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Foto: Cortesía.

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"No es justo que las gaseosas cuesten más que la leche": Marciano Guerra

Por - 24 de Enero 2022


Marciano Guerra es un ganadero de la región de La Guajira que nació viendo a su padre trabajar por el campo y que hoy lucha incansablemente para que el país reconozca que el campo necesita de mucha mayor atención.

Es un productor que hoy labora y tiene sus predios en el municipio de San Juan en La Guajira, que aprendió todo lo referente al campo gracias a la reconocida labor que llevó a cabo su padre, quien también era ganadero en la región.

El líder ganadero de la familia

“Durante muchos años esta ha sido una tradición, siendo la buena herencia que nos ha dejado mi padre. Gracias a la crianza de mi madre y de mi padre hoy he seguido con esa vena encarrilada a la agricultura y ganadería en el departamento La Guajira”, expone Guerra.

Al día de hoy, son 25 años los que lleva este productor trabajando en el campo, los cuales cree que se deban a las buenas enseñanzas y herencia que le ha dejado su padre, quien durante muchos años de su vida se desempeñó a la agricultura y a la ganadería.

“Soy el menor de cuatro hermanos en el matrimonio de Marciano Segundo Guerra y Natalia González de Guerra. He sido la persona que ha querido llevar esa herencia de amor por el campo, que se está viendo reflejada en los resultados porque hemos sostenido lo que mi papá nos ha regalado con mucho sacrificio y lo hemos ido multiplicando”, escribe Guerra. (Lea: Luis Alcides Quiroga cree que la genética es la base del éxito en ganadería)

Los altos y bajos que llevan al éxito

Para el productor y para el sector en general, no ha sido un secreto que existen algunos aspectos que han perjudicado en gran manera el crecimiento de la actividad, por lo que ha tratado de salir adelante con los aprendizajes que le ha dejado la experiencia.

“Hemos vivido muchos altos y bajos porque nos perjudican temas como el sistema climático. Hace 10 o 15 años atrás, el ritmo de lluvias por la región era más constante, las precipitaciones se veían más, los cultivos eran más abundantes y había cosecha segura, pero como el tiempo ha cambiado, han disminuido las pasturas”, describe Guerra.

Estos constantes factores en contra lo llevaron a realizar un análisis acerca de las acciones buenas, regulares y malas que lleva a cabo en su explotación, para así poder consolidar lo que hoy tiene y que se reconoce ante los colegas.

En palabras de Guerra, “la idea ha sido, no solamente en nuestra familia, sino de pronto motivar a los compañeros del sector, que debemos implementar una tecnificación de los predios. No debemos tener esas extensiones de tierras donde predomina la sequia, sino que debemos tener poca tierra pero ir mejorando y tecnificando con su buen pozo profundo, divisiones en pequeños potreros”.

A esto hay que sumarle, que el productor invita a todos sus colegas y allegados el sector a que para que la ganadería crezca, se debe producir sus propios pastos de corte, sorgo forrajero, realizar ensilaje de maíz. “Y así vamos adquiriendo más experiencia y dándole un mejor manejo al hato, evitando que se sacrifiquen animales y que pasen necesidad en temporadas criticas como el verano que está por llegar”, agrega Guerra.

Obstáculos que afectan el crecimiento del sector

“Antes estábamos desmotivados por el irrisorio y mínimo precio del ganado, ocasionando que muchos de nosotros no quisiéramos seguir trabajando en el campo, pero afortunadamente esto ha cambiado porque se han elevado en comparación a años atrás. Sin embargo, estamos siendo atropellados por el valor de la leche”, menciona Guerra.

Para este reconocido productor, no es justo que por un litro de leche se le pague al productor  $1.200 – 1.300, por lo que se debería estimular al ganadero para sentirse agusto y con ganas de seguir trabajando.

“A ti te desmotiva que te llegue tu quincena y que cuando mires al final el precio final del litro de leche salga en $1.300, no debería ser así. Para mi concepto, por un litro de leche se debería estar pagando unos $1.800 o 2.000. No es justo que una gaseosa, que es dulce, esté costando alrededor de $4.500 siendo que esto no va a alimentar a las personas”, asegura Guerra.

A esto hay que sumarle el abandono que sienten los productores de la región de La Guajira por el Gobierno Nacional. El protagonista de esta historia cuenta que los ganaderos de este sector sienten que, en el interior del país, el trabajo en el campo es más valorado.

“Hemos sido abandonados por los gobiernos tanto nacional, como departamental y municipal. Aquí no se recibe una ayuda del gobierno de ninguna clase, mientras que veo por televisión y por redes que en el interior del país el ganadero es una persona insignia, pero para La Guajira no es así. Los entes de control de turno se olvidaron de nosotros”, comenta Guerra.

El productor considera que la labor que hacen en la ganadería es muy importante teniendo en cuenta que se labra el campo, se crían y cuidan a los animales para ponerlos a disposición y consumo de la humanidad. Por lo que no se le hace justo que “nos den el espaldarazo los gobiernos que están en turno”, añade Guerra.

El ganadero de la costa Caribe colombiana

Es de conocimiento publico, que el productor de la región norte del país enfrenta obstáculos que muchas veces, hacen parte de su historia y que se les ha convertido en un dolor de cabeza, pues las administraciones nacionales, departamentales y municipales no han logrado solucionarlas.

De acuerdo con Guerra, “toda Colombia sabe que el abigeato es lo que nos está acabando a nosotros, pues nos está arruinando. No es justo que estemos en nuestras casas descansando y que al día siguiente el predio amanezca con sacrificio de semovientes. Además, es triste que el ganadero vaya a su finca y se encuentre con delincuentes que llegan al punto hasta de arrebatar la vida de alguien que solo quiere cuidar lo que le pertenece”.

Esta es la razón por la que el protagonista de esta historia dice que necesitan apoyo por parte del Gobierno Nacional, especialmente en temas de seguridad. 

“Recuerdo hace unos 25 años atrás, cuando iba a la finca con mi padre me llevaba la gran sorpresa de encontrar en mis predios presencia del Ejercito Nacional, pero ya esa costumbre se perdió. Ahora uno solo los ve en las vías cuando montan los retenes de 6:00 am a 6:00 pm cuando retiran los conos. Necesitamos que el gobierno nos de la mano en cuanto a seguridad del ganadero en nuestra región”, resalta Guerra.