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Foto: BBVALa ganadería de insectos viene tomando auge en diferentes países como una forma de aportar proteína a la dieta.

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Conozca en qué consiste la ganadería de insectos y cuáles son sus beneficios

Por CONtexto ganadero - 15 de Abril 2024

La ganadería de insectos viene tomando auge en diferentes países como una forma de aportar proteína a la dieta.

Una forma de contribuir al aporte de proteína para una población mundial en crecimiento es por medio del cultivo de insectos que ya se practica en diferentes partes del mundo.


La entomofagia es el consumo de insectos por parte del hombre y es algo que se practica en muchos países de todo el mundo, pero principalmente en regiones de Asia, África y América Latina, según un reporte de la FAO.

La ingesta de insectos complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas alrededor del mundo, y se trata de un hábito que siempre ha estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos. Sin embargo, hasta hace poco no había captado la atención de los medios de comunicación, las instituciones de investigación, los chefs y otros miembros de la industria alimentaria, los legisladores y demás organismos que se ocupan de la alimentación humana y animal.

Existen más de 2.000 especies comestibles de insectos y arácnidos conocidos, de las que determinadas especies de grillos, escarabajos o saltamontes son las que tienen mayores posibilidades de formar parte de nuestra dieta.

El Programa de Insectos Comestibles de la FAO también analiza las posibilidades que brindan los arácnidos (arañas y escorpiones, por ejemplo) en relación con los alimentos y piensos, si bien, por definición, en este caso ya no se habla de insectos.


Fuente de proteínas sostenible


Un informe del BBVA indica que la insecticultura se postula como una fuente de proteínas saludables y sostenible. Las granjas de insectos consumen menos agua y alimentos que la ganadería convencional. (Lea: ¿Se ha puesto a pensar que las vacas no solo comen plantas sino insectos? ¿Son omnívoros?)

La insecticultura es la producción primaria de insectos. “Se trata de una ganadería básica, reconocida por la Unión Europea. La normativa comunitaria incorpora los insectos como animales de granja”, explica José Sánchez, presidente de Aproinsecta, asociación que promueve la innovación y el desarrollo del sector de la insecticultura en España, en la nota del BBVA.

Los insectos tienen un alto contenido en proteínas –entre 40 y 50 gramos por cada 100 gramos de insecto– y algunos proporcionan un porcentaje de ácidos grasos y Omega 3 similar al del pescado. También son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y zinc.

Todas estas virtudes sitúan a los insectos en la categoría de los alimentos nutritivos y saludables, con la ventaja añadida de que su producción requiere un menor consumo de alimentos, agua y terreno.

Las tasas de conversión alimento-carne –la cantidad de alimento que se necesita para producir un incremento de 1 kilogramo en el peso– pueden oscilar, pero son extremadamente eficientes. Por término medio, los insectos pueden convertir 2 kilos de alimento en 1 kilo de masa de insecto.

También el informe del BBVA resalta que los insectos plantean un riesgo reducido de transmisión de enfermedades zoonóticas (enfermedades que se transmiten de los animales a los humanos) como la H1N1 (gripe aviar) y la EEB (enfermedad de las vacas locas). (Lea: Harina de insectos, una alternativa para alimentación animal)


Comida asequible


La cría y recolección de insectos pueden ofrecer importantes estrategias de diversificación de los medios de vida. Los insectos pueden recogerse directamente del medio de manera sencilla. Apenas se necesitan medios técnicos o inversiones importantes para adquirir equipos básicos de cría y recolección.

“Una granja de insectos es un cultivo o cría vertical: se van apilando bandejas de cría de 16 litros, donde se colocan los insectos con el pienso del que se alimentan. Todo en un ambiente controlado en cuanto a la temperatura o la humedad. Es más parecido a una planta de cultivo de champiñón que a cualquier otra ganadería”, describe Sánchez.

El experto considera que el siguiente paso será la incorporación de la insecticultura como herramienta de la bioeconomía circular, la economía basada en el uso sostenible de recursos biológicos. “En unos años alimentaremos a los insectos con materia orgánica vegetal subproducto de la agricultura y la industria alimentaria que ahora mismo se está desperdiciando”, asegura.

En mayo de 2021, la Comisión Europea dio luz verde a la comercialización, como alimento, de la harina del gusano o la larva de escarabajo oscuro, en noviembre hizo lo propio con la langosta migratoria, y el grillo doméstico se aprobó en febrero de 2022. Hay más especies autorizadas para la comida de animales como mosca soldado negra, mosca común, escarabajo de la cama, grillo rayado o el grillo bicolor.
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