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La historia de criadero Doble J y su exportación de caballos

Por - 14 de Febrero 2022


El campo colombiano es abanderado por tener dentro de sus miembros a personas de avanzada edad. En los últimos años la situación ha cambiado y hemos visto la forma en la que los jóvenes poco a poco han ido enamorándose del campo, como lo es el protagonista de esta historia.

Juan José García es un joven de 18 años, amante del campo porque ha nacido, crecido y desarrollado su vida en el sector rural del país. Desde muy temprana edad, este joven le ha dado rienda suelta al amor por los animales, pero especialmente por los caballos y las vacas, así como lo explica a este medio. En sus palabras, “actualmente me dedico a estudiar, pero lo voy desarrollando junto con mi amor por los caballos y el ganado”.

Un joven amando el campo

“Mi labor en el campo comenzó desde que soy muy pequeño, porque siempre he estado pendiente que a los animales no les falte absolutamente nada, que estén en las mejores condiciones. Esto quiere decir que siempre he trabajado en pro del sector y de los animales”, detalla García.

Desde pequeño siempre ha estado pendiente y le ha interesado mucho los cuidados que requieren los animales mencionados, sobre todo en cuanto a alimentación, necesidades veterinarias, entrenamientos, etc.

En palabras de García, “desde muy pequeño siempre estuve atento y aprendiendo de los consejos y recomendaciones del veterinario, con mi papá, con el montador y de todas las personas que estuvieran relacionadas con todo lo que implica el campo, especialmente de los caballos”.

Gracias a este aprendizaje, hoy su familia tiene el criadero de caballos llamado Doble J, por lo que García es el encargo de manejarlo y realizar todo tipo de labores que de esto se deriva.

“Soy quien lo manejo, quien hace los cruces desde hace muchos años. En pocas palabras, soy quien se encarga de absolutamente todo el manejo tanto de forma interna como externa porque llevo a cabo las ventas y las compras”, menciona García. (Lea: Juan Camilo Tamayo visualiza a Colombia como líder agropecuario)

El criadero Doble J

Esta pasión por los caballos y dedicación a ellos no es algo nuevo para Juan José García, pues como él mismo lo dice, “en nuestra familia siempre han gustado los caballos, pero anteriormente solo se tenían caballos de disfrute. Luego llegué yo y entré en el mundo de la chalanería y competí por todo el país. Así vimos lo interesante que era este mundo de las competencias y los caballos de paso, entonces adquirimos dos yeguas de una raza muy importante y las cruzamos con los caballos más destacados de la época, teniendo en cuenta que estamos hablando de hace unos ocho o nueve años”.

Gracias a esa incursión en el mundo, la familia de Juan José García pudo analizar que el mundo de los caballos los apasiona mucho, especialmente los diagonales y la antorcha pura, permitiendo que todo surgiera de una manera idónea y generando una idea de negocio que no es solo un hobbie sino una forma de negocio.

“Afortunadamente con el criadero Doble J nos ha ido muy bien, vamos paso a paso con mucha paciencia seleccionando cada vez más nuestro pie de cría y complementándolo con los mejores caballos y mejores reproductores del momento, para así ir mejorando cada vez más”, dice García.

Este trabajo les ha permitido que los resultados que han tenido hasta ahora han sido satisfactorios en su mayoría, pues las crías que tienen son de gran calidad que tiene a toda la familia rebosada de mucha alegría.

Las exportaciones, un sueño hecho realidad

Un complemento para nuestro criadero Doble J ha sido el modelo de negocio que he venido manejando desde hace dos años. Este se ha dado mediante Instagram en una cuenta llamada @vendetucaballocol, en la cual he comercializado una gran cantidad de caballos y que me ha permitido traer al criadero nuevas razas y llevar las que tenemos a otros criaderos, e incluso a otros países como Ecuador”, explica más detalladamente García.

Mediante esta página el criadero Doble J ha tenido la oportunidad de exportar caballos hacia Estados Unidos, llegando a cumplir el sueño que tienen no solo muchos productores de bovinos, sino también de equinos en el país.

De acuerdo a este joven, “sabemos que la exportación de caballos ha otros países requiere de mucho trabajo y muchas dedicación, y obviamente, mucho cuidado porque estamos tratando temas sanitarios, a la vez de dejar el nombre de nuestro criadero, de la comercializadora de equinos y de Colombia muy en alto, por lo que siempre hay que tratar de hacer las cosas de la mejor manera para que las personas que nos compren, clientes y amigos queden satisfechos y vuelvan a tocarnos las puertas, siendo este nuestro mayor objetivo”.

Esto quiere decir que este joven no solo aprendió desde pequeño a ver a los animales con amor, sino que creó en el campo una fuente de negocio digna de admirar, en un sector que bastante conservador y costumbrista.

“Todo el tema productivo lo hemos aprendido a manejar de manera virtual debido a la pandemia durante los últimos dos años. Quiero resaltar que esto ha sido demasiado positivo para nosotros y para el gremio porque hemos podido contactar a muchas más personas de lo habitual y de lo que lo hacíamos antes. Ahora tenemos nuevos clientes, nuevos amigos y socios con los que se han hecho grandes cosas, que sin la pandemia y virtualidad no se hubieran podido llevar a cabo”, sostiene García.

Esto ha llevado al negocio a comprometerse cada día más con un trabajo honesto, serio, sin rodeos; llegándoles a los clientes de manera transparente para que de esta forma se pueda llevar en alto el nombre del criadero, comercializadora y del país, en el caso de las exportaciones que se han realizado.

Colombia, un país con potencial a nivel comercial

El potencial que tiene nuestro país con el caballo criollo colombiano es impresionante debido a que somos un gremio que genera una gran cantidad de empleo, con cerca de 400 mil empleos directos e indirectos en Colombia, lo que significa que es un gran apoyo a la comunidad”, comenta García.

Para este apasionado joven, día tras día el caballo criollo colombiano aporta una gran cantidad de dinero a la economía del país, por la gran cantidad de negocios que se hacen diariamente.

“Con solo la alimentación, los productos que estos caballos requieren, los cuidados, el entrenamiento y absolutamente todo. En cuanto a la exportación, nosotros tenemos un producto demasiado atractivo ante el mundo, que si nos encargamos de mostrarlo de una mejor manera generando nuevos tratados y con apoyos del Gobierno Nacional para mostrar el caballo de paso al mundo exterior, estoy seguro que los resultados pueden ser increíbles”, expone García.

Actualmente, el caballo criollo colombiano es muy apetecido en Estados Unidos, en islas como Puerto Rico, Curazao, Aruba y en Ecuador.

“Pero si nos enfocamos en mostrarlo en el otro lado del mundo, hacia otra parte, estoy seguro que se enamorarán de nuestro caballo por su suavidad, fenotipo movimiento y todo el trabajo genético que tiene, así como por su brío, nobleza. Se que si nos encargamos de mostrarlo de una forma más exponencial, los resultados que podemos alcanzar dentro de unos años serán increíbles”, añade García.

Pero no todo ha sido bueno, el camino también tiene piedras

Para este productor, no todo ha sido color de rosa porque en el gremio de los criadores de equinos hay bastantes obstáculos que poco a poco han aprendido a lidiar, superar y analizar para no caer en el error dos veces.

Existen simples situaciones “como cuando un caballo se enferma, cuando no está en su mejor momento, que no se entienda con su entrenador, que no se sienta cómodo y una gran cantidad de cosas que pueden pasar y afectar la economía de un negocio. Entendemos que los caballos son seres vivos, por lo que estamos hablando de muchas más dificultades porque no sabemos cómo se va a comportar el día de mañana, si se va a mejorar o qué pueda pasar en un futuro, además tampoco se tiene claro qué pueda pasar con un negocio”, detalla García.

Todo este tipo de situaciones los ha llevado a querer hacer las cosas siempre de la mejor manera y transparente con sus clientes, teniendo en cuenta que tratan de dar detalles acerca de la realidad de los caballos, su comportamiento y manejo.

Una vida llena de aprendizajes y sueños

Gracias a estas caídas, hoy García asegura que el criadero Doble J ha logrado aprender y posicionarse en el mercado, llegándoles a muchos clientes que antes no tenían en el radar y logrando cautivar los corazones de los amantes de los caballos.

Sin embargo, sabe perfectamente que hay cosas que mejorar, por lo que dice a CONtexto ganadero que “para fortalecer más nuestro trabajo en el campo colombiano, debemos tratar de hacer siempre las cosas de la mejor manera. Además, genéticamente debemos hacer los cruces ideales, comprobados y hacer una selección genética cada vez mayor para producir animales de mejor calidad, ofreciendo un mejor producto a nuestros clientes y al mundo entero”.

García sabe perfectamente que este es un gremio y sector muy cambiante, que cada sufre muchas caídas, pero que le ha demostrado al mundo que puede levantarse ante cualquier batalla y demostrar que, gracias a su trabajo, hoy las personas no solo tienen un empleo digno, sino un plato de comida que disfrutar en su mesa.

Esta es una de las razones por la que nuestro joven, emprendedor y apasionado productor sueña con “que nuestro país y el campo progrese. En mi caso con los caballos, uno de mis más grandes objetivos es poder llevar el caballo criollo colombiano no solo a Estados Unidos, Puerto Rico o a los países a los que llevamos nuestros animales, sino también al otro lado del mundo como continentes como Europa, Asia donde hay mucho dinero y potencial y en donde sé que, si nos enfocamos, podemos generar grandes resultados económicos para el país y nuestra gente”. (Lea: Luis Guillermo Altahona, un líder que quiere ver que el Estado trabaje más por el campo)