Ovinos
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Los sistemas pastoriles ovinos pueden capturar carbono según investigaciones

Por - 01 de Marzo 2023

La ganadería ha demostrado que es una actividad que puede llegar a capturar carbono, por eso, en Argentina estudios concluyeron que los ovinos también pueden contribuir al cuidado del medio ambiente.


La ganadería ha demostrado que es una actividad que puede llegar a capturar carbono, por eso, en Argentina estudios concluyeron que los ovinos también pueden contribuir al cuidado del medio ambiente.

Un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Argentina concluyó, tras una serie de investigaciones, que los sistemas pastoriles ovinos tienen un fuerte componente de captura de carbono y que, en muchos casos, llegan a capturar más carbono del que emiten. Si bien, ya hay investigaciones que lo han explorado en ganadería bovino caprina, estos estudios le apuntaron a comprobarlo en ovejas.

Estos análisis, se hicieron a propósito de uno de los temas del cuidado del medio ambiente que más preocupa a nivel mundial: los gases de efecto invernadero. Del cual su principal causa es la emisión de dióxido de carbono (CO2). Por eso, investigaciones del mundo han demostrado que la ganadería es un aliado para capturar carbono en el medio ambiente, utilizando, sobre todo, sistemas de ganadería regenerativa y sostenible las cuales pueden llegar a mitigar las emisiones de gases en un 41%, y capturar toneladas de carbono.

En la Patagonia, Argentina, la mayoría de los sistemas ganaderos ovinos son de pastoreo. “En este caso, es cierto que existe emisión de metano del ganado, pero también hay un componente de secuestro de carbono dado por las pasturas, elementos arbóreos, los arbustos, entre otros”, explica Mauricio Álvarez, coordinador nacional del programa Carnes y Fibras del INTA.

Esta entidad explica que las investigaciones se realizaron en la Patagonia Austral y allí fue donde los resultados arrojaron que el pastoreo en ovinos tiene un balance de carbono positivo. “Lo que favorece y determina que el balance neto de carbono de un establecimiento sea positivo, es decir, producir carne y lana sin emitir gases de efecto invernadero, es ajustar la carga y evitar la disminución de la cobertura forrajera y la erosión del suelo”.

Además, el INTA pudo determinar que no solamente llegaron a registrar captura de carbono; sino que también conservaron la biodiversidad de plantas en un umbral aceptable, y que no se redujera a más del 80 % la biodiversidad. De esta manera, la actividad genera servicios ecosistémicos esenciales en muchos ambientes, lo que contribuye a la recirculación de nutrientes y preservación de la biodiversidad.

Las tecnologías posibles de aplicar en estos sistemas son de procesos, esto quiere decir, “usan muy poco insumo externo, son de muy bajo costo y permiten no solo aumentar la producción sino revertir las tendencias ambientales de los pastizales naturales y aumentar, a partir de su mayor producción, el secuestro de carbono”, destacó Álvarez.

En la actualidad, las demandas del mercado y de los consumidores, tanto en Argentina como a nivel internacional, ponen en la mira la relación de los sistemas de producción y el impacto que estos tienen sobre el cambio climático.Claudia Faverín, coordinadora del proyecto disciplinario Emisiones (GEI) en los sistemas agropecuarios y forestales del INTA, concluyó: “El desafío es construir conocimiento para contribuir con las estrategias comerciales y posicionamiento de la carne”. 

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