Presidente Gustavo Petro
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Revivir mataderos municipales, propone Petro

Por - 16 de Noviembre 2022

El presidente aseguró que el precio de la carne también se ha incrementado por la especulación.


El presidente aseguró que el precio de la carne también se ha incrementado por la especulación.

El presidente Gustavo Petro aseguró en el marco del evento de conmemoración de los 100 días de su gobierno, que el incremento del precio de la carne en Colombia tiene que ver con un “oligopolio” que no permite que los campesinos comercialicen sus productos, informó Caracol.

Por ello, el mandatario propuso revivir los mataderos municipales y así evitar “el hambre en Colombia”.

“Colombia no puede quedar en manos de un monopolio de frigoríficos de carne res, se ha llegado a ese punto por que el INVIMA acabó con la figura del matadero municipal, hay que dar vuelta atrás”, propuso.

“Hoy se ha elevado el precio interno de la carne, no porque cueste más, sino por que la han equiparado al precio internacional que le pagan al exportador de ganado en pie, y el producto de eso es hambre en Colombia”, dijo.

El presidente aseguró que el incremento se produce porque hay un monopolio en la transformación de carne para la venta al público y “eso se elimina si se democratiza, entonces el INVIMA tiene que jugar el papel de democratizador de la economía y no de concentrador de la economía colombiana”, añadió.

Un poco de historia sobre los mataderos y la sanidad

El marco legal que hoy rige en el país para el sacrificio de animales tiene, como foco principal, la adopción de medidas necesarias para la protección de la salud y vida de las personas, los animales, las plantas y la preservación del medio ambiente y para la protección de los intereses esenciales en materia de seguridad de todos los productos, comprendidos los industriales y agropecuarios.

Antes de expedirse el Decreto 1500 de 2007, que dio vida al “reglamento técnico a través del cual se crea el Sistema Oficial de Inspección, Vigilancia y Control de la Carne, Productos Cárnicos Comestibles y Derivados Cárnicos, destinados para el Consumo Humano y los requisitos sanitarios y de inocuidad que se deben cumplir en su producción primaria, beneficio, desposte, desprese, procesamiento, almacenamiento, transporte, comercialización, expendio, importación o exportación”, existían en el país más mataderos que municipios (alrededor de 1.600) los cuales no cumplían con mínimas normas de inocuidad y sanidad, ni disponían de técnicas de sacrificio, y muchos se realizaban en ‘planchones’, pero además infligían daño ambiental grave toda vez que los residuos propios del beneficio de animal (excretas, sangre, etc) iba a parar a las a los ríos.

Se trataba entonces, por una parte, de solucionar prioritariamente un problema de salud pública, y de contaminación ambiental; y proveer productos inocuos.

Pero también se buscaba contrarrestar la corrupción que se generó en los municipios con los ingresos que provenían del sacrificio.

También se trataba de armonizar nuestra legislación con el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de la de la Organización Mundial del Comercio. Para ese efecto Colombia aprobó mediante la Ley 170 de 1994, el Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio, el cual contiene, entre otros, el "Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias" y el "Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio" que reconocen la importancia de que los Países Miembros adopten medidas necesarias para la protección de la salud y vida de las personas, los animales, las plantas y la preservación del medio ambiente y para la protección de los intereses esenciales en materia de seguridad de todos los productos, comprendidos los industriales y agropecuarios; dentro de los cuales se encuentran, los reglamentos técnicos.

Desde esa época ya Colombia aceptaba unas reglas de juego del comercio internacional, es decir si quería exportar, había que tener unos reglamentos y cumplirlos.

Posteriormente vinieron entre 2005 y 2010 los Conpes. Fueron 4 El 3676 (19/07/2010) Consolidación de la política sanitaria y de inocuidad para las cadenas láctea y cárnica; Conpes 3446 (30/10/2006) Lineamientos para una política nacional de la calidad; Conpes 3376 (05/09/2005) Política sanitaria y de inocuidad para las cadenas de la carne bovina y de la leche; y el Conpes 3375 (05/09/2005) Política nacional de sanidad agropecuaria e inocuidad de alimentos para el sistema de medidas sanitarias y fitosanitarias

La reglamentación de la Ley señalada y los Compes iniciales se dio con el Decreto 1500 de 2007 (Mayo 04) que “establecer el reglamento técnico a través del cual se crea el Sistema Oficial de Inspección, Vigilancia y Control de la Carne, Productos Cárnicos Comestibles y Derivados Cárnicos, destinados para el Consumo Humano y los requisitos sanitarios y de inocuidad que se deben cumplir en su producción primaria, beneficio, desposte, desprese, procesamiento, almacenamiento, transporte, comercialización, expendio, importación o exportación”.

Esta tarea se la asigna al INVIMA y efectivamente se liquidaron muchos mataderos y se dio un largo tiempo de adaptación a la norma (con múltiples aplazamientos), hasta que en 2016 entró en vigencia el Decreto 1500 (10 años después de su expedición).

A partir de la entrada en vigor del Decreto 1500, el Invima para hacer cumplir esa norma ha clausurado las plantas que no ingresaron al Plan de Racionalización presentado por las gobernaciones o las que no presentaron Plan Gradual de Cumplimiento bajo los lineamientos de la norma. (Lea: Conozca el informe de plantas de beneficio cerradas hasta junio de 2022)

Tampoco recibieron autorización provisional de acuerdo con el Decreto 1975 de 2019, que extendió el plazo para certificar la reglamentación sanitaria, ni han cumplido el 75 % de las exigencias como indica la Resolución 2021043230, expedida en septiembre de 2021.

Quién manda en el mercado

Hoy están funcionando en el mercado 427. plantes, de las cuales están certificadas 182,y 245 mataderos municipales y regionales pendientes por certificar. Ahora bien, las plantas de beneficio o frigorífico y desposte no tienen en general posición propia, es decir, estas empresas no compran animales para beneficiar, sino que se dedican a la maquila (sacrificio), siendo el propietario del animal otra empresa o persona natural, salvo las que están involucradas en el comercio internacional de carne. Aquí la cadena de trasmisión de precio se da del eslabón exportador al ganadero (a quienes les compran las reses), y el precio se determina en el mercado internacional.

También existe un segmento compuesto por almacenes de grandes superficies que compra ganado y lo lleva a la plata de sacrificio. Aquí la propiedad del animal es de estos almacenes.

Existe otro segmento y es el de colocadores y comisionistas. Son por lo general personas que se dedican a la compra de animales, los llevan a la planta de sacrificio, y el producto lo distribuyen en las famas. Por lo general son formadores de precios (cuando compran el ganado), no son visibles ante la DIAN, y muchos de ellos no son formalizados. Aquí el precio de la carne no se rige por las reglas de la competencia. Eso explica por qué cuando baja el precio del ganado gordo, el precio de la carne al consumidor nunca baja

Por este somero comentario sobre la formación de precios, es evidente la necesidad de conocer más a fondo la cadena productiva de la carne para determinar dónde están sus fortalezas y debilidades, pero al margen lo que sí es evidente es que con una tasa de desempleo como la que registra el país (10.7% en octubre), que equivalen a 3 millones de desempleados, más una menguada capacidad de compra de los que tienen empleo por la alta inflación (estimada en 12% al finalizar este año), pues es urgente buscar otras vías de solventar el hambre. Habría que sopesar además, cuál es costo para el país, para los municipios y para el medio ambiente, devolvernos 30 años. 

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