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Por CONtexto ganadero - 23 de Marzo 2023
Los quistes ováricos son frecuentes durante el periodo posparto en el ganado lechero y son una de las principales causas de falla reproductiva y pérdidas económicas. A continuación se detalla cómo se clasifican.
La revista FAVE, explica en uno de sus artículos que la incidencia de la enfermedad quística ovárica (Cystic aovarian disease COD), en el ganado de carne es baja, siendo una situación diagnosticada esporádicamente, más frecuente en las razas de doble propósito. (Lea en CONtexto ganadero: Efectos de los quistes ováricos en la ganadería de leche)
De acuerdo a las características histológicas y la actividad de 15 enzimas en la pared folicular, en 1976 se realizó una clasificación muy completa de los quistes ováricos en vacas y cerdas y se identificaron cuatro categorías.
Tipo 1: Con presencia en las capas de células de las tecas y la granulosa.
Tipo 2: Con capas de las células de las tecas y la capa de células de la granulosa reducida, atrésica o ausente.
Tipo 3: Solo las capas de las células de las tecas presentes. En la teca interna solo se observa una capa delgada de la teca externa yuxtapuesta.
Tipo 4: Solo capas de las células de la teca presentes y luteinizadas.
Hay que resaltar que los quistes con células de la granulosa sin alteración, muestran actividad de aromatasa elevada y una concentración elevada de estrógenos en el líquido folicular del antro. Por el contrario, los quistes sin capa de la granulosa son aromatasa negativos y contienen gran cantidad de progesterona.
En ese orden de ideas, se tiene claro que los quistes tipo 1 tienen una estructura que produce estrógenos, el tipo 4 no posee capas de células de granulosa, por lo que dentro de su estructura se produce progesterona.
Según el tipo histológico de quiste (enfocado en el tipo 4), existe una relación clara en el contenido de esteroides del fluido folicular. Sin embargo, no existe correlación entre la concentración de esteroides del plasma y del fluido folicular.
Solo el quiste luteinizado, que es rico en progesterona de origen folicular, muestra correlación entre el nivel de progesterona plasmática y el fluido folicular.
Por lo tanto, los signos clínicos de COD varían y dependen de la extensión de la luteinización del quiste. Pues en la mayoría de los casos, las vacas con quistes se encuentran en anestro como resultado de la produccion de progesterona por los quistes luteinizados.
La apariencia física de las vacas con quistes ováricos depende además de la duración de la condición. En casos agudos no hay cambios observables, pero en casos crónicos el signo más constante y predominante es la relajación de los ligamentos del cinturón pelviano, la inclinación de la pelvis y la elevación de la raíz de la cola, formando la llamada ‘joroba de esterilidad’, cola hueca o cola en sillón. (Lea en CONtexto ganadero: 4 enfermedades que afectan los ovarios de las vacas)
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