Cancelar contratos de exploración y explotación de hidrocarburos pone en riesgo seguridad energética del país

En el marco de la Cumbre COP 28 que se realiza en Dubái, el presidente Gustavo Petro ha dado una noticia que cayó como un baldado de agua fría para algunos analistas de los procesos económicos, más aún, con la estrepitosa disminución de las utilidades en la estatal petrolera Ecopetrol.

Frente a todos los asistentes a la convención, el jefe de Estado anunció: “Colombia ha dejado de firmar contratos de exploración y explotación de Carbón, petróleo y gas, Colombia ha desmantelado el subsidio a la gasolina y propendemos por la prohibición mundial del fracking, Colombia ha alcanzado un 70 % de su matriz energética limpia”.

Más adelante, manifestó que a pesar de las estadísticas positivas que en ese sentido reporta su gobierno, se hace imperativo que las demás naciones de la región se comprometan con esta iniciativa de gran impacto en la mitigación del cambio climático.

“Colombia ha aportado disminuyendo la deforestación en su selva amazónica en un 70 % con sus propios recursos, Colombia espera la unidad de los países del sur en toro a salvar la vida en el planeta y su existencia humana”, apremió Petro.

Seguridad energética en riesgo

Estas palabras van de la mano con las iniciativas de transición energética, sin embargo, desatiende todas las opiniones y consejos de expertos en la materia, quienes con elementos técnicos han explicado innumerables veces las dificultades que acarrearía su puesta en marcha.

“Se confirma una decisión que significa un riesgo gigantesco para la seguridad energética del país, dadas las reservas probadas de gas y petróleo solo de entre 7,2 y 7,5 años. Con esto se pone en riesgo a un corto plazo el 20 % de ingresos fiscales, 35 % de inversión extranjera, 40 % de exportaciones, 80 % de regalías de los cuales viven los departamentos y 5,6 % del PIB. Aparte del empleo relacionado”, explicó a través de su cuenta en la red social X el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.

A renglón seguido el destacado analista sostiene que a pesar de las buenas intenciones de las que está carga esta iniciativa y lo innovadora que pueda ser en la región, pero hacen falta muchos elementos esenciales de ese proceso. “Todos creemos y queremos una transición energética, pero responsable y en adición con un plan de reemplazo productivo del sector, que aún no se conoce”, posteó Restrepo.

En ese mismo sentido fueron las opiniones de la senadora de oposición, María Fernanda Cabal. De acuerdo con la congresista por el Partido Centro Democrático, la penetración de los hidrocarburos en la sostenibilidad fiscal del país es tan grande, que resulta prácticamente imposible conseguir otro sustituto, por lo menos en el corto plazo.

“Petro confirma que el Estado ha dejado de firmar contratos de exploración de carbón, petróleo y gas, de dónde sacará el 20% de ingresos fiscales, el 35% de inversión extranjera, y 40% de exportaciones. Se está poniendo en riesgo el 5,6% del PIB y cientos de miles de empleos”, expuso Cabal.

También opinó sobre el tema la representante a la Cámara por el Partido Cambio Radical, Carolina Arbeláez, refiriéndose a las noticias que apuntan: primero: hacia la importación de gas desde Venezuela y segundo, ejecutar junto con Pdvsa operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos.

“Absurdo, Colombia no puede renunciar a su soberanía energética, el gas natural es un vehículo para reducir la pobreza y es columna vertebral de la transición energética. Gustavo Petro lo que tiene es un negocio montado con su aliado maduro, lo advertimos desde hace un año. Que desgracia para Colombia este señor”, trinó Arbeláez.

Finalmente, el presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), Bruce MacMaster, rechazó de plano el discurso del mandatario, debido a que los hidrocarburos son la fuente de financiación más importante del Estado colombiano y los daños colaterales que producirían su eliminación de los fondos públicos.

“Esta no es precisamente una buena noticia. Reconocemos que necesitamos gas y petróleo y que los vamos a importar de Venezuela, pero renunciamos a usar los que podamos obtener de nuestro territorio. Esto significa que no sólo no produciremos divisas, sino que gastaremos las nuestras para pagarle a Venezuela. Estás noticias no son buenas para nuestra balanza comercial, nuestra moneda, nuestra actividad económica”, puntualizó el dirigente gremial, citando el video donde el presidente hace el anuncio.