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Lafaurie sobre situación de Colombia: podemos estar a un paso de la desestabilización que hoy sufre Ecuador

Por CONtexto ganadero - 16 de Enero 2024

El mal de males, el cáncer que ha hecho metástasis en Colombia y Ecuador es el narcotráfico, su poder corruptor y su capacidad para suplantar al Estado, generar violencia y desestabilizar un país al amaño de sus intereses.


Un complejo panorama para Colombia avizora José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), tomando como referencia la crítica situación por la que está pasando Ecuador.

De acuerdo con el dirigente gremial, no estamos lejos de la desestabilización que se vive en el vecino país porque “padecemos los mismos síntomas producto de las mismas enfermedades”, indicó en su más reciente columna de opinión publicada en los principales medios de comunicación del país.

Para el también integrante del equipo negociador de paz del gobierno nacional con el ELN, tanto Colombia como Ecuador padecen un cáncer que ha hecho metástasis: el narcotráfico, su poder corruptor y su capacidad para suplantar al Estado, generar violencia y desestabilizar un país al amaño de sus intereses.


Caso Colombia

En el caso de Colombia, la fumigación con glifosato, que llevó los cultivos a niveles mínimos al final del gobierno Uribe, se movió en la frontera con Venezuela al ritmo de las fricciones con Chávez. Sin embargo, en 2007, Correa llegó al poder y los dos socialistas del Siglo XXI hicieron causa común contra Colombia por la fumigación, incluidas la demanda ecuatoriana ante la Corte de La Haya y la amenaza de Correa de derribar aviones de fumigación.

“Por esas dos fronteras resucitó el narcotráfico, que hoy es poder efectivo, tanto en la frontera nororiental en el Catatumbo, y en la suroccidental en Putumayo, Nariño y Cauca, a un paso de Ecuador; una peste que se expandió a otros territorios con la suspensión total de fumigaciones en 2015, bajo la presión de las Farc en la mesa de negociaciones”, expresó.

Y manifestó que “hoy asistimos a dos agravantes en ambos países: el desdoblamiento de las mafias en cientos de bandas criminales de enorme impacto desestabilizador en las ciudades a partir del microtráfico, y la presencia comprobada de las violentas mafias mexicanas”.

En su análisis afirma que el panorama en Colombia no es halagüeño: 400 municipios están bajo control territorial de grupos criminales para la protección de sus rentas ilícitas. “De 48.000 hectáreas de coca pasamos a 300.000 y, de contera, en ese mayor hectareaje aumentó la productividad, de dos a cinco cosechas anuales. La mayor producción, sumada a la competencia del fentanilo y demás drogas sintéticas, generó una caída pronunciada de las exportaciones”.

“Estamos inundados de coca en los campos y de cocaína en las ciudades y pequeñas y medianas poblaciones, lo que ha multiplicado los ‘emprendimientos criminales’ y la competencia mortal entre ellos, disparando una violencia anárquica y diferenciada a nivel regional, según sean los actores violentos en cada territorio”, agregó en su análisis titulado “De Ecuador a Colombia… solo hay un paso”.

Además, sentenció que “podemos estar a un paso de la desestabilización que hoy sufre Ecuador. La respuesta del presidente Noboa es la correcta: la restauración del orden a partir de la seguridad y el imperio de la ley… Ese es el camino: primero el orden, como condición para la verdadera libertad; lemas de nuestro escudo”.


¿Qué pasó en Ecuador?

Lafaurie Rivera explicó la crisis que vive Ecuador: Al problema de una justicia con altos niveles de impunidad y el auge de doctrinas que la promueven, como la justicia restaurativa y la despenalización, se suma el de las cárceles bajo el dominio de grupos criminales y convertidas en centros de operaciones de la delincuencia, lo que no es sino el síntoma de una enfermedad también crónica en Colombia.

“Un sistema penitenciario sobrepoblado y permeado por la corrupción, en el que la resocialización y la ‘alta seguridad’ son un chiste. El detonante del caos en Ecuador fue la fuga, en apenas tres días, de dos peligrosos criminales, uno de los cuales no duró 24 horas arrestado”, expresó en su escrito semanal.

Los problemas no surgen por generación espontánea, dijo. “En 2017, Rafael Correa, antes de dejar la presidencia de Ecuador ‘hizo el mandado’ e indultó a 3000 personas convictas por narcotráfico. En 2018, Santos nos dejó un Acuerdo espurio con las Farc, garantizándoles impunidad por todo tipo de delitos, y… lo más grave: nos dejó 300.000 hectáreas de coca”, concluyó.

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