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Foto: Fedegán FNG - Captura tomada del canal de youtube Agrilink

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Silvopastoriles con forrajes mejorados ayudan a combatir el cambio climático

Por - 20 de Agosto 2021

Explorar los beneficios de los forrajes multipropósito para mejorar la productividad mientras se reduce la huella ecológica, fue el propósito de un trabajo desarrollado por la alianza Bioversity Ciat.


Explorar los beneficios de los forrajes multipropósito para mejorar la productividad mientras se reduce la huella ecológica, fue el propósito de un trabajo desarrollado por la alianza Bioversity Ciat.

Jacobo Arango, científico Senior de la entidad y miembro del programa de forrajes tropicales, señaló que la reducción de la huella se realizó por medio de germoplasma forrajero desarrollado a través de la recolección, selección y mejoramiento. Así como por medio de forrajes como productos de alto valor y opciones de forrajes integrados en sistemas agropecuarios de pequeños productores para obtener beneficios medioambientales y socioeconómicos. 

La alianza tiene un banco de semillas que conserva las colecciones más grandes del mundo de fríjoles, yucas y forrajes tropicales, con 44 000 accesiones de forrajes tropicales.

El reto no es solamente guardarlas sino utilizarlas, por eso la alianza hace selección y mejoramiento genético. En selección lo que hacen es probar un grupo de esas semillas y escoger las mejores, mientras que con el mejoramiento lo que hacen es cruces genéticos, escoger un padre y una madre con unas características deseables cruzarlos y que los hijos en teoría puedan llevar esas dos características. Es así como han salido bastantes materiales forrajeros. (Lea: Cómo ganar plata y contaminar menos)

Uno de los objetivos es aumentar la productividad y una intensificación sostenible, es decir, utilizar menos área para esa producción ganadera y también reducir las emisiones de gases efecto invernadero.

Un ejemplo de esos materiales forrajeros es un ensayo que tienen en el Ciat donde hacen una combinación entre diferentes forrajes, donde está una pastura limpia que es la brachiaria híbrido caimán, en combinación con una leguminosa herbácea que es Canavalia brasiliensis y leucaena diversifolia que es un sistema silvopastoril.

Lo que se hizo fue monitorear para diferentes variables con el fin de ver cuál se comportaba mejor y poder transferir esa información a los productores.

Entre los resultados encontrados se destaca el aumento de carga ya que se pudieron tener de tres a cuatro animales por hectárea de manera constantes durante todo el año comparado con el promedio nacional que es de menos de una unidad por hectárea.

También se monitoreó la ganancia de peso de los animales que estaban en esos sistemas y que comían cada una de esas dietas y se encontró que a medida que aumentaba la oferta forrajera se obtuvo una ganancia de peso muy superior al promedio nacional que son 200 gramos por animal por día, lo cual se traduce en mayor productividad y en menores emisiones de GEI. (Lea: Forrajes híbridos y mejorados, opción frente al cambio climático)

Otro aspecto importante es combinar las pasturas con el componente arbustivo porque eso aumenta la producción de biomasa y los indicadores de calidad.

Igualmente se hizo un cálculo sobre la proyección de área necesaria para producir 800 kilos de carne al año según la capacidad de carga y las ganancias de peso vivo. Con una pastura nativa se requieren 10,6 hectáreas, pero con una pastura mejorada pero de baja capacidad nutricional como la brachiaria humidícola se requerirían 3,1 hectáreas; y con la brachiaria caimán, solamente 1,7 hectáreas.

Así mismo si esa pastura mejorada se combina con una leguminosa herbácea como Canavalia brasiliensis, se demandaría 1,2 hectáreas y si se tiene un sistema silvopastoril donde se incluye la leucaena sólo se requiere 0,8 hectáreas. Esto ayuda a reducir la presión en los bosques y en las selvas que son una gran reserva de carbono, señaló el experto.

Otro aspecto que se encontró en este ensayo tiene que ver con los servicios ecosistémicos que puede brindar una ganadería bien manejada. Lo que se investigó fue relacionado con indicadores de salud del suelo y se observó que los sistemas silvopastoriles presentan mejores resultados a cuando está una pastura limpia.

Cuando se implementa un sistema silvopastoril se disminuyen las emisiones de GEI, se aumentan las reservas de carbono y abunda la macrofauna. Se mejoran los indicadores de salud del suelo como materia orgánica y la estructura misma. (Lea: La ganadería en Colombia tiene una capacidad importante para mitigar emisiones)

En cuanto a emisiones de metano se debe tener en cuenta que éste se produce por fermentación entérica donde los microorganismos descomponen y fermentan celulosa, fibra, almidones y azúcares y lo que se trata es de reducir esas emisiones de metano.

Lo que se encontró con el trabajo realizado por la alianza es que el uso de leguminosas tropicales se ha implementado debido a su alto contenido de proteínas; algunas como la leucaena son ricas en metabolitos secundarios como taninos condensados y saponinas. Estos compuestos promueven cambios en las poblaciones microbianas ruminales debido a los efectos bacteriostáticos, bactericidas e inhibidores de enzimas que modifican la fermentación ruminal.

También están vinculados a la reducción del metano entérico formando complejos con proteínas y polisacáridos reduciendo la degradación de nutrientes en el rumen.

Otra de las investigaciones de la alianza mostró que un manejo adecuado del pastoreo puede reducir las emisiones de metano.

Así mismo, la degradación de las pasturas aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero que vienen del suelo como es el caso del óxido nitroso. En un ensayo que se hizo hace algunos años con la colaboración de Agrosavia se tomaron siete localidades del trópico bajo de todo el continente y se evaluó la misma pastura en estado productivo y de degradación. (Lea: Las soluciones de países en desarrollo en modelos de ganadería sostenible)

Lo que se observó fue que esas emisiones de óxido nitroso eran más grandes cuando se trataba de pasturas degradadas por lo que el mensaje es que se debe hacer el  esfuerzo por mantener las pasturas productivas no solo para alimentar el ganado sino también para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

Otra investigación hecha por la alianza fue en cuatro fincas de los Llanos Orientales sobre los efectos en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo del establecimiento de sistemas rotacionales intensivos. Nueve meses tras el establecimiento del manejo, las propiedades del suelo se compararon respecto a las fincas colindantes de baja carga ganadera y se encontró un aumento importante en la capacidad de carga.

Las fincas con pastoreo rotacional intensivo presentaron una mayor abundancia de lombrices, coleópteros y otra macrofauna del suelo que las fincas con manejo no intensivo. La mayor riqueza de macrofauna encontrada es un indicador de una mayor calidad del suelo. Se incrementó la retención de agua y se redujo la densidad aparente del suelo. El contenido de carbono y nitrógeno se vio aumentado en el suelo.

Además de multiplicar por cuatro la carga ganadera, el pastoreo rotacional intensivo mejoró las propiedades del suelo.

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