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Foto: brahman.com.auLas vacas necesitan mantener una temperatura corporal estable, que se sitúa alrededor de los 38° para mantener su ritmo de producción

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Por qué los bovinos necesitan mantener su temperatura en verano

Por CONtexto ganadero - 20 de Abril 2023

Las vacas necesitan mantener una temperatura corporal estable, que se sitúa alrededor de los 38° para mantener su ritmo de producción

*En verano, el estrés térmico afecta a los animales en la finca, por lo que baja el ritmo del ordeño. Aquí le contamos algunas recomendaciones para mitigar el calor en bovinos. CONtexto ganadero le explica los detalles.* 


En el portal Agrofy News se dice que el INTA estima que los errores de manejo y la falta de estrategias para mitigar el estrés que sufren los animales por el calor pueden costarle mucho al productor. De acuerdo a los técnicos, existen temperaturas máximas que los animales pueden tolerar sin que se generen pérdidas relevantes en la producción diaria de leche. (Lea: El efecto del estrés calórico en el ganado para producir carne)

Las vacas necesitan mantener una temperatura corporal estable, que se sitúa alrededor de los 38° para mantener su ritmo de producción. Para lograr ese estado, ponen en funcionamiento distintos mecanismos regulatorios que se ven desbordados cuando la temperatura y la humedad relativa superan ciertos límites y el animal comienza a sufrir estrés.

Como el verano está comenzando, todavía hay tiempo para tomar algunas medidas de manejo sencillas que incrementan el bienestar animal y después rinden en la sala de ordeño.

El INTA viene advirtiendo que falta infraestructura en los establecimientos lecheros para amortiguar el impacto de las olas de calor, pues algunos predios no disponen de sombra natural suficiente para todas las categorías de animales.

Además, más de la mitad de los tambos no tienen sombra en el corral de espera de la sala de ordeño y menos del 10% disponen de sombra y sistema de ventilación/aspersión, a pesar que es una instalación recomendada para reducir el estrés térmico.

Para ser más exacto, las vacas agobiadas por el calor aumentan su ritmo respiratorio, pues el normal es de entre 35 a 50 movimientos por minuto y cuando están estresadas superan los 80 movimientos. Además, respiran con la boca abierta – jadean y la lengua les cuelga de la boca.

Se debe tener en cuenta que los animales más jóvenes son más sensibles que los adultos a las olas de calor. Por lo que, para mitigar las consecuencias del calor, es imprescindible invertir en sombras para corral de espera, potreros y corrales de encierro.

Uno de los puntos que se resaltan es que, si los bovinos no cuentan con un sistema de ventilación y aspersión para mantener su temperatura, hay que mojar a los bovinos que se encuentren encerrados en el corral de espera durante 20-30 minutos utilizando una manguera de lavado de pisos, para posteriormente llevarlos a un lugar con alimento, sobra y agua. (Lea: Indicadores y pérdida de calor en bovinos por estrés calórico)

En cuanto a la nutrición, hay que adaptar la ración disminuyendo los alimentos fibrosos e incrementando los concentrados en energía (dieta fría). Y, por último, se debe evitar desplazamientos excesivos del hato ganadero bajo el rayo del sol.

El consumo de agua también debe planificarse con cuidado. Una vaca adulta necesita 120 litros de agua por día en verano, por eso es clave realizar las inversiones necesarias que garanticen a los animales el acceso a agua fresca, de calidad y en cantidad.

El INTA elaboró una serie de indicadores que permiten medir el estrés térmico que están tolerando los animales. El primer indicador que se utiliza para monitorear si las condiciones ambientales son estresantes es el índice de temperatura y humedad (ITH).

Cuando oscila alrededor de 72, los animales ya padecen disconformidad térmica, por lo que la hora más crítica suele producirse alrededor de las 3 pm, cuando se máxima la temperatura ambiente.

Finalmente, hay que tener en cuenta la relación entre temperatura y humedad es clave, también, para definir la sensación térmica.