Mientras muchos productores reaccionan cuando la sequía ya golpea, la empresaria Marianna Flandes apuesta por anticiparse durante la temporada más fértil. Su enfoque estratégico y preventivo revela cómo la gestión empresarial puede marcar la diferencia en el futuro del campo.
En medio de la temporada de lluvias, cuando el campo florece y las vacas lucen en condiciones óptimas, Marianna Flandes, ganadera y empresaria agroalimentaria, toma decisiones que parecen contracorriente. En su finca, comienza a prepararse para lo que muchos prefieren no pensar, la sequía.
“Es mejor tener un hábito de prevención que estar pagando los platos rotos”, afirmó. A sus ojos, esperar a que llegue la crisis para actuar no solo es riesgoso, sino extremadamente costoso. Y no se refiere únicamente a pérdidas inmediatas, sino a consecuencias que pueden sentirse durante años en el rendimiento del hato y en la estabilidad del negocio ganadero.
Para Flandes, la clave está en entender que el mejor momento para transformar es cuando todo va bien. Por eso, en plena bonanza forrajera, comienza a tomar acciones decisivas. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué la materia orgánica es el "oro" que nutre suelos y engorda el negocio ganadero?)
"Yo prefiero planear con tiempo que andar corriendo cuando ya el tiempo me está apretando", confesó la profesional. Este enfoque se instala como una estrategia empresarial firme.
Entre sus principales acciones se encuentran la selección del hato, optando por vender aquellas vacas vacías que no cumplen con el objetivo de producción, la siembra de nuevos pastos, la remodelación de infraestructura como los corrales y la implementación de un sistema de pastoreo rotacional más eficiente.
Además, ha iniciado programas de transferencia de embriones, con el propósito de fortalecer la productividad y sostenibilidad de su rancho en el largo plazo.
Visión empresarial
Formada en Creación y Desarrollo de Empresas, con una maestría en Negocios Agroalimentarios, Flandes aplica una lógica empresarial que muchas veces aún es ajena a la producción ganadera tradicional.
Su enfoque no solo se basa en el conocimiento técnico, sino en una visión clara del negocio, relacionada con priorizar lo que produce, optimizar los recursos disponibles y actuar en el momento oportuno.
"Muchas veces en época de sequía es cuando nos damos cuenta que hay que sacar vacas, pero ya es tarde. En cambio, yo prefiero hacerlo ahora, cuando están en buenas condiciones, y eso también me permite llevar mejor control del alimento que tengo disponible", explicó.
Flandes reconoció que cada finca es distinta y que no existe una receta universal. "Hay mil factores que pueden ayudar o entorpecer toda la producción", admitió. Sin embargo, insiste en que lo importante es construir una cultura de prevención y adaptación que permita reaccionar con inteligencia antes que con urgencia.
Su modelo rompe con la pasividad estacional del sector y se convierte en una muestra de liderazgo rural moderno, donde planificar en la abundancia es la mejor forma de sobrevivir a la escasez. (Lea en CONtexto ganadero: Materia orgánica del suelo mejora nutrición de pastos)
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