Sojeros estadounidenses no saben qué hacer con su cosecha

La producción de maíz y soya es buena y el ritmo de la cosecha es acorde al promedio histórico. El problema que enfrentan los productores es la falta de espacio de almacenaje, tanto en las plantas acopiadoras como en los mismos establecimientos debido a una “falta de demanda” china en medio de la guerra comercial.   Así lo informa Carlos Rydstrom en un artículo publicado en el portal tardaguila.com.uy, en sonde explica que los granjeros de los Estados Unidos llevan cosechados prácticamente el 90% de sus cultivos de maíz y soja. Algunos, como Iowa, alcanzan el 97%, mientras otros como, Missouri, han llegado a 77%.   Los efectos de la guerra comercial   Para Rydstrom la guerra comercial entre Estados Unidos y China es una expresión del conflicto geopolítico entre las dos principales economías del mundo. Donald Trump alcanzó la presidencia de su país porque, entre otras cosas, prometió hacerle frente al crecimiento económico de China que amenaza superar a los Estados Unidos como potencia económica desde hace ya un tiempo.   Agrega que desde que la Casa Blanca impuso los primeros aranceles sobre hierro y aluminio provenientes del gigante asiático, el gobierno de Xi Jinping apuntó sus represalias al sector agroexportador norteamericano, en parte debido a que el núcleo demográfico asociado al ambiente rural está compuesto por votantes de Trump.   Desde entonces, el cultivo más perjudicado es indudablemente el de la soja, pues al sufrir un sobrecoste arancelario de 25%, la oferta norteamericana no es atractiva para los chinos, quienes han concentrado su demanda principalmente en Brasil.   ¿A dónde está yendo la soya?   De acuerdo el artículo de Rydstrom, Estados Unidos ha redirigido el 45% de las exportaciones que previamente se dirigen a China, principalmente a México y a la Unión Europea, dice Chat Hart, especialista en comercialización de granos de la Universidad de Iowa (ISU).   Sin embargo, “abrir los mercados para colocar lo demás no sucederá de un día para el otro”, expresó al medio estadounidense agriculture.com.   Es por ello que grandes acopiadores como ADM o Bunge cobran sobreprecios a los productores para almacenar sus cosechas y contratistas de ensilaje están “trabajando a ritmos nunca vistos” de acuerdo con lo que publica reuters.   Hay casos en los cuales cultivos dañados por tormenta no son cosechados y otras en las cuales los granos se almacenan en galpones no acondicionados para ese uso.   De acuerdo con The New York Times, existen casos de productores demandando a las empresas acopiadoras por el “excesivo costo” del almacenaje, que está 40% por encima del año anterior, existiendo casos como el de Eric Maupin, en Tennessee, que indicó a reuters que el almacenaje de granos está entre 60 centavos y US$ 1.20 por bushel, hasta tres veces más caro que en la zafra anterior.   Desde el comienzo del conflicto, el gobierno de Trump prometió subsidios de 12 mil millones de dólares para estos productores, de los cuales se entregaron cerca de 850 millones hasta el momento, esto puede subsanar las pérdidas para los productores en el corto plazo, pero si no se encuentran los mercados para direccionar es producción en el mediano plazo, el daño a la economía estadounidense puede ser muy importante.   Por tardaguila.com.uy - Carlos Rydstrom