Dispensador de leche y yogur en polvo, para incrementar el consumo de lácteos

Un grupo de jóvenes desarrollaron un proyecto para incentivar el consumo de lácteos en estratos 1 y 2 y ahora están a la espera de la financiación para ponerlo en ejecución.

Se trata de los ganadores del concurso Muuhack, una actividad de innovación abierta y aprendizaje experiencial, organizado por la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de La Sabana, INNpulsa y Asoleche, cuyo objetivo es proponer soluciones que contribuyan al desarrollo de la cadena de valor láctea en el país y llegar a la meta que se ha establecido de un consumo anual per cápita de 170 litros de leche, incluyendo los derivados. (Lea: La leche de vaca, un producto esencial a cualquier edad)

Muuhack pretende facilitar el desarrollo de soluciones creativas e innovadoras para el sector lácteo colombiano, por medio del desarrollo de estrategias de trabajo colaborativo a través de la formación de equipos interdisciplinarios conformados por estudiantes de las diferentes disciplinas, con la mentoría de expertos docentes vinculados y representantes de organizaciones externas.

El concurso tiene tres retos, uno de los cuales es cómo incrementar el consumo de productos lácteos en estrato 1 y 2, donde los ganadores fueron 4 jóvenes estudiantes de ingeniería de la Universidad de La Sabana (tres de ingeniería de producción agroindustrial y uno de industrial) y un egresado de administración de empresas de La Uniminuto.

Según Junior Ariza, uno de los miembros del equipo, el proyecto consiste en una máquina dispensadora donde habría leche en polvo y yogur en polvo. Lo que se pretende es que a un precio muy módico la persona pueda adquirir cualquiera de estos alimentos.

Es así como el precio estaría 50 % por debajo de un lácteo de marca y esto se debe a que para adquirir la materia prima se busca establecer una relación comercial con algunas cadenas de grandes superficies para negociar los productos lácteos que están próximos a vencerse (10 días antes de la fecha) y que en su mayoría terminan venciéndose y desechándose. (Lea: ¿Cómo impulsar el consumo de lácteos en las personas de menos ingresos?)

Se adquieren estos alimentos cuando aún son funcionales a menores precios y ellos mediante un proceso de secado los convierten en polvo aumentando la vida útil de dichos productos, conservando en gran medida todas sus propiedades nutricionales.

La máquina ofrece tres presentaciones del producto como son la porción individual que consta de 26 gramos y su precio sugerido es de $250; otra es la familiar que es para cuatro tazas y costaría $1.000 y la semanal que corresponde a 12 tazas con un precio de $2.900. Tanto la leche como el yogur se preparan con agua.

Otro factor que contribuye a ofrecer un producto más económico es que se mitiga el uso del plástico porque no se ofrece un envase al cliente sino que para la primera compra que realice van a tener un empaque sugerido que es una botella para que lleven allí el producto y cuando quieran volver a comprar deben traerla y allí se recarga.

Inicialmente hicieron un estudio de mercado para ver si el producto era viable y encontraron que perfectamente tendría una demanda y ayudaría en ese propósito de aumentar el consumo de lácteos en las poblaciones de estratos 1 y 2.

En Estados Unidos y México ya hay empresas que comercializan yogur en polvo y han tenido una gran acogida, mientras que en Colombia todavía no hay ninguna empresa nacional que lo produzca. (Lea: Productores e industria buscan elevar el consumo de leche per cápita en 170 litros al año)

En estos momentos el proyecto está en manos de la Universidad, Innpulsa y Asoleche donde miran la viabilidad para darles un capital semilla y que se convierta en una realidad. No obstante, ellos por su parte también están buscando financiación.

Cuando se presentó el proyecto, mediante un proceso de logística inversa, planificaron alrededor de 8 máquinas las cuales se iban a empezar a disponer en Ciudad Bolívar, en Bogotá, porque allí vive la población objetivo. Al totalizar los costos de materias primas, transporte, fletes, todo el proceso de secado y distribución del producto, la inversión inicial asciende a $80 millones que se recuperaría en seis meses.