Gobiernos locales, empresas privadas, gremios y entidades financieras se han unido en torno a la iniciativa liderada por la Fundación Colombia Ganadera (Fundagán) y respaldada por Fedegán-FNG. Su compromiso demuestra que el desarrollo rural y la paz se construyen en equipo. El 6 de noviembre, en Bogotá, se celebrará la V Gran Cena Gourmet.
La paz también se construye con alianzas. Así lo demuestra Una Vaca por la Paz, el programa liderado por la Fundación Colombia Ganadera (Fundagán), con el apoyo de Fedegán-FNG, que desde hace varios años ha tejido una red de cooperación sin precedentes en el sector rural colombiano.
Detrás de cada vaca entregada, hay empresas, alcaldías, organizaciones y gremios que creen en la fuerza del trabajo colectivo y en la dignidad del campesino.
Aliados institucionales y territoriales
El compromiso de los gobiernos locales ha sido fundamental para identificar a las familias campesinas beneficiarias, articular esfuerzos en las regiones y garantizar el acompañamiento social de las entregas.
Municipios como Belalcázar y Pensilvania (Caldas), Carolina del Príncipe (Antioquia) y Zipaquirá (Cundinamarca) se han unido a la causa, aportando logística, talento humano y articulación con asociaciones rurales.
Su presencia demuestra que el liderazgo territorial es clave para que la solidaridad se traduzca en resultados sostenibles.
Aliados empresariales y del sector productivo
Empresas del sector ganadero y agroindustrial como Minerva Foods, Grupo Manzanares, Acres Farm, Compañía Ganadera del Meta y AByC Inversiones S.A.S. son parte esencial de esta cadena.
Su apoyo combina donaciones, acompañamiento técnico y presencia constante en las ediciones del programa que está a punto de cumplir su quinta puesta en escena.
Estas compañías han entendido que la sostenibilidad no es solo ambiental, sino también social: que invertir en el campo es invertir en el futuro del país. (Lea en CONtexto ganadero: Minerva Foods y Una Vaca por la Paz: el lazo que une al ganadero, la tierra y la esperanza)
La visión empresarial detrás de estos aportes coincide en un punto: fortalecer al campesino como eslabón indispensable entre la tierra, el alimento y la sociedad. Cada vaca entregada representa una oportunidad de independencia económica, de aprendizaje y de esperanza.
Aliados financieros y gremiales
A la cadena solidaria también se han sumado entidades como el Banco Agrario de Colombia, liderado por Hernando Chica Zuccardi, que impulsa la inclusión financiera rural y promueve la sostenibilidad del proyecto a través de productos diseñados para pequeños productores.
Desde el ámbito gremial, el Comité Departamental de Ganaderos de Caldas, junto con otros comités regionales, aporta su conocimiento técnico, formación en buenas prácticas y acompañamiento en campo. Este trabajo conjunto asegura que las vacas entregadas no sean solo un activo, sino el punto de partida para consolidar microemprendimientos rurales sostenibles.
Solidaridad en cadena que se multiplica
En cuatro ediciones, Una Vaca por la Paz ha entregado más de 5.000 vacas preñadas a más de 20.000 beneficiarios, construyendo una red de confianza y cooperación que crece año tras año.
El principio es simple, pero poderoso: la primera cría de cada vaca entregada regresa al fondo del programa, permitiendo que otro hogar también se beneficie. Así, la ayuda se multiplica y la solidaridad se convierte en desarrollo. (Lea en CONtexto ganadero: En 3 semanas, una cena solidaria unirá vacas, paz y desarrollo en el corazón del campo colombiano)
El gran encuentro solidario
El próximo 6 de noviembre, Fundagán celebrará la V Gran Cena Gourmet de Una Vaca por la Paz en el Gran Salón del Club El Nogal, en Bogotá. El evento reunirá a ganaderos, empresarios, alcaldías y personalidades del país en una velada donde la generosidad será el plato principal.
La cena estará a cargo del chef con estrella Michelin Koldo Miranda y Humberto Sánchez, chef ejecutivo del Club El Nogal. Los fondos recaudados se destinarán a nuevas entregas de vacas preñadas a familias campesinas vulnerables, fortaleciendo el tejido social rural y ampliando el alcance de esta iniciativa que hoy representa un modelo de solidaridad y productividad para Colombia.
Una Vaca por la Paz es más que un programa: es una causa nacional. Cada aliado, desde su campo de acción, aporta una pieza al mismo propósito. Juntos, están demostrando que la paz también se alimenta, se trabaja y se multiplica.
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