Centros de reindustrialización: apuesta por la economía popular en Colombia
PorCONtexto ganadero-02 de Diciembre 2024
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Por - 15 de Abril 2022
El levante y la ceba se ha convertido en una de las alternativas favoritas de muchos productores en el país, quienes ven en los precios del ganado, una oportunidad para estabilidad en la rentabilidad, teniendo en cuenta la variación de muchos costos de producción. Aprenda cómo ahorrar con la cría.
El levante y la ceba se ha convertido en una de las alternativas favoritas de muchos productores en el país, quienes ven en los precios del ganado, una oportunidad para estabilidad en la rentabilidad, teniendo en cuenta la variación de muchos costos de producción. Aprenda cómo ahorrar con la cría.
Expertos en alimentación bovina están continuamente revisando cuáles son las materias primas más interesantes para hacer las raciones de alimentos más competitivas, teniendo en cuenta que los insumos cada vez están más costosos. Es por esto, que este se considera el camino al éxito debido a que la alimentación es el principal costo de producción tanto en ganadería de leche como de carne. (Lea: Colombia está frente a una oportunidad grande con la cría)
Muchos de los productores colombianos quieren aprovechar el buen momento de los precios del ganado para hacer inversiones y consolidar una estabilidad económica, a la vez que quieren ahorrar para los días venideros. Pero la pregunta es, ¿en donde se puede ahorrar en un sistema de cría? La respuesta está ligada al objetivo que tiene la gran mayoría, que es intentar que las novillas paren a los dos años de edad.
De acuerdo a un artículo elaborado por Juan Vicente González Martín en la Revista Frisona, la edad estipulada como óptima para que se produzca el primer parto son los 24 meses. Hay estudios que la bajan hasta 22 y ganaderos que, de manera empírica, defienden edades mucho más tardías como los 30 meses. Pero es entre los 23 y 25 meses, la buena ventana en la que se debe fijar el objetivo de cada ganadero.
Aunque no se tenga dentro del predio datos informatizados de las vacas que se poseen con los que se pueden sacar los índices que permitan comprobar cómo va el negocio, la edad al primer parto la pueden saber todos los ganaderos, pues es la fecha de nacimiento y la del primer parto, los datos que siempre se registran o se tienen presentes.
Hay que tener presente que la mayoría de las fincas en el mundo tienen un porcentaje de desecho comprendido entre el 20 y el 35%, siendo este el porcentaje de novillas que tienen que parir cada año si se quiere que la finca conserve constante el número de vacas.
González Martín ejemplifica que en una finca de 100 vacas en la cual las novillas paren a los 24 meses con un desecho del 20 % anual, se deberá tener en un momento dado doble de ese porcentaje de novillas de reposición, es decir 40 con edades comprendidas entre recién nacidas y dos años. Pero si el desecho es del 35 %, ese predio deberá tener 70 novillas.
Si se supone que la mayoría son de esos ganaderos que piensan que sus novillas deben parir a los 30 meses, 6 meses más de los 24 ideales, o lo que es lo mismo un 25% más del tiempo, entonces se necesita un 25% más de novillas.
Por lo que esta finca de 100 vacas con tasa de desecho del 20 % necesitará recriar 5 novillas más al año y si la tasa de desecho es del 35% entonces se necesitará recriar 8.75 novillas más, como lo menciona el experto.
Esto quiere decir que ese costo de producción que se hace en esos 6 meses más de los ideales se puede ahorrar si los productores se fijan como meta conseguir que las terneras paran por primera vez entre los 23 y 25 meses de edad.
En un video publicado en el canal de Youtube de Antonio del Dago - Hacienda La Verónica, se explica que el llevar una ternera a producción es una ardua y larga tarea, pues retrasar los tiempos en el levante y posterior servicio de la novilla generará perdidas en el negocio. (Lea: Cría y levante de terneras, aspectos fundamentales de la rentabilidad)
“Generalmente siempre estamos pensando en las edades más adecuadas para servir a nuestras novillas, pero no es lo más acertado porque no todos los levantes son iguales y no todos los animales crecerán de igual forma, por lo que servirlas en una determinada no será lo más adecuado. Por eso podemos generar inconvenientes en servir animales que, aunque tengan la edad “adecuada”, no lo será su crecimiento y peso, teniendo animales con dificultades para parir y con producciones muy bajas y malas”, menciona Dago.
Esta es la razón por la que conocer bien las razas que tiene y el momento en que ser sirven evita que se pierda tiempo y así se logrará tener vacas productivas en mucho más corto tiempo, llevado a la realidad de cada ganadería.
Esto quiere decir que, para tener una ganadería más rentable, el productor debe tener claro que se debe mejorar la edad al primer parto de las novillas, pero la pregunta es ¿cómo conseguir que las terneras paran con dos años?
La respuesta no es fácil, pues en dos años de vida de una vaca suceden muchas cosas. Son muchos los puntos que hay que atender, por lo que contar con un veterinario de confianza es el camino más seguro para conseguir este objetivo. Bajo este contexto, estos son algunos de los puntos que se deben seguir para alcanzar la meta:
Un buen parto y encalostrado serán absolutamente imprescindibles.
La prevención, que no el tratamiento, primero para las diarreas y luego para las neumonías.
Un programa de alimentación y manejo que aseguren el crecimiento correcto.
Un programa de cubriciones adecuado.
Si falla cualquiera de los cuatro puntos mencionados, entonces es probable que no se logre conseguir el objetivo, pues solo una organización y programación de estos puntos podrá poner al ganadero más cerca en el objetivo que se tiene, llegando a generar en el productor un sentido de pertenencia, voluntad y compromiso.
De acuerdo con Dago, “si se quiere tener un servicio más ajustado a la realidad, hagamos de la siguiente manera. Para los animales de tamaño pequeño como la raza Jersey, el servicio se debe hacer entre los 250 – 270 kilos, siendo esta una forma adecuada de hacerlo sin problema”.
En cuanto a animales de razas medianas como las Ayrshire, se puede realizar cuando estos hayan alcanzado el peso de 350 kilos hacia arriba para evitar cualquier tipo de inconveniente con el parto. En el caso de los bovinos de talla grande como el Brahmán, el peso debe ser por encima de los 370 kilogramos. Esto quiere decir que hay que relacionar la raza con el peso, para que el servicio y el parto se presenten de forma correcta.
En este orden de ideas, llegar a ese peso en el menor tiempo posible debe ser un trabajo que haga cada ganadero en su predio, por lo que planificar metas es una de las alternativas más adecuadas que recomiendan los expertos, pues se centran en trabajar para lograr grandes resultados en cortos periodos de tiempo.
En palabras de Dago, “siempre manejaremos pesos de cada tamaño de los animales, de esta manera siempre lograremos tener partos más fáciles y menos riesgosos, un trabajo bien hecho siempre dará mejores resultados. Cada ganadería necesitará los mejores ingresos para ser rentable, así que un buen trabajo permitirá que esto suceda de forma rápida pero bien hecho”.
Esto quiere decir que para que el ganadero de cría ahorre, no solo debe tener en cuenta la nutrición, sanidad y manejo de sus animales, sino también la raza a la que pertenecen estos, para que de esta forma se pueda conocer el peso para la edad al primer parto, siendo este el factor determinante al momento de evitar en excesos de costos de producción.
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