La cobertura boscosa ha disminuido un 11 % desde 2000, con impactos directos en el clima y la productividad agropecuaria como un menor rendimiento hasta degradación de suelos y fuentes hídricas.. La deforestación, impulsada por prácticas mineras y forestales, ya altera el ritmo del campo y pone en alerta a ganaderos y campesinos.
Sucre ha perdido más de 383 hectáreas de bosque húmedo primario entre 2002 y 2004, según Global Forest Watch, y el impacto ya se siente en el agro con menos lluvias, más calor y menor rendimiento productivo.
Este departamento atraviesa una transformación por la pérdida acelerada de sus bosques naturales, cuyos efectos multiplicadores ya se manifiestan con fuerza en el campo ganadero y agrícola.
El reciente informe del Instituto Global Forest Watch alertó que, en total, el 5,9 % del bosque primario de Sucre ha desaparecido. Desde el año 2000, la cobertura arbórea ha disminuido un 11 %, afectando 47,3 metros por hectárea.
Lo que se pierde no son árboles, se pierden reguladores naturales del clima, fertilidad del suelo y fuentes hídricas esenciales para la vida rural. (Lea en CONtexto ganadero: Sucre le apuesta a la reforestación para mitigar impacto ambiental)
El fenómeno tiene nombre y causas relacionadas con la minería, agricultura, infraestructura, explotación forestal, incendios, entre otros. Algunas son presiones permanentes, otras son temporales. Pero todas tienen un denominador común: empujar al ecosistema hacia un punto crítico.
Los municipios más afectados según los datos del Instituto son San Onofre (13,6 metros por hectárea), San Benito Abad (5,66), Ovejas (5,16) y San Marcos (4,18). Estos muestran una deforestación que supera con creces el promedio departamental de 1.82 metros por hectárea. En total, el 99 % de la pérdida ocurrió dentro de bosque natural.
José Gregorio Navarro, secretario técnico de Fedegán en Sucre, aseguró que “el cambio climático ya está aquí. Los mayores nos dicen que hace 20 años el clima era más llevadero, el sol no quemaba tanto y las jornadas de trabajo en el campo eran más largas. Hoy, el calor limita la productividad”.
En su experiencia liderando Brigadas Tecnológicas en Ganadería Sostenible, Navarro ha constatado cómo la elevación de las temperaturas afecta directamente al sector agropecuario.
“El calentamiento global ha hecho que muchos tomen conciencia, pero no todos accionan. Aunque lentamente, algo está cambiando”, lamentó. (Lea en CONtexto ganadero: 90 % de ganaderos de Asogansucre, implantaron silvopastoriles en sus predios)
La alerta es urgente, pues solo entre el 18 y 25 de mayo de 2025, Global Forest Watch registró 76 señales de deforestación en Sucre. Cada hectárea perdida representa un paso más hacia un modelo agropecuario más vulnerable al estrés climático
Finalmente, este fenómeno no es solo una preocupación ambiental, sino económica. La ganadería, columna vertebral del sustento rural, depende de un equilibrio ecológico que se está desmoronando. Si no se toman medidas concretas, el costo de oportunidad será inmenso por menor cantidad de agua, menos sombra, suelos degradados y productividad en declive.