El evento organizado por Fundagán con apoyo de Fedegán-FNG superó todas las expectativas, alcanzando una meta de recaudación de 1501 vacas preñadas que serán donadas para transformar vidas rurales. En una noche cargada de emoción, compromiso y esperanza, el gremio demostró que la paz se construye con acciones en el campo.
El pasado jueves 6 de noviembre, el Gran Salón del Club El Nogal se transformó en el corazón de la esperanza rural. La V Gran Cena Gourmet, organizada por Fundagán con el apoyo de Fedegán-FNG, reunió a ganaderos, empresarios, alcaldías, artistas y aliados que han hecho posible una cadena de solidaridad que ya ha impactado más de 20.000 vidas campesinas. A las ocho de la noche, con los himnos Nacional y de Fedegán resonando en el recinto, se dio inicio a una velada que combinó elegancia, compromiso y emoción.
Desde el escenario, Carlos Luque, presidente de la Junta Directiva de Fundagán, expresó con fuerza el espíritu del encuentro: “Mientras la brecha que separa al campo de la ciudad siga abierta, la paz será una promesa aplazada”. (Lea en CONtexto ganadero: Así transcurrió la V Cena Gourmet del programa Una vaca por la paz de Fundagán y Fedegán)
Sus palabras marcaron el tono de la noche. Luque recordó que cada vaca es una fuente de vida y también un símbolo, el de una Colombia que se reconcilia con su origen. “La vaca por la paz no es una obra de caridad, es un acto de justicia, una alianza de quienes tienen la posibilidad de dar. Es un movimiento de la fe en el campo colombiano”, afirmó ante un público que lo escuchó con atención.
El presidente agradeció el esfuerzo colectivo y resaltó que “la paz no es el silencio de los fusiles, la paz es el fruto del trabajo, la solidaridad y la fe, esa es la paz que con orgullo Fundagán sigue construyendo”.
Voces que inspiran
En medio de aplausos, Jaime Daza Almendrales, secretario general de Fedegán-FNG, agradeció a los presentes, a los chefs y a Rafael Poveda, quien condujo la ceremonia. También destacó el liderazgo del presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie, por su apoyo constante a las iniciativas sociales del gremio.
La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal, fundadora y primera presidenta de Fundagán, recordó los orígenes de la organización y de su programa insignia. (Lea en CONtexto ganadero: Una cena, mil esperanzas: el campo colombiano se une por la paz este 6 de noviembre)
“Desde los inicios de Fundagán en 2007, nuestro propósito ha sido uno solo: darle dignidad al campo colombiano. Más de 5 mil familias en 27 departamentos han sido beneficiadas. Solo extender una mano de generosidad es darle a ese campesino pobre la posibilidad de que sus hijos se alimenten mejor”, dijo emocionada.
Cabal destacó que el programa ya supera una década de trabajo sostenido. “Es la prueba de que la paz no se firma con papel y tinta, sino que se construye”. Y añadió una reflexión que retumbó en el salón: “Colombia no será un país desarrollado mientras el campo siga siendo tierra de nadie. No puede haber desarrollo sin paz: sin seguridad no hay desarrollo, sin desarrollo no hay paz y sin seguridad en el campo nunca habrá paz en Colombia”.
El padre Diego Jaramillo, presidente de la Corporación Organización El Minuto de Dios, también tomó la palabra para agradecer la alianza entre las entidades. “De parte de El Minuto de Dios quiero dar las gracias a Fundagán y Fedegán. Hemos visto un apoyo, muchas de nuestras familias están pensando en recibir una vaca, un ternero depende de Fundagán”, manifestó, resaltando el alcance real del programa en comunidades vulnerables.
Una noche para la historia
Mientras el chef vasco Koldo Miranda presentaba los platos de la cena, se dio inicio a la esperada “Vacatón”, una dinámica de recaudación dirigida por el célebre martillo Ricardo Barreneche, acompañado por Manuela Ganadera. El entusiasmo fue creciendo vaca tras vaca, compromiso tras compromiso.
Cuando el reloj marcó el cierre de la jornada, el “vacómetro” anunció la noticia que todos esperaban: se logró la meta. Un total de 1500 vacas preñadas recaudadas para beneficiar a familias rurales en distintas regiones del país.
El aplauso fue inmediato, en cada rostro se reflejaba la satisfacción de saber que, más allá del evento, la solidaridad ganadera sigue viva y sigue cambiando destinos.
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