Desde que el boquete de Caregato rompió en 2021, miles de campesinos y ganaderos en la región de La Mojana viven en medio de una emergencia ambiental sin precedentes. Líderes alertan que más de 100.000 reses han sido evacuadas y el 70 % del arroz dejó de sembrarse, y que a pesar de que las obras están listas para ejecutarse, la indiferencia estatal mantiene paralizada la solución.
Yonairo Sáenz no necesita leer estadísticas para saber que su región se está hundiendo, literalmente. Desde su predio en Achí, Bolívar, este líder social ha sido testigo de cómo vecinos, amigos y familias enteras han tenido que abandonar sus tierras, dejar el ganado atrás o simplemente resignarse a ver cómo el agua lo arrasa todo.
A pesar de no estar directamente bajo el agua, su voz se ha convertido en una de las más firmes en exigir lo que considera un derecho básico: que el Estado cumpla con su deber de proteger la vida y el trabajo rural.
El boquete de Caregato, abierto desde 2021, ha provocado la pérdida de más del 70 % de las hectáreas dedicadas a la siembra de arroz en La Mojana. “Llevamos cuatro años sin sembrar. Hoy solo se cultiva el 30 % del arroz que se sembraba antes”, aseguró Sáenz
La ganadería también ha recibido un golpe devastador, pues más de 100.000 reses han sido evacuadas por la persistente entrada de agua. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Drama sin fin! Más de 100.000 reses son evacuadas de La Mojana por inundaciones)
Para los pequeños productores, la situación es crítica porque “hay gente humilde con dos, tres, cuatro hectáreas, que sembraban arroz o plátano, y hoy no pueden criar ni una gallina porque todo está inundado”, relató.
Promesas rotas
La emergencia ha sido ignorada, según denunció Sáenz, por el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Carrillo, quien “no quiere tapar Caregato, no quiere buscarle solución. Se ha pasado por la faja una medida cautelar del tribunal de Bogotá”.
El líder social expuso que las pocas veces que Carrillo ha visitado la zona, lo ha hecho sin reunirse con los afectados directamente.
“Hace 25 días Carrillo estuvo en San Jacinto del Cauca, se reunió con solo diez personas. No invitó a los alcaldes. Nadie se quiere comprometer con tapar el boquete”, lamentó.
En medio de la inacción general, la funcionaria Katherine Rojas, nombrada como gerente del Fondo de Adaptación, es la única que parece decidida a actuar.
De acuerdo con Sáenz, “llegó con ganas, se reunió con todos los líderes, con alcaldes, hasta puso la primera piedra de un hospital en Majagual”.
Pero su cargo duró menos de dos meses, debido a que “Carrillo la denunció diciendo que estaba beneficiando a un contratista, y el presidente la sacó. Pero ese contrato lo había firmado él mismo cuando estaba encargado del fondo”.
Colapso regional
Aunque la finca de Sáenz no está inundada gracias a su ubicación, entiende que su suerte es la excepción, debido a que “el boquete afecta según el lugar donde se rompa. Si se hubiera abierto más cerca de Achí, estaríamos igual de inundados”, explicó.
Pese a no estar directamente afectado, su compromiso regional lo mantiene en pie de lucha. Como miembro de la Corporación para la Defensa de La Mojana (Codemojana), se ha dedicado a visibilizar el problema y exigir soluciones integrales.
Por eso, la propuesta de los líderes regionales es ejecutar el proyecto integral que incluye canalización de caños, recuperación de ciénagas y un dique carreteable, con compuertas y protección de las cabeceras municipales.
Para Sáenz, “ese proyecto existe, está estructurado y el Fondo Adaptación tiene un billón de pesos para invertir. Solo falta voluntad política”. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué en La Mojana el ganadero no puede planificar y vive al vaivén del río Cauca?)
Mientras tanto, la región espera porque “la gente ya no quiere salir a protestar. Estamos resignados a que se acabe este gobierno y venga otro que sí tape Caregato”, concluyó el productor.
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