Temporada taurina de Bogotá 2019, tres jornadas de abono, toros de Juan Bernardo Caicedo, toros de Mondoñedo, toros de Ernesto Gutiérrez, tres tardes inolvidables, tardes de arte taurino, CONtexto ganadero, noticias de ganadería colombiana.
Foto: El Digital de Albacete

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5 grandes toreros lograron salir por la puerta grande de la Santamaría en la temporada taurina

Por - 26 de Febrero 2019

Enrique Ponce, Julián López, El Juli, Andrés Roca Rey, Luís Bolívar y Ramses Ruíz, salieron en hombros y lograron grandes ovaciones. Mostraron técnica y entrega en los medios de la Santamaría. El cierre de temporada fue al estilo Goyesco, con pinturas del artista francés Loren Pallatier en los retablos y la opera de Valeriano Lanchas.


Enrique Ponce, Julián López, El Juli, Andrés Roca Rey, Luís Bolívar y Ramses Ruíz, salieron en hombros y lograron grandes ovaciones. Mostraron técnica y entrega en los medios de la Santamaría. El cierre de temporada fue al estilo Goyesco, con pinturas del artista francés Loren Pallatier en los retablos y la opera de Valeriano Lanchas.   Por la puerta grande salieron 5 de los nueve toreros que pisaron el ruedo de la monumental plaza de toros la Santamaría de Bogotá, lo que habla de la calidad tanto de los toros como de los lidiadores en las tres tardes taurinas que vivió la temporada de Bogotá.   Así lo hicieron los maestros y líderes mundiales del toreo, Enrique Ponce, Julián López, El Juli, Andrés Roca Rey, Luís Bolívar y Ramses Ruíz, es decir, en su orden, dos españoles, un peruano y dos colombianos.   La primera oreja fue de Luís Bolívar con el toro, Lanzadito, de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo, negro mulato, de 503 kilos, musculoso, bien presentado, corni delantero y serio. (Lea: No se pierda la primera de abono en la Santamaría)   Permitió al torero realizar chicuelinas ajustadas y una arrebolera. Posteriormente en la muleta resplandeció la casta del animal y el temple del torero, pues Lanzadito con gran derroche y energía fue detrás del vuelo de la muleta.   En seguida Andrés Roca Rey, logró las primeras dos orejas de la temporada con el toro llamado Adivino de 462 kilos, un jabonero sucio con trapío que embistió con emotividad ante los diversos pases del peruano.   Chicualinas, cacerinas, brionezas, molinetes y naturales, destacaron al torero más joven de la primera corrida de abono.   Posteriormente El Juli con el toro Jilgerillo, negro y de 489 kilos, dio una catedra de técnica, suavidad y de mando.   Se lució con sus lopesinas lances que el mismo creo. Fue un toro boyante y de raza.   Posteriormente Bolívar logró una oreja con el toro llamado Caleño de 599 kilos, un animal de gran movilidad, andarin, al que le sacó con el capote estatuarios, un molinete ceñido y un manolete.   Con la muleta logró lucirse, pero el toro perdió gradualmente energía y comenzó a frenarse, se volvió avanto y perdió fijeza.   Los tres toreros se fueron con dos orejas y salieron por la puerta grande de la Santamaría de Bogotá.   Segunda de abono   En la segunda de abono -realizada en febrero 17 de 2019- dos orejas de toros de Mondoñedo fueron para el español, Fernando Robleño y el colombiano Juan de Castilla. (Lea: Toros de Mondoñedo estarán en la segunda de abono de la Santamaría)   Robleño logró una oreja con el cuarto toro de la tarde llamado Tejedor, de 462 kilos, un animal bien hecho, bravo y exigente que no humilló.   El español que hacía 16 años no venía a Bogotá logró sacarle muletazos con mando y temple, a punta de voces obtuvo naturales. La estocada influyó de gran manera y logró una oreja.   El español Octavio Chacón, confirmo la alternativa por visitar por primera vez el ruedo de la Santamaría y obtuvo palmas con el quinto de la tarde de nombre Tocayito.   Juan de Castilla (Medellín) logró oreja con el toro Canciller de 453 kilos, el cual, fue demostrando poco a poco su casta. En el capote se agarró al piso e igualmente fue tardo en la suerte de varas, pero en la muleta se caracterizó por repetir y sobre salir por el pitón derecho. Mostró su casta y fue difícil de someter.   Castilla requirió de mucha técnica y definió la suerte suprema con una estocada fulminante que le permitió la oreja.   Tercera de abono   En la tercera de abono, Enrique Ponce obtuvo 3 orejas, Ramses dos y Castella una con la ganadería de Ernesto Gutiérrez. (Lea: Cierre de temporada taurina en Bogotá con toros de Ernesto Gutiérrez)   El maestro Ponce abrió la corrida de cierre con el toro Fosforero con el que se lució, incluso, consideró que fue la mejor faena suya en la Santamaría.   El toro de 501 kilos fue un luchador, mostró seriedad, bravura, energía y fijeza. Fue una animal con trapío que pasó con emoción tanto el capote como la muleta del torero español.   Toreo con suavidad y sin acoso, logró verónicas, chicuelinas y naturales por los dos pitones. Se metió en los terrenos del toro. Hubo mando y transmisión. La afición de la capital de la República se llevó el recuerdo de la entrega total del torero y del toro. Aunque el público pedía indulto la presidencia ordenó su muerte.   El segundo toro fue para Sebastián Castella con el que logró su única oreja. Un toro negro de nombre Cerrajero y de 506 kilos.   Comenzó tardo y le costaba trabajo repetir la embestida, pero el torero francés logró sacarle cacerinas, gaoneras y reboleras.   En la muleta le costó trabajo el arranque y se caracterizó por la falta de vibración en la embestida, no obstante, el torero logró naturales y redondeles. Le faltó bravura y casta.   Ramses Ruíz con el tercero obtuvo una oreja. El toro Barrilero de 508 kilos con poca fuerza y tardo durante los dos primeros tercios, luego se fue encelando.   Logró una faena de gran riesgo con los pitones rascándole la cintura. Obtuvo tres naturales y molinetes, muletazos largos, gran temple, mucha técnica y entrega hasta que el toro se rajó.     Con el cuarto Enrique Ponce logra la tercera Oreja con un toro de 510 kilos que recibe con naturales y lo lleva desde las tablas hasta el centro del ruedo.   Temple del torero que le enseño a pasar por la muleta, con tiempo, sin afán, le ganó confianza y le sacó varios naturales de rodillas, e igualmente dos redondos seguidos y abaniqueos de pitón a pitón. Logró una oreja y gritos de torero.     Ramses obtuvo su segunda oreja con el sexto de la tarde. Con el toro Decano, de 510 kilos, obtuvo Chicuelinas, derechazos largos y templados.   Fue un toro emotivo, serio que repitió las embestidas y se fijó en los medios de la Santamaría, tuvo que sacarle pases lentamente con muletazos en la cara

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