Gobierno quiere aumentar contribución de cafeteros al FEP y dirigir la economía cafetera
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Por CONtexto ganadero - 23 de Agosto 2024
La certificación APS Colombia es un paso más de los cultivadores de palma para ganar espacio en los mercados nacionales e internacionales con un producto sostenible.
El tema de la sostenibilidad cobra cada día más importancia en los mercados y poder demostrar que se trabaja bajo ciertos estándares es una garantía que abre puertas en diferentes mercados.
Los palmicultores lo han entendido y por eso se cuenta con una certificación nacional como es la de Aceite de Palma Sostenible (APS) Colombia, así como una internacional que es la RSPO.
Ximena Mahecha, es la líder de APS Colombia quien en diálogo con CONtexto Ganadero explicó que APS Colombia es un estándar diseñado a la medida para hacer visible la sostenibilidad de los palmicultores del país y para poder ayudar a posicionar el aceite de palma colombiano en los mercados nacionales e internacionales.
“Lo más importante es que tenemos a un sector muy motivado a que este estándar sea acogido por la generalidad de los palmicultores y porque en el mediano y largo plazo tengamos la mayoría de nuestros palmicultores, en especial los palmicultores de pequeña y mediana escala certificados y en ese orden de ideas llevamos más o menos un año y medio con esta certificación e implementación y en este tiempo hemos tenido cerca de 310 palmicultores que ya han logrado su certificación y un grupo grande que están en proceso”, indicó. (Lea en CONtexto ganadero: Palmas del Cesar, modelo de sostenibilidad y asociatividad con pequeños productores)
En el caso de estos últimos (los que están en proceso) quiere decir que están planificando o realizando todas las visitas de preauditoria que se les realiza para prepararlos para la auditoría de certificación. Las metas del sector son muy ambiciosas. Para este año, la idea es poder tener certificados a más de 400 palmicultores y el propósito del sector y con el liderazgo, de Fedepalma, se espera que en tres años se puedan certificar el cien por ciento de los cultivadores de pequeña escala.
Esto es muy factible, dijo Mahecha, en la medida que esta iniciativa no solamente le está apuntando a certificarlos, sino a todo el tema de fortalecimiento de la asistencia técnica y se están destinando unos recursos muy importantes de la Federación a fortalecer esos paquetes de acompañamiento a los palmicultores para que no solamente se enfoquen en los temas agronómicos sino para que sean mucho más fuertes en los temas ambientales y sociales y así mismo se puedan preparar para todo lo que tiene que ver ya con enfrentar a una certificación de sostenibilidad.
En cuanto a los costos, manifestó que no es para nada costoso porque es una certificación que se hizo pensado a la medida del sector y en el tamaño de los cultivadores que tenemos en Colombia. Entonces claramente tiene un costo por las visitas que se realizan a las plantaciones, sin embargo, hay distintas opciones, porque aun cuando son costos muy bajos, hay ayudas también para que el palmicultor lo pueda hacer más fácil. De hecho, hay un proyecto impulsado por Fedepalma con recursos del Fondo de Fomento Palmero donde les cofinancian el 70 % de todo el proceso.
Además, hay otros proyectos que se tienen con cooperantes como por ejemplo con Solidaridad Colombia con quienes también se tiene un apoyo similar para medianos cultivadores, entonces “hay diferentes actores que están contribuyendo también incluso con recursos para que puedan cerrar sus brechas de sostenibilidad y posteriormente certificarse”. (Lea en CONtexto ganadero: La sostenibilidad, el gran reto de los productores agropecuarios)
El proceso para avanzar hacia la certificación implica que previamente se ha venido trabajando toda la asistencia técnica integral y que ya el productor ha medido el nivel de avance y para eso se recomienda que previamente haya trabajado con Canipalma y con su núcleo el índice de sostenibilidad.
Con base en esas mediciones y ese seguimiento se identifica a los productores con un nivel de madurez medio alto, “son los que nosotros recibimos en la corporación para un primer paso que es la inscripción”. Con esa inscripción se establecen las características de ese productor o grupo de productores porque puede ser en grupo y posteriormente se planifica una visita de reconocimiento de preauditoria y cuando el productor a raíz de esa visita termina de hacer sus mejoras ya lo presentan a la auditoría de certificación para lo cual se cuenta con una alianza con tres organismos de certificación.
El proceso depende mucho del punto de partida que tiene el productor, pero se ha trabajado con muchos productores de pequeña escala, alrededor de 200, y “lo que hemos visto es que si han tenido un proceso juicioso de acompañamiento en la asistencia técnica puede estar alrededor de los seis meses el proceso de certificación”.
APS Colombia es un esquema que permite la certificación individual o grupal y esos grupos pueden ser heterogéneos, es decir, hay grupos de solo productores de pequeña escala, grupos mixtos de pequeña, mediana incluso gran escala, otros donde está el cultivo de propiedad de la planta extractora al lado de sus proveedores, entonces “es un estándar que se acomoda y que busca facilitar y reconocer la organización natural que tienen los palmicultores en las zonas”, concluyó.
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