Foto: semana.com - Paula Castañeda

En total, 40.368 personas fueron entrevistadas en los departamentos de Meta, Guaviare, Guainía y Vichada

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¡Grave! Ganaderos en el Llano están a la deriva en territorios ocupados por bandas criminales

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

Más de 40 mil productores de Meta, Guaviare y Vichada participaron en una encuesta que revela una preocupante radiografía del crimen rural. Mientras el ganado se convierte en blanco del carneo y el abigeato, las fincas son invadidas y sus dueños, extorsionados. El silencio estatal frente a esta realidad agudiza una crisis que amenaza la economía agropecuaria del oriente colombiano.

Más de 40 mil productores de Meta, Guaviare y Vichada participaron en una encuesta que revela una preocupante radiografía del crimen rural. Mientras el ganado se convierte en blanco del carneo y el abigeato, las fincas son invadidas y sus dueños, extorsionados. El silencio estatal frente a esta realidad agudiza una crisis que amenaza la economía agropecuaria del oriente colombiano.


Durante el primer ciclo de vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis bovina de este año, se aplicó una encuesta de seguridad que arrojó resultados alarmantes para el sector agropecuario. En total, 40.368 personas fueron entrevistadas en los departamentos de Meta, Guaviare, Guainía y Vichada.

De ellas, 28.127 fueron hombres y 12.241 mujeres, propietarios o trabajadores rurales, cuyas respuestas evidencian el deterioro en las condiciones de seguridad en estas zonas del país. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Alerta roja! Productores denuncian una semana marcada por homicidios, secuestros y abigeato)

En Meta, por ejemplo, se encuestaron 15.188 predios rurales en los 29 municipios del departamento. Puerto Gaitán sobresale como el epicentro de la inseguridad con 489 incidentes, seguido de Cumaral con 153 y Puerto Lleras con 150.

Veredas como Carimagua registran hasta 175 casos relacionados con delitos como el carneo y el abigeato. En esta vereda, se reportaron 83 casos de abigeato y 84 de carneo.

El general (r) Fernando Murillo, líder de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz, alertó sobre el impacto de estos delitos. “El tema del hurto a finca es muy álgido. Esta semana volvieron a asaltar varias fincas en esa zona del país”, advirtió.

En el departamento metense, además del carneo (405 casos), el abigeato (261) y el hurto (254), también se reportan 180 extorsiones, 13 secuestros y 4 casos de invasión a tierras.

La situación en Guaviare es igualmente crítica, con 436 incidentes, siendo la extorsión es el principal flagelo en esta región. Municipios como San José del Guaviare y El Retorno registran, respectivamente, 235 y 205 delitos, y veredas como Tortugas y San Lucas concentran hasta 63 y 45 casos de extorsión, respectivamente.

Por su parte, en Vichada, los municipios de Cumaribo y La Primavera enfrentan una presión constante del crimen rural. En total, se registraron 46 casos de abigeato, 38 de carneo, 32 de hurto, 15 invasiones de finca, 7 delitos clasificados como “otros” y 1 caso de extorsión. La vereda Siripiana, del municipio de Cumaribo, fue escenario de 10 casos de abigeato, 6 de carneo y 3 adicionales.

En todos estos territorios, la sensación de abandono se hace evidente, por lo que mientras el Estado no logre ejercer un control efectivo, los grupos armados y delincuenciales seguirán operando con total impunidad.

Las cifras no son solo números, pues representan historias de familias campesinas que, además de trabajar la tierra y criar ganado, deben lidiar con el temor constante a ser víctimas.

La encuesta, desarrollada durante un proceso técnico de vacunación, se está convirtiendo en una poderosa herramienta para evidenciar el abandono de vastas zonas rurales, donde la criminalidad reemplaza al Estado. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Cuidado! Estafadores se hacen pasar por Fedegán y Cogan para robar su cuenta de WhatsApp)

Ante este panorama, el llamado es que se necesita una intervención articulada y sostenida entre las autoridades, la fuerza pública y los gremios del campo. La seguridad rural no puede seguir siendo una promesa aplazada.